sábado, 24 de marzo de 2012

¡Viva la Pepa!

Las Cortes de Cadiz promulgan la primera Consitución española

Miguel A. Megias

Hace 200 años, en un 19 de marzo, un selecto grupo de peninsulares y americanos reunidos en Cádiz, ciudad que había resistido al asedio de los franceses invasores, promulgan la primera Constitución española y tercera en el mundo – la norteamericana, en 1787 y la francesa, en 1791. Cabe señalar que esta Constitución, conocida popularmente como “La Pepa” (por haber sido promulgada el día de San José) marcó un hito en la historia universal por ser la más liberal de sus tiempos.






Portada de la Constitución de Cadiz (1812)
En su artículo 1º, la Constitución de 1812 declaraba que “La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios.” Refiriéndose así tanto a los españoles de la península como a los de las colonias americanas y Filipinas. Más adelante, el texto desarrolla la noción de las autonomías y se especifica tanto el número de provincias que integran la Nación (Venezuela era una de ellas) como la forma en que debían ser electos los representantes de dichas provincias.



Al mismo tiempo, las luchas en las colonias por obtener su independencia seguían su curso. Dos años antes, se declara en Caracas (el 19 de abril de 1810) la “adhesión a la Corona de Fernando VII”. El Acta, dice textualmente: “...Y aunque, según las últimas o penúltimas noticias derivadas de Cádiz, parece haberse sustituido otra forma de gobierno con el título de Regencia, sea lo que fuese de la certeza o incertidumbre de este hecho, y de la nulidad de su formación, no puede ejercer ningún mando ni jurisdicción sobre estos países, porque ni ha sido constituido por el voto de estos fieles habitantes, cuando han sido ya declarados, no colonos, sino partes integrantes de la Corona de España…”. Es decir, para la fecha(1810) ya se sabía que la Constitución de Cádiz incluiría el cambio de “colonias” a “provincias” españolas, con todos los derechos y deberes. Por vez primera en la historia de España, los pueblos dejan de ser “súbditos” de la Corona para convertirse en “ciudadanos” de un Estado (monarquía constitucional). Y decimos, “pueblos” porque la España de entonces, al igual que la actual, está constituida por poblaciones muy diversas, con lenguas propias y usos y costumbres muy distintos unos de otros.

Más adelante, el Acta de 1810 declara, refiriéndose a los presentes: “…levantó el grito, aclamando con su acostumbrada fidelidad al señor Don Fernando VII …”. La razón de tal declaración de fidelidad la encontramos en el rechazo al gobierno de los franceses en España y sus colonias.

La importancia de esta fecha es la celebración de un documento que, en la práctica, le daba a las colonias de ultramar la autonomía que se desprende al dejar de ser colonias para convertirse en provincias españolas.

La tan deseada independencia de Venezuela (de la corona española) se logra un año y tres meses después, con la firma, el 5 de julio de 1811, del Acta de Independencia. Así nace un nuevo país conocido en esos años como Estados Unidos de Venezuela, Confederación Venezolana o Provincias Unidas de Venezuela y tuvo como capital a la ciudad de Valencia con motivos de mantenerla como aliada a la pretensión independentista de Venezuela.

Ayer, como hoy, la aspiración de los pueblos es el autogobierno. Venezuela, constitucionalmente, está organizada como un “…Estado federal descentralizado…” (Artículo 4 de la Constitución de 1999). En la práctica, en los últimos 13 años se han perdido muchas de las competencias logradas a partir de la elección, por voto directo, de gobernaciones y alcaldíass, en 1990. Y, desde luego, la federalización (o distribución del poder) para nada se ha cumplido. 

Hay una deuda pendiente con los pueblos de Venezuela: la federación autonómica aún no se ha materializado.


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