domingo, 29 de julio de 2012

¡Basta de Bolívar!

Retrato de Simón Bolívar por el artista peruano Gil de Castro.
De acuerdo al propio Bolívar "es el retrato que más se parece a mi"
y enviado a su hermana María Antonia.

El uso político de la figura de Bolívar no es nuevo. Su utilización como soporte mítico de lo nacional se inició casi inmediatamente después de su muerte. Es posible afirmar que Venezuela como “comunidad imaginada” tiene su partida de nacimiento firmada por El Libertador; sellada por el culto que alrededor de su figura heroica y melancólica se creó a través del tiempo.

Su culto lo inició José Antonio Páez en 1833 con la traída de los restos del “Padre de la Patria” a suelo venezolano. Antonio Guzmán Blanco (1870-87) fortalece y magnifica este mito. La fragilidad de nuestra identidad nacional tiende a ser fortalecida a través del diseño de símbolos patrios. Bandera, escudo e himno nacionales constituyeron las bisagras que pretendió proporcionar solidez a una conciencia nacional débil y en proceso de formación. Este mito bolivariano es recurrente a lo largo de toda nuestra historia republicana. En líneas generales nuestros líderes políticos han tendido a declarase como depositarios de la herencia gloriosa del Libertador. Juan Vicente Gómez se vanagloria de ser un presidente bolivariano; Eleazar López Contreras organizó las Cívicas Bolivarianas. Con un menor énfasis, en el período democrático este mito forma parte de sus ofertas políticas y herramienta para la construcción de nuestra modernidad.

Con la llegada de Hugo Chávez Frías al poder el mito bolivariano alcanza plenamente la condición de filosofía de estado. Cambia el nombre de la república, apellidándola “bolivariana”; cancela nuestro pasado democrático, deposita en la casta guerrera de los libertadores los valores sustanciales de la nación y, ¿finalmente? altera la iconografía clásica del Libertador, acuñando una versión de Bolívar con “una mandíbula lambrosiana y una nariz más ancha de lo que cabe esperar de un hombre blanco como lo fue Simón Bolívar”.

Esta nueva “astucia” del poder constituye una trampa que el chavismo le ha tendido a la república. Este nacionalismo bolivariano, no es distinto a las ideologías que históricamente han cobijado a los autoritarismos; ajenos a la diversidad democrática y cultivadores de formas de expresión única.

Es momento de poner coto a este uso arbitrario de la figura y símbolo del Libertador y cancelar electoralmente esta restauración del pasado.

Bolívar, padre mítico, padre divino, una deidad



La escritora venezolana Ana Teresa Torres analizó las particularidades del discurso del presidente Hugo Chávez, destacando el carácter religioso, esperanzador y mítico del mismo.

1) Mixto. El discurso de la revolución bolivariana es mixto. Las identificaciones están muy claras: socialismo es igual a cristianismo y a bolivarianismo, lo que es igual a la felicidad.

2) Religioso. Está el componente cristiano, el componente bolivariano que en Venezuela, como ya varios historiadores lo han resaltado, tiene un componente religioso porque (Bolívar) no es un padre fundador, es un padre místico, un padre divino, una deidad.

3) Repetitivo. La fortaleza es que Hugo Chávez repite lo mismo, que el mensaje se lo sabe todo el mundo.

4) Esperanzador. Hugo Chávez promete la felicidad. Capriles no está prometiendo la felicidad; está prometiendo el progreso. Capriles está hablando de problemas clave de la sociedad venezolana y de atacar esos problemas. Es un discurso muy pragmático.

5) Divino. Él (Chávez) es el candidato de la Patria, y la Patria es la hija de Bolívar, quien era el Dios antes de que llegara Chávez.

6) Heroico. Chávez se situó como el que retoma la gesta de Bolívar y la llevó a cabo.

7) Mítico. Hay una fuerza mítica al decir: “yo voy a continuar la obra de Bolívar, que ha sido desvirtuada por los enemigos de la Patria y Dios está conmigo”.

8) Inmortal. (Chávez) promete un socialismo para siempre. El paraíso socialista es de hoy para siempre y ahí está la inmortalidad.

(Extractos de la entrevista realizada por César Miguel Rondón en Éxitos FM el 18 de junio de 2012)

Para oir la entrevista completa, haga click aquí

Bolívar, una imagen que nunca tuvo

 
Para el historiador y crítico de arte Luis Cubillán Fonseca, el retrato oficial del Libertador, presentado este 24 de julio, es la guinda que le faltaba a la torta de disparates que ha cometido el gobierno del presidente Chávez.

“En vida del Libertador hubo excelentes retratistas que reflejaron su verdadera imagen. En Lima, Gil de Castro le hizo un retrato que le gustó tanto que se lo envió a su hermana María Antonia, diciéndole que ese era el retrato que más se parecía a él. Eso no ha sido suficiente para el gobierno, que ahora presenta a Bolívar con una imagen que nunca tuvo”.

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El juicio político está vivo


Cecilia Sosa G.
Para la Constitución venezolana el juicio político es la revocatoria del mandato de todos los cargos y magistraturas de elección popular, transcurrida la mitad del período para el cual fue elegido; igualmente es juicio político perder las elecciones presidenciales, en particular un candidato que aspira gobernar para un quinto mandato.

El juicio político, es el fundamento del principio republicano de gobierno, y la expresión mas completa del check and balance. Es una institución fundamental de control de los actos de gobierno para determinar la responsabilidad política del presidente de la República o de otros altos funcionarios, cuando así lo establezca la Constitución del respectivo país. Aun cuando se llama juicio, el mismo no juzga la comisión de delitos, y es por ello que el parlamento interviene para determinar el mal desempeño de las funciones que le han sido encomendadas constitucionalmente al alto funcionario.

En nuestro país, a diferencia de Paraguay, de Argentina o Brasil por ejemplo, la participación política del cuerpo legislativo, ocurre en el caso del presidente de la República cuando el Tribunal Supremo de Justicia declara que hay mérito para enjuiciarlo, en cuyo caso requiere de la autorización previa de la Asamblea Nacional para proseguir con el procedimiento penal; es decir queda en manos del poder político decidir sobre la conveniencia u oportunidad para que pueda ser sometido a proceso penal por el delito que se le imputa. Es pues el parlamento quien resuelve el destino del presidente y la separación de su cargo.

¿El juicio político es eficazmente posible en Venezuela?

Sí lo es, pero la experiencia del referendo revocatorio fue terriblemente negativa para la institución. Recordemos todos lo malabares y trácalas de que se sirvió el CNE para retardar la iniciación del procedimiento, cómo inventó las firmas planas, la posibilidad de arrepentirse de quienes habían firmado retirando la firma, la entrega al gobierno de la lista de quienes habían firmado, dando origen a la persecución política mas antiética de una democracia participativa -lista Tascón-, que aún se usa contra los que firmaron. Los fariseos del gobierno atacan a Paraguay por faltar al debido proceso. Otra vergüenza más: el ladrón detrás del juez.

El gran logro de la Constitución que nos rige es que la participación protagónica del pueblo en los asuntos públicos, reconocida como un derecho de toda persona para participar libremente sea directamente o por medio de sus representantes; esta participación incluye la formación, ejecución y control de gestión pública que garantiza su protagonismo; de igual manera el medio por excelencia de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía en lo político, es la elección de cargos públicos como la revocatoria del mandato.

Es así cómo los ciudadanos electores son los que inician y resuelven, utilizando la soberanía directa y cumpliendo los requisitos establecidos en la Constitución, el juicio político del presidente de la República.

Utilicé la incertidumbre en el uso de este juicio político porque practicado contra Hugo Chávez, el 15 de agosto del 2004, la población lo sometió a un referendo revocatorio, porque los resultados nunca fueron publicados por el Órgano electoral, aunque oficialmente le dio la victoria al NO. De manera que no se concretaron las consecuencias políticas de la falta de transparencia de su resultado, como tampoco la manipulación y aceptación por quienes promovieron el referendo de que se extendiera por un año obtener la fecha de su realización, después de pasar por todo tipo de objeciones por parte del ente comicial.

Tenemos una fecha para el juicio político a Hugo Chávez el 7 de octubre!

domingo, 22 de julio de 2012

El papel de la crítica



Editorial
Nuestra misión, como observadores políticos del acontecer venezolano es reflexionar críticamente sobre lo que está sucediendo en el país. Este ejercicio, como intelectuales, lo hacemos con prescindencia de lealtades para con personas o proyectos, de la forma más objetiva posible.

El feedback (o retroalimentación) es un mecanismo universal mediante el cual los organismos biológicos y culturales ajustan su conducta para lograr un fin determinado. No hacerle caso a este mecanismo, como es la crítica constructiva, equivale a confundir deseos con realidades y alejarse de las metas propuestas.  Nuestros lectores habrán podido constatar que asumimos una posición política clara. Ello, sin embargo, no implica que tengamos "solidaridad automática" y no estemos atentos a advertir sobre temas que pensamos deben ser tomados en cuenta.

Hemos observado políticos con conductas refractarias a este ejercicio. Es lamentable. 

Nuestro objetivo, una vez más, es tomar posición crítica y abierta sobre el la vida pública nacional. En el Observatorio, propiciamos el debate en el plano de las ideas.



“Lo afirmativo venezolano”

Don Augusto Mijares (1897-1976)

Nelson Acosta Espinoza

Sucedió en el Palito, en la “ruta de las empanadas “situada en la vía que conduce a Puerto Cabello. Me estacioné para degustar los tradicionales rellenos que ofrecen damas de la localidad y entablé conversación con varias de las señoras que dispensan este exquisito recurso de la gastronomía criolla. Desde luego, el diálogo derivó hacia la cuestión electoral. Los resultados, previsibles.





Lo importante a subrayar de esta experiencia, no es la intención del voto de mis contertulios, sino la valoración positiva e internalización de la palabra socialismo en su vocabulario cotidiano y el poco uso en sus relatos del vocablo democracia para dar cuenta de su situación personal y colectiva. Recordemos que este segmento de nuestra población, a lo largo del período democrático, rechazó sistemáticamente la carga ideológica y el significado de la expresión socialismo. Como prueba empírica de esta resistencia tenemos los esfuerzos infructuosos de la izquierda de la época para seducir a la población con sus fórmulas del socialismo democrático

Por otra parte, este “olvido” del significante “democracia” pareciera corroborar ciertas interpretaciones sobre la evaluación del período democrático (1958-1989). Por omisión, o ausencia de un sentido estratégico, los partidos políticos no defendieron los logros de la cultura democrática y permitieron la satanización de este período histórico. En pocas palabras, en la percepción de sectores populares, democracia está siendo sustituida por socialismo.
No hay duda. Este gobierno ha devenido en un aparato de comunicación que se ha planteado construir una nueva identidad e impregnar nuestro inconsciente colectivo con nuevos valores y nuevas significaciones sustitutivas del poder simbólico de nuestra cultura democrática.

Sin embargo, esta estrategia discursiva muestra un flanco débil. Su relato rechaza y se aleja de lo que Don Augusto Mijares calificó como “lo afirmativo venezolano”. Este desconocimiento y desprecio por nuestras virtudes cívicas brinda una extraordinaria oportunidad para la construcción de un relato alternativo que engarce emocionalmente a los sectores populares.

Una digresión teórica

“Lo afirmativo venezolano” debe ser sustentado por poderosos grupos sociales para tener poderosos efectos políticos y electorales. Debe ser reverenciado, celebrado y defendido. Solo así lograría potenciar su capacidad hegemónica. La antropología advierte que las interpretaciones culturales de la política “son vigorosas hasta el punto que pueden sobrevivir, en un sentido intelectual, a los acontecimientos de la política; y su capacidad de sobrevivir depende del grado en que estén bien fundadas sociológicamente, no de su coherencia interna, de su efectividad retórica o de su brillo estético”. La democracia como cultura ha sobrevivido “a los acontecimientos de la política”. En consecuencia, esta carga emocional positiva es la que puede contrarrestar la negativa que proyecta el gobierno.
Henrique Capriles lo está haciendo bien. En su recorrido por más de 100 municipios del país afirma la cultura cívica que nos caracteriza como pueblo. Esa es la vía: sembrar el concepto de creer en nosotros, en nuestras capacidades como nación. Este esfuerzo, esta “huella”, debe ser reimpresa con vigor, iniciativa y creatividad por los distintos comandos regionales a lo largo del país.
El candidato presidente será derrotado, siempre y cuando se invoque con contundencia “lo afirmativo venezolano”.
De ser así, nuestras empanadas estarán de nuevo rellenas con democracia.

No es la economía, estúpido: son las emociones


Por qué votamos como votamos


Rafael Robles Cuello


El ahora tan denostado presidente de Hinterlaces, Oscar Schemel decía hace poco que “La oposición y sus intelectuales siguen pensando en un país que ya no existe, en Venezuela surgió una nueva identidad nacional popular que ha sido creada por el eficiente aparato de propaganda del Gobierno de Chávez que ahora lo erige como una figura religiosa. Esto no es un Gobierno, este es un aparato de propaganda que tiene como objetivo cambiar la identidad de los venezolanos, cambiar sus valores, sus nociones sus significaciones, su subjetividad y lo están logrando.”

Por su lado, el psiquiatra y estudioso del tema de la imagen, Roberto De Vries dice que “Capriles ha tenido una mejora comunicacional emocional con los grandes sectores del pueblo. Chávez tiene un pensamiento de paradigma metafísico (emocional) más arraigado que Capriles, quien pareciera manejarse más con el paradigma científico (racional), pero que, en vista de la importancia de lo metafísico en el venezolano, Capriles lo ha exaltado en su discurso . A mi juicio, Capriles está haciendo una excelente campaña en muchos frentes. ”

Como vemos, la dicotomía razón-emoción es la clave para entender la psicología de las masas y en particular del votante. En un comentario anterior llamé la atención sobre lo “irracional” de la conducta humana específicamente en el terreno electoral. El elector se deja llevar por las ilusiones y no por la razón, prefiere la ilusión a la realidad y los instintos primarios son terreno abonado para el autoritarismo y la fe, en el caso venezolano, la fe en un líder carismático.

También en otro artículo (2009) hacía referencia al libro de George Lakoff “Puntos de Reflexión” donde el autor desmontaba el Mito del Racionalismo que sostiene que los hechos convencen por sí solos a los electores, ya que los electores son “racionales” y deciden su voto en función de las propuestas y de sus propios intereses. Por el contrario, para Lakoff la gente no vota tanto basándose en detalles programáticos como en algo más profundo como son sus valores. ¿Dices lo que piensas? ¿Podemos confiar en ti? ¿Sabes comunicarte con nosotros? ¿Nos identificamos contigo? Ésas son las grandes preguntas de los electores “ la gente entiende mejor lo que dices cuando se lo cuentas como una historia".

Neuromarketing político

Constatar cómo el cerebro construye realidad, cómo nos aferramos a creencias y cómo vemos a través de ellas es el campo de estudio de esta nueva disciplina. Su esencia es que nuestras grandes decisiones se basan en el miedo. El 99 por ciento de nuestras decisiones no las toma nuestra razón, sino el instinto. Luego la razón busca excusas para justificar lo que ha elegido nuestro cerebro reptil, primario: el que heredamos de los dinosaurios. Veamos a continuación algunos paradigmas desarrollados por los investigadores y que deben ser tomados en cuenta por los políticos y sus asesores.

Los grandes porqués de la conducta humana demostrados por los neurocientíficos: somos seres dolientes, miedosos y egoístas, que a veces piensan para excusar con ideologías lo que hacen por instinto. Salvo excepciones. "no somos máquinas pensantes que a veces sienten, sino seres instintivos que a veces piensan"(Antonio Damasio, neurólogo, premio Príncipe de Asturias). Los seres humanos, entre dos opciones, no elegimos siempre la más racional, sino la que prefiere nuestro cerebro reptil. Y no siempre es la obvia.


Las emociones resultan básicas para una correcta compresión de muchas situaciones de mundo. Sin capacidad empática es improbable que ciertas situaciones nos resulten inteligibles. Una persona que jamás haya experimentado el miedo es improbable que entienda a otra persona que grita ante una serpiente. El descubrimiento de las neuronas espejo, que se activan en nuestro cerebro al modo como se activan las de aquellos cuyas acciones contemplamos, como si nosotros estuviéramos realizando las mismas acciones que ellos, han reafirmado esta premisa. Esto tiene que ver con el llamado Efecto Bandwagon, efecto de arrastre o efecto del carro ganador: Es la tendencia a hacer (o creer) cosas porque muchas otras personas hacen (o creen) esas cosas. También se puede dar el efecto contrario, rechazar algo por el mero hecho de que es lo que hace la mayoría. Este es el mismo instinto de manada o falso consenso. De ahí la “guerra de encuestas”, yo me anoto a ganador, si todos votan por Chávez yo también.

Los ciudadanos no solo miran al mundo de modo diferente; también viven en mundos diferentes. No es que como resultado de una diferente perspectiva se está expuesto a diferentes miradas sobre una misma realidad, sino que los hechos a los que están expuestos, sus mundos de experiencias, son diferentes. En el caso de Venezuela esta diferenciación es muy patente dada la división de las ciudades por zonas “clasistas” ( cerros vs. colinas). Para unos los huecos de Caracas son una calamidad porque rompen los amortiguadores de sus carros, para otros que SIEMPRE han viajado en autobús o metro eso es insignificante. Para unos, Barrio Adentro significa la invasión de los cubanos, para otros es la primera vez que tienen un servicio asistencial en su barrio. Los ciudadanos ni siquiera se enfrentan a los mismos problemas, sencillamente ignoran los problemas de los otros.

Sesgo de confirmación

Recogemos aquella información que confirma nuestros juicios e ignoramos los datos que no encajan o los reinterpretamos para acomodarlos en nuestro esquema cognitivo. Además, una vez que creemos en algo, nos volvemos poco ecuánimes, sobre todo si nuestras creencias no tuvieron otro soporte que las ganas de creer para ir viviendo sin ruidos con los de nuestra tribu. En este caso, es difícil que ningún hecho nuevo las corrija. Quien prescindió de datos y razones para levantar sus creencias no atenderá a datos y razones para hundirlas. Unos solo ven Globovisión y cable, otros sólo VTV y Venevisión.

Sectarismo político

Cuando únicamente se recibe información compatible con el propio punto de vista, las trincheras entre los ciudadanos se ahondan; las opiniones de los otros no se entienden porque son idiotas, inmorales o ignorantes. Diversos experimentos muestran que individuos expuestos a una información detallada que refuta convincentemente sus opiniones previas se reafirman en las mismas aún con más radicalidad. Eso sí, la disposición a rectificar aumentaba cuando la noticia procedía de un medio de comunicación afín. Nuestro cerebro no lleva nada bien eso de que lo contradigan, de que aparezca una evidencia que refute sus afirmaciones, por lo que utiliza una serie de trucos y recursos para desestimar aquellas pruebas que van en contra de sus creencias. Chávez no tiene la culpa, es el ministro, gobernador o el portero de la alcaldía que no cumple las órdenes del comandante...

Aversión a la pérdida

Las personas prefieren, en mayor medida, evitar las pérdidas, superiormente, a la posibilidad de adquirir ganancias. No pierda esta oportunidad en X, en lugar de, participe, atienda o aproveche nuestra oferta en X. La primera versión presenta la idea en forma de pérdidas mientras que la segunda la presenta en ganancias. La primera será más atractiva debido a nuestro sesgo de evitar pérdidas. De ahí la afirmación por parte del chavismo de advertir repetidamente que en caso de ganar Capriles se perderían las conquistas alcanzadas con el actual gobierno, especialmente las misiones.

Junto con la metáfora, la sinécdoque ha sido uno de los recursos retóricos más queridos por los líderes totalitarios para activar las emociones. El líder se autoerige en el portador único de los intereses y valores patrios, siempre al servicio de un proyecto superior, llámese hombre nuevo o socialismo del siglo XXI. “El pueblo está conmigo”, “nosotros somos el pueblo”. “el pueblo dice...” “El que no es chavísta no es venezolano”.

La mejor manera de contrarrestar una emoción negativa concreta es tener una emoción positiva muy fuerte.


¿Será capaz la candidatura de Henrique Capriles de crear, desarrollar y hacer mayoritaria una emoción positiva muy fuerte y derrotar a HC?



El miedo a la derrota y el abuso de poder


Fernando Ochoa Antich.

El miedo siempre ha sido muy mal consejero. No le permite a quien lo sufre reflexionar con serenidad para poder darle solución al problema que enfrenta con suficiente criterio y claridad. Hugo Chávez está asustado. No logra explicarse lo que ocurre. Su narcisismo y paranoia limitan aún más su capacidad para poder entender el fenómeno histórico que se desarrolla, de una manera indetenible, en Venezuela. No quiere aceptar que tiene que enfrentar un nuevo tipo de liderazgo: Henrique Capriles, con simpatía y sencillez, ha empezado a captar las grandes mayorías nacionales. Al contrario, la imagen de Hugo Chávez está cansada y representa el pasado. Se imagina, equivocadamente, que el abuso del poder puede detener esa tendencia. No es así. Los números, aunque le maquillan las cifras de las encuestas, no le dan seguridad de su victoria.

lunes, 16 de julio de 2012

Rumbo a la transición


Se aproxima un proceso de transición y cambios políticos en el país. La dirección que tomará quedará despejada a partir de la elección del 7 de octubre. 

De ganar el candidato oficialista Hugo Chavez, se acelerará la vía que conducirá hacia un estado centralizado, socialista y comunal. Es decir, se profundizarán las tendencias que se han venido observando a lo largo de los últimos 14 años.

Caso contrario, de ganar el candidato de la oposición, el camino que tendrá que transitar el nuevo gobierno será complejo y tendrá que enfrentar poderosos obstáculos –entre otros, el chavismo en la oposición y su control de muchas de las instituciones del país (Poder Legislativo, Contraloría, Poder Judicial, Fiscalía, Poder Electoral, ...). Y, desde luego, no puede subestimarse la grave situación económica y fiscal que deberá afrontar la nueva administración.

En este cuadro, se requiere de un programa mínimo impregnado de una alta dosis de realismo y mucha mano izquierda. En relación a este punto, el Observatorio ha hecho algunas precisiones desde hace algunos meses, como sigue:

1. Alternancia en el poder (no a la reelección)
2. Respeto a los derechos de las mayorías y minorías
3. Respeto a las libertades democráticas
4. Valoración de la dimensión cívica del poder
5. Voluntad expresa para restaurar y profundizar el carácter federal del estado venezolano.


Para finalizar, queremos enfatizar que nos enfrentamos a algo que trasciende al simple cambio o relevo de gobierno –como fue el caso durante los 40 años de gobiernos de AD y COPEI- sino a la reconstrucción y profundización de las instituciones democráticas. En especial, será preciso que el nuevo gobernante ayude a generar las condiciones políticas que faciliten el proceso de redistribución del poder; es decir, apoyar la federalización del país. 

La historia de Inés

Antonio Núñez, especialista en el tema de
storytelling y comunicación política

De acuerdo al reconocido consultor político español Antonio Núñez, el storytelling, o arte de crear y narrar relatos, está de moda en la comunicación política.

¿Porqué se puso de moda? Como sucede en la mayoría de las veces, la tendencia comenzó en Estados Unidos, y más precisamente en el mundo empresarial. Frente a la decadencia del branding (construir marcas), apareció la necesidad de refrescar una y otra vez los posicionamientos a partir de contar nuevas historias que ofrezcan un sentido.

Tener un discurso político y aludir a temas es importante, pero se logrará una instalación mucho mayor si se posee una historia para contar: “Un relato, esa es la clave de todo”, apunta el encuestador norteamericano Stanley Greenberg. “Si no comunicas con historias, no comunicas".

Al igual que en la silla imaginada por el escritor H. G. Wells, en todo relato hay una maquinaria que hace que su audiencia viaje en el tiempo. Algunos relatos nos hacen pensar en el futuro –expectativas e ilusiones- o bien retrotraernos hacia el pasado –explicaciones y análisis. Del primer tipo son los thrillers y del segundo la novela policíaca clásica que abre con un asesinato. La trama que bombea cualquier relato siempre nos espolea con dos posibles preguntas. La primera es “¿qué ocurrirá a continuación?” y la segunda es “¿cómo hemos llegado hasta aquí?

El Grupo de Comunicación Política del comando Venezuela-de la ciudad Valencia en conjunción con este Observatorio, hemos producido un vídeo piloto enmarcado en el concepto del storytelling. Lo hemos denominado La historia de Inés.

Esta historia es un breve relato cuyo tema primordial es el progreso. La “fuerza de su huella” o el evento que dejó marca en su vida, es la muerte de su hijo; igualmente, este relato se ancla en valores como la honestidad, estudio y trabajo y, finalmente, queda en suspenso la interrogante sobre la falta de continuidad en su historia de progreso.

A continuación presentamos nuestro primer vídeo La historia de Inés.

Contrariedad y desconfianza. ¿Quiénes inclinarán la balanza el 7-O?


José Julián Hernández C.

Les resultará paradójico: la gente ya no marcha pero se puso en marcha. El país decidió despegar y, al parecer, encontró un camino. Frente a la elección presidencial del próximo 7 de octubre puede que impere una sensación de cambio y, en consecuencia, que la mayoría decida que la situación cambie. Desde agitaciones diversas en el ánimo de la sociedad y desde una textura social polarizada, tienden a aparecer cuatro componentes decisorios que indicarán el rumbo de una porción del electorado. Estos son: hastío, desencanto, vacilación y miedo. Los dos primeros generan un estado de contrariedad, en tanto que los dos siguientes producen desconfianza.

domingo, 8 de julio de 2012

Emoción vs Gestión


Se ha iniciado oficialmente la campaña electoral. Compiten por el poder dos visiones dicotómicas y excluyentes del país; en estos comicios se juega, sin exageraciones, el futuro de la nación. El peso de este acontecimiento hace obligante reflexionar sobre las circunstancias que pesan en la intención del voto.

En cierto sentido, el fenómeno electoral se distancia de lo político. Las elecciones, si bien es un acontecimiento político por excelencia, su apreciación debería incluir aspectos de carácter simbólico y cognitivo. Áreas estas que se distancian de las explicaciones economicistas y socializantes que tradicionalmente han fundamentado los intentos de interpretación politológica del hecho electoral.

Las neurociencias (neurobiología, neurología, neurofisio-logía, o psicología cognitiva …) han aportado importantes piezas de convicción que abren una nueva ventana sobre las claves que explican la conducta humana. Por ejemplo, la neuropolítica se afirma como una nueva disciplina de las neurociencias, capaz de comprender cómo actúa el cerebro de los seres humanos en su condición de ciudadanos, electores o activistas frente a los estímulos de la comu-nicación política.

Por ejemplo, los trabajos de George Lakoff han mostrado la fuerza cognitiva que desempeñan el lenguaje y las emociones en la política. Igualmente, es de conocimiento generalizado que las razones no dominan la razón. Y que la mejor manera de llegar al cerebro de un elector es a través de su corazón.
En fin, es indispensable evitar la trampa que encierra la dicotomía emoción vs gestión. Para ello es necesario comprender que los factores emocionales juegan un papel fundamental en la movilización política y esta dimensión, para ser activada, requiere de música, símbolos, mitos y liturgia. Para acceder a estos componentes sería necesario auscultar la densidad cultural del ser venezolano. Estas dimensiones, sin duda alguna, proporcionarían una fuerte dosis de emoción popular a la propuesta política del candidato de la oposición.

La lucha política en la actualidad tiene un contenido de carácter existencial. En estas circunstancias los apegos primordiales juegan un papel estratégico en la movilización política. La racionalidad de la “gestión” parece insuficiente para enfrentar a esta nueva versión de “Yo-El Supremo”. Sería indispensable, para alcanzar la victoria electoral, insistimos, apelar a la pasión y los sentimientos que movilizan el inconsciente colectivo del venezolano.

Es justo reconocer el esfuerzo que está realizando el candidato de la oposición, en especial su presencia “casa por casa y poblado por poblado”. Pero, a nuestro juicio, esto no es suficiente. Se requeriría, para garantizar la victoria, invadir el espacio discursivo del chavismo e imprimir “emociones populares” a su propuesta política.




Dios y Federación


Elías Pino Iturrieta

El presente artículo fue publicado en el diario venezolano EL UNIVERSAL , el sábado 21 de marzo de 2009. Dadas las circunstancias actuales, su contenido tiene plena vigencia y constituye una respuesta lúcida a la tendencia centralizadora del actual gobierno nacional.

Dios y Federación: No es un simple cliché, sino la acreditación del mosaico que fuimos y seguimos siendo.

El lema que se incluye entre los textos del Escudo Nacional y calza los documentos públicos no es un enunciado vacío. "Dios y Federación" refleja una situación histórica de antigua data y el desarrollo de diferentes reacciones de naturaleza política en torno a un asunto primordial de la sociedad. No sólo porque desembocara en un cruento enfrentamiento llamado Guerra Federal, sino especialmente porque refiere a una vivencia de los venezolanos que condujo progre-sivamente al reconocimiento de una heterogeneidad sin la cual nadie puede pensar hoy en la existencia de una república madura.



La Federación no es un asunto del siglo XIX al cual acude un partido político para hacerse de un argumento que lo lleve al poder, como se ha dicho antaño y hogaño, sino una realidad ineludible cuyo origen se encuentra en la fragmentación del paisaje desde los tiempos de la colonización española. La falta de caminos que convierte a la nación en un archipiélago, aun cuando el país se aproxima al siglo XXI, crea vivencias específicas que no se comunican entre sí, islas insalvables en las cuales se aclimata un entendimiento de la vida, una relación con la autoridad política y formas particulares de crear y producir riqueza que no atienden a los tirones de un solo centro. En lugar de mostrar solicitud ante los requerimientos de un mandatario ubicado en Caracas, los habitantes de las regiones hacen su vida a su manera, crean formas de alimentarse y divertirse desde su peculiaridad, adoran a sus ídolos y a sus demonios porque no existe la posibilidad de una rutina distinta, más acoplada con vecindarios que son remotos pese a su proximidad, pues no hay vehículos que los acerquen y asimilen. De allí que la Independencia no sea un proyecto nacional propiamente dicho, sino la suma de un conjunto de ópticas dispersas que expresan su interés legítimo a través de constituciones provinciales, pero también mediante liderazgos de origen local perfectamente comprensibles entonces y sólo susceptibles de reproche por interpretaciones anacrónicas. O por interpretaciones erróneas de la época, como la manejada por Bolívar a partir de la redacción de su Manifiesto de Cartagena.

Después de la desmembración de Colombia no existe un Estado Nacional sino en el papel de las cartografías y en el anhelo de un puñado de dirigentes, pues con carreteras que no existen, ni ríos adaptados para la navegación ni telégrafos para contactos de rutina, el país no es sino la prolongación de un conjunto de experiencias dislocadas. Que tal situación sea buena o mala no es asunto que se pueda ventilar en términos juiciosos, debido a que apenas conviene constatar cómo fue de veras la experiencia del pasado para entender cómo sin el análisis acertado del papel de las regiones no se puede llegar a buen puerto. El país fue un progresivo acuerdo del Ejecutivo con las privanzas comarcales, o un insistente desencuentro, y un renuente vínculo de productos y mercancías en cuyo tráfago se asentaron diversas sensibilidades que poco a poco nos han hecho como somos ahora. De allí que tengan el derecho de reclamar el lugar que les corresponde como piezas medulares del Estado Nacional. De allí que "Dios y Federación" no sea un simple cliché, sino la acreditación del mosaico que fuimos y seguimos siendo.

Que el mosaico se convierta en impedimento de mandones es otra cosa. La frase de Guzmán contra el "cuero seco" nos habla del fracaso de su hegemonía sobre las regiones, pues no tuvo más remedio que hacer tratos con los cabecillas lugareños para quedarse con una menguada cuota de autoridad. Que el mosaico se volviera un escollo para las tiranías da cuenta la conducta de Gómez, quien las dominó a sangre y fuego, a punta de procónsules sanguinarios, para tragar la parte de la tajada que no pudo comerse el Ilustre Americano. A partir de 1945 se impone otro nexo con las vivencias del interior gracias a los avances de las comunicaciones modernas apuntaladas por el auge del petróleo (teléfonos, autopistas, aviones, radio y televisión), pero también a la puesta en marcha de planes de poblamiento y colonización que convierten a Venezuela en una de las sociedades más homogéneas de América Latina.

Pero no tan homogénea como pretende un mandatario quien se siente a gusto con el método gomecista de dominación que meta en cintura a las experiencias locales, especialmente a las disidencias. Quizás añore la colaboración de sujetos como Eustoquio Gómez y Vincencio Pérez Soto, con los maquillajes del caso, o la marcha de mesnadas contra el Zulia celoso de su autonomía desde los tiempos del liberalismo amarillo, mientras la sociedad cansada de espantos se aferra a las letras que puede leer al pie del escudo, más abajo del caballito que han cambiado de posición, pero que se empeña en seguir con la cabeza volteada, en no mirar hacia adelante.

Neuropolítica: cerebro y cognición social

A continuación colocamos un breve vídeo sobre esta nueva rama de la neurociencia denominada "neuropolítica". Aquí se explica, en forma sencilla, las implicaciones de esta disciplina en el ámbito de la comunicación política y sus aplicaciones en contiendas electorales.


Neuropolitica: Cerebro y cognicion social por raulespert