domingo, 20 de diciembre de 2015

2016 ¿año de la transición política en Venezuela?


Nelson Acosta Espinoza

La navidad es la fiesta que celebra el nacimiento de Jesucristo. Tiempo para expresar buenos deseos. Es un momento de recogimiento y oportunidad para especular en forma positiva. Intentemos, entonces, aprovechar la atmósfera navideña para enunciar opciones políticas alegres  para el país. Desde luego, nos moveremos en el plano de la especulación;  en el ámbito de las buenas aspiraciones. Después de todo nos encontramos en tiempos de optimismos y buenas venturas.

Vamos a señalar algunas condiciones previas. En principio, sería necesario reconocer la grave situación que enfrentan los venezolanos. Este reconocimiento es indispensable para la construcción de un acuerdo político que exprese la realidad política post electoral. Sin lugar a dudas, el escenario político y económico se tornará  más precario a partir del año que viene: escasez de alimentos y medicinas;  elevada inflación y una incapacidad del gobierno para producir  respuestas eficaces a esta situación que pudiera desbordarse y tener consecuencias graves para el país.

Entonces, pareciera válido formular la siguiente pregunta: ¿existe,  en la esfera del oficialismo, conciencia de los riesgos que entraña la coyuntura económica y política? Creo que es posible sostener que en términos retóricos, las altas esferas del gobierno, asumen que se enfrentan a un escenario peligroso en el plano económico. Atribuyen, a una supuesta "guerra económica",  responsabilidad por la crisis que atraviesa el país. En el marco de esta lógica,  la oposición y sectores externos (imperialismo yanqui) jugarían  un papel protagónico en este escenario. En consecuencia,  el remedio a estos males seria acentuar el carácter socialista de la revolución. Sin embargo, esta visión no es compartida por la totalidad de los componentes del PSUV. Es dominante en las altas esferas del gobierno. En sectores medios y de base ven con escepticismo esta lectura de la actual crisis que atraviesa la nación.

Ahora bien, ¿la oposición democrática estaría en disposición de recorrer el camino en búsqueda de una salida por la vía de la transacción política? ¿Esta ruta es plausible? Bien,  en las actuales circunstancias un acuerdo político para salir de la crisis resulta inalcanzable. Las heridas producto de la derrota electoral son muy visibles y, la euforia del triunfo, muy alta. Sin embargo, otras experiencias históricas altamente conflictivas (España de Franco y Chile de Pinochet) pudieron diseñar modelos de transición por la vía de la transacción política.

La experiencia histórica enseña que estos procesos se dan bajo circunstancias específicas. ¿Cuáles, por ejemplo? Bien, se producen cuando se combinan dos condiciones que, si bien, son opuestas, resultan complementarias: desgaste del régimen que aumenta los costos de su mantenimiento y, en paralelo, la oposición  disminuye los de la tolerancia política.

Venezuela se encamina hacia una situación favorable para instrumentar tácticas que favorezcan un proceso de transición vía transacción política. El impresionante triunfo de los factores de la oposición en las elecciones legislativas indica un cambio en la correlación de fuerzas en el país. Es posible, entonces, generar condiciones para iniciar  negociaciones entre los factores de poder que componen nuestro espectro político. Solo así se evitaría la solución de la actual crisis por la vía violenta.

Bueno, son deseos formulados dentro del espíritu navideño. Ojala el año 2016 abra la oportunidad para el inicio del proceso de transición política a través de la negociación y acuerdos políticos. Es mi aspiración en estas fiestas navideñas.

Amigos lectores me despido hasta el año entrante. Mis mejores augurios para todos ustedes. Feliz Navidad.

Sin lugar a dudas, ahora y en el futuro, la política será así.









Venezuela, ¿Y ahora qué?

Guillermo D. Olmo *
La abrumadora victoria de la oposición venezolana  en las legislativas ha alterado por completo el panorama político en la convulsa República Bolivariana, abriendo una nueva etapa en la que el equilibrio de fuerzas entre el régimen y sus detractores se revirtió decisivamente. No hay duda de que las fuerzas de la Mesa de la Unidad Democrática se han ganado el derecho a lanzar fuegos de artificio y confeti tras un triunfo que los coloca en disposición de pilotar un cambio histórico. No obstante, es precisamente la trascendencia histórica del momento lo que obliga a actuar con prudencia, responsabilidad y generosidad. Lejos de la beligerancia de otro tiempo, es a eso a lo que están llamando sus dirigentes. Los más lúcidos de ellos admiten en privado que, pese a la pésima gestión económica de Maduro y a que este nunca llenará el enorme vacío dejado por Chávez, el chavismo cosechó más de un 40% del voto popular y sigue siendo una fuerza política poderosa a la que no se puede ignorar.
El camino hasta diciembre de 2015 ha sido largo para la MUD. En los 16 años que han pasado desde que Chávez conquistó el poder lo han intentado todo para recuperarlo y solo ahora, desaparecido el fundador de la Venezuela bolivariana, acarician esa posibilidad. La lección de los progresos de los últimos tiempos está clara. La unidad forjada en torno a la MUD entre la heteróclita pléyade de fuerzas opositoras y el abandono de la vía insurreccional es lo que les ha devuelto el crédito, lo que les ha convertido, por fin, en la alternativa a un régimen tan impresentable desde la perspectiva euroatlántica como hegemónico en el Cono Sur hasta casi anteayer. Si se quiere rematar la tarea, habrá de hacerse manteniéndose en la senda institucional y sin precipitaciones que solo servirían para arruinar lo logrado y empujar al enfrentamiento a un país que lleva décadas irreconciliablemente dividido.
El chavismo, como hiciera en su día el franquismo en España, ha estigmatizado a sus críticos como la «antipatria» y ha hecho que estado y partido gobernante se confundieran, convirtiendo al primero en un ente excluyente y de bases socavadas. Han sido demasiados años de una polarización esporádicamente violenta que ni unos ni otros han tenido interés en corregir. Eso es ahora lo que toca. Desde la deslegitimación del adversario y el encono cerril no podrá escribirse el futuro que los venezolanos merecen.
La historia reciente del país se escribe a base de golpes de estado, de violencia política y encanallamiento de lo que nunca debió dejar de ser saludable disputa democrática. Afortunadamente, esta se ha abierto paso en los últimos comicios. Es vital que este ambiente se mantenga. Porque, aunque gravemente debilitado, Maduro sigue siendo el presidente, porque Venezuela sigue llena de chavistas y porque la mejor garantía para que las reformas perduren es que se hagan desde el diálogo y las leyes y no desde la rebatiña. Eso es lo que en España enseñó la Transición. Venezuela está en el umbral de un cambio. Hay un presidente chavista, una mayoría parlamentaria opositora y un país sumido en una tremenda crisis económica y social. Es la hora de la política. Tiene que serlo. 
*Publicado en "ABC blog, domingo 8 de diciembre, 2015"

Chacumbele


Humberto García Larralde

Es tentador aplicar una matriz FODA (Fortalezas, Oportunidades; Debilidades, Amenazas) para analizar la situación en que se encuentra Maduro. Un examen somero arroja lo siguiente:

          Sus fortalezas aparentes derivan del control de los poderes públicos, su hegemonía sobre los medios de comunicación, la legitimidad -aunque cuestionada- de origen electoral y el hecho de disponer todavía de una importante renta de hidrocarburos. Adicionalmente, cuenta aún con un número no desestimable de chavistas;

          Las oportunidades para conservar el poder las pone la coyuntura: la ocasión de reacomodar sus bases de sustento con un acuerdo con las fuerzas democráticas –mayoritarias- en apoyo a las medidas que deberían tomarse para conjurar las amenazas mencionadas abajo;

          La debilidad más notoria de Maduro como presidente es la pérdida de apoyo popular puesta de manifiesto en la votación del 6-D. No menos significativo es la penuria (relativa) de las arcas públicas, fundamento de su gestión populista y clientelar. Por otro lado, la pérdida de credibilidad ante el país y la imagen generalizada de descomposición interna -entre ella, la penetración del narcotráfico- resquebrajan políticamente al Madurismo;

          La amenaza por excelencia que enfrenta su ejercicio de poder es la crisis económica que habrá de agravarse aún más en el corto plazo si no rectifica. Ello puede precipitar un rechazo todavía mayor de los venezolanos, civiles y militares, con consecuencias imprevisibles. Luego está la guerra a cuchillos en el seno del chavismo que corroe su apoyo interno. Por último, está la espada de Damocles sobre altos jerarcas políticos y militares, señalados de traficar drogas, así como las cuentas que dejarán muchos de ellos con la justicia venezolana;

Una lectura adecuada de la matriz FODA debería orientar las acciones para alcanzar el fin perseguido. Pero en esto incide la perspectiva adoptada, sujeta a los intereses y la “filosofía de vida” del actor. Es evidente que Maduro y su combo están en un juego muy distinto al que anima el común de los venezolanos. Y este descalce exacerba sus debilidades en esta coyuntura.

El “juego” que quiere proyectar la oligarquía militar–civil en el poder es el de la guerra. Su naturaleza neofascista la lleva a azuzar temores de una supuesta contrarrevolución por parte de Estados Unidos y de la burguesía local en contra de las “conquistas de la revolución”. Paradójicamente, ello se inscribe en un imaginario en el que se presentan como defensores del “Pueblo” cuando ha sido el pueblo el que mayoritariamente ha repudiado su gestión, en parte por su negativa a introducir los correctivos que amerita la terrible situación que padece, culpabilizando a otros con el invento de una “guerra económica”. En este contexto, la fortaleza que los Maduristas perciben tener está en el uso del aparato represivo del Estado y el control de los medios para “justificar” su uso. Los más fanáticos creerán que los legitima la Historia. No obstante, luego del pronunciamiento contundente del pasado 6-D existen indicios claros de que una porción significativa de la FAN no se prestaría para actuar contra la voluntad mayoritaria de la población.

Lo anterior coloca al Madurismo en una posición muy vulnerable ante el agravamiento de la situación económica. Habiendo raspado “el fondo del barril”, han agotado su margen de maniobra: el balance de divisas será aun más estrecho que el de 2015, con lo que el desabastecimiento y la inflación van a empeorar[1]. Posturas de bravucón y amenazas de burlar el pronunciamiento electoral provocan un mayor grado de irritación en una población desesperada por las penurias padecidas. Ello puede precipitar su salida del poder. La gente clama por soluciones, ya. Desmesuras como la del capitán Cabello de entregarle el hemiciclo del antiguo Senado a un “Parlamento Comunal”, el criminal llamado de Maduro a la FAN para librar una “guerra no convencional” contra el pueblo, la retaliación contra antiguos partidarios que se le voltearon, quitándoles taxis o apartamentos entregados, despidiéndolos de cargos públicos y amenazandolos con excluirlos de los programas de reparto, la bofetada al país de nombrar Defensora a la verdugo Susana Barreiros y la grotesca pretensión de Jorge Rodríguez de impugnar diputados democráticos que salieron electos, afianzan la percepción popular de que se está frente a una banda de pillos que intentan trampear al país para quedarse, “como sea”, disfrutando de sus chanchullos. En el seno del chavismo raterías como éstas, totalmente contrarias a la prédica socialista que supuestamente inspira la acción de gobierno, sólo contribuirán a reducir aún más su base de apoyo. Desnudan el verdadero rostro malévolo, desalmado, miserable y vengativo de quienes han abusado tanto del poder en nombre de ese pueblo que hoy maltratan. Es una ofensa a la decencia, sentido de justicia y nobleza de muchos venezolanos.

Una vez vencido el miedo y quedado patente la ventaja numérica de quienes claman por un cambio, va a ser más difícil doblegar a la población. Ya cobramos conciencia de nuestro poder y, como dicen los gringos, el éxito cría más éxitos. Si hay algo que se puso en evidencia en estos comicios es que el pueblo no es pendejo. No se deja manipular con engañifas de una “guerra económica” de los “pelucones” para desviar la atención del saqueo del país emprendido por la oligarquía en el poder.

Lamentablemente, como buen fascista, Maduro prefiere precipitar una confrontación final, definitiva, que limpiaría a la nación de una vez por todas de “enemigos”. La imbecilización de su propia propaganda y el dogma sectario con que inflama las pasiones entre sus huestes, los ciega ante los cambios en la correlación de fuerzas que hoy clama por una rectificación drástica. Quienes vieron la película “La Caída” no dejaran de apreciar los paralelos entre la desesperación lunática de Hitler, convocando batallones inexistentes para derrotar a las tropas soviéticas que entraban a Berlín y despotricando contra su pueblo porque no estuvo a la “altura” de sus designios, y la alteración que evidencia las amenazas destempladas y malcriadeces de Maduro en estos días.

Hannah Arendt señala que el poder emana de la ascendencia lograda en la dinámica política de relaciones entre individuos y grupos. La violencia puede destruir el poder pero nunca puede ser la base sobre la que éste se sustenta. Apelar a la violencia denota que no se tiene poder. Los arrebatos de Maduro y los suyos revelan patéticamente su debilidad. Y no podría ser de otra forma pues con su soberbia, tramposería abusiva, desprecio por los intereses de la gente y descaro en la comisión de sus fechorías, han entregado toda aspiración de ascendencia, de auctoritas sobre los venezolanos. Definitivamente, no es el momento de “más revolución”.  

“…Chacumbele que ya estaba / cansadito de vivir / y por culpa de sus celos / el mismito se mató.

sábado, 12 de diciembre de 2015

6D: Aternativas de futuro -- Coffee&Politcs

Vista parcial de los asistentes al evento Coffee&Politics


El 10 de diciembre se celebró en el Hotel Hesperia de Valencia (Venezuela) un evento patrocinado por el Observatorio Venezolano de las Autonomías que contó con la presencia de destacados ciudadanos. A continuación, la relatoría del evento.

Tres ex rectores (Cesar Peña Vigas, Asdrúbal Romero, Elsie Pérez); dos ex Vice Rectores (Rolando Smith, Víctor Reyes Lanza); el director del Centro de Estudios Políticos de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Penales) Genaro Jansen; cuatro investigadores de alto nivel en las ciencias sociales, económicas y políticas (Argenis Urdaneta, Francisco Contreras, Frank López, Manuel Barreto); dos estudiosos de la opinión publica (Iván Serra, Julio Martí); un joven dirigente político (Aerón Rodríguez); un incansable investigador de la actividad cultural e histórica de la ciudad (Luis Cubillan) y el director del Observatorio Venezolano de las Autonomías (Nelson Acosta Espinoza), se reunieron en día 10 de los corrientes con la finalidad de conversar sobre el tema “6D Alternativas a Futuro”.

Esta actividad, convocada por OVA, se llevó a cabo en el Hotel Hesperia de la ciudad de Valencia (Carabobo). Como puede observarse contó con la participación de un grupo multidisciplinario de alto nivel. Las alternativas a futuro fueron abordadas desde distintos ángulos o perspectivas disciplinarias. Todos los participantes concluyeron que en las actuales circunstancias, el país requiere encontrarse consigo mismo. Es indispensable acordarse para poder dotar de viabilidad a la democracia venezolana.

A continuación un resumen de la ponencia del profesor Francisco Contreras. En futuras ediciones publicaremos las otras intervenciones de los participantes de este Coffee&Politics.

"Las funciones de la Asamblea Nacional de Venezuela son de carácter legislativo y su alcance para resolver problemas económicos es limitada e indirecta. El reciente proceso electoral marca el inicio de la re-institucionalización de un poder público, permitirá rescatar la confianza de los factores democráticos para recuperar las instituciones y la propia democracia, se ha dado un paso bien importante para promover y difundir un nuevo modelo económico y una verdadera democracia.

Es la posibilidad de un poder público relativamente autónomo e independiente para servir de contrapeso frente al control absoluto del Gobierno sobre los otros poderes públicos. Estamos en el cauce de un proceso que asentará la re-institucionalización del país, incluso es deseable la reagrupación dentro del PSUV de los factores democráticos moderados que allí existen, el partido de gobierno tendrá su propia revisión y cambio interno si desea desentrañar su propia crisis y continuar teniendo un rol importante en una Venezuela diferente y mejor.

Debe servir para desmontar la falacia de que los pobres solo tienen como posibilidad lo que el populismo ofrece. Es tratar de mantener los beneficios directos del "asistencialismo" populista asegurando su sostenibilidad a través de la economía de mercado y de la eficiencia, un modelo diferente al que proporciona una política centrada únicamente en dádivas, cuyo propósito oculto es la extorsión social para perpetuarse en el poder. Es la vía de un modelo libre de los incentivos perversos de la mala política pública. Es el análisis de impacto regulatorio que permite el diseño de políticas económicas no discrecionales, para asegurar el funcionamiento óptimo del mercado y al mismo tiempo la generación de valor cuyos beneficios materiales y sociales son superiores al "asistencialismo" populista.

La economía no mejorará, pero un buen manejo del poder legislativo puede incidir en la moderación de los impactos de la mala política pública. Es necesario tener una visión consistente y comprender que el nivel de deterioro de la economía es tan grande que se requerirá tiempo y un nuevo modelo económico, para ir superando los males públicos que han asolado el país desde hace 17 años. Un buen manejo en la conducción de la nueva asamblea nacional puede ofrecer al menos una mínima recuperación de la confianza en el país, mientras se asegura cada paso hacia la re-institucionalización del país, la cual se logrará en el momento que tengamos poderes públicos autónomos e independientes.

 Es la posibilidad para asociar por la vía parlamentaria la mala política pública con un modelo anacrónico y no sólo con los malos gobernantes. En la actualidad hay aspectos de la economía que se han desideologizado, como lo son, primero, el antagonismo entre las clases sociales, segundo, la asociación entre la propiedad privada de los medios de producción y la explotación de la mano de obra por la vía de extracción de la plusvalía, y tercero, que solo el trabajo genera valor. Todas esas categorías entran en una aproximación en la economía, donde la solución a los problemas de desigual distribución de ingresos o de generación de poder de monopolio, se resuelven a través del mercado y no por la vía de su destrucción. Como también es una realidad el estudio de los procesos de generación de valor de otras formas de trabajo como el intelectual, o del que procede de las innovaciones tecnológicas

El éxito guarda relación con la capacidad de las fuerzas democráticas para argumentar en favor de una política exterior en función de propósitos económicos y no sólo en lo político - ideológico. El tema de la atención a problemas de la globalización como el intercambio desigual, la brecha de desarrollo entre las naciones, la pobreza y la miseria en el mundo, los problemas ambientales, no son una cuestión de caridad pública, ni de la promoción de un producto ideológico a difundir en el mundo, son asuntos atinentes a la economía y a la institucionalidad mundial, a ser resueltos y tratados a través de la participación y de los acuerdos en los diferentes foros internacionales y en los bloques económicos mundiales y regionales. Venezuela no debe ser utilizada más nunca para promover modelos de vida en el mundo, cada país tiene su propia

Es necesario el inicio de un debate para esclarecer que la corrupción y los males públicos no solo involucran una ideología, sino que están presentes en todas partes, pero se propagan y multiplican con mayor intensidad bajo gobiernos autocráticos con poderes sin autonomía e independencia. La corrupción y el crimen existen desde el inicio de la civilización, pero bajo condiciones favorables a la perpetuación en el poder generan asimetrías que favorecen a quienes detentan el poder. Hay que tener conciencia de que la perpetuación del régimen autoritario, es la quiebra moral de la persona por la vía de su sometimiento moral, todo llega a ser tan difícil que es mejor tomar el atajo del corrupto. Son factores claves de éxito social: la autonomía, la independencia y la transitoriedad en el ejercicio de los poderes públicos.

Este duro y difícil trayecto de estos diecisiete años nos ha demostrado que el pueblo si comprende que el populismo y la perpetuación en el poder son instrumentos de extorsión social, la diferencia que ahora podrá hacerlo por conciencia y no por sufrimiento y así inmunizarse contra cualquier intento de sometimiento moral."

A continuación, una galería de fotos

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Después del 6D: Elecciones parlamentarias 2015



 

DESPUES DEL 6D
Prof. Argenis S. Urdaneta G.
PARLAMENTARIAS 2015
Estaba en disputa: un Parlamento autónomo para el control político o un Parlamento sumiso al Ejecutivo
Polarización electoral:
Fue superada polarización política en torno a Chávez. La existencia y participación de independientes y disidentes creo expectativa popular por terceros; pero la situación de crisis económica, social y política produjo polarización electoral. El votante no optó por salidas intermedias. Operó el voto castigo, incluso de parte de votantes de origen chavista
Orientación de campañas:
Fortalecer culto a Chávez. Lo que tenía como objetivo preservarse en el poder, y como justificación la agresión, identificada como “guerra económica”. Fue una estrategia desacertada. La otra se centró en el cambio como oferta frente a un gobierno incapaz de superar una situación de crisis derivada de políticas desacertadas. Fue una estrategia exitosa
Los resultados:
Si se toma en cuenta el tipo de elecciones, hubo elevada participación. Diferencia importante entre porcentaje de votos (*) y proporción de representantes electos (67% - 33%) significa sobre representación derivada de sistema creado en 2009
Triunfo contundente para oposición ayuda a consolidar unidad. Mientras oficialistas, desvelando importantes contradicciones internas, no son capaces de manejar una importante derrota
Reconocimiento gubernamental de resultados estuvo determinado por contradicciones de poder. Y aunque la FA aparece como factor determinante de la decisión, ello no significa que sean protagonistas del triunfo ni que se hayan deslindado del régimen. Se hace una explicación pública incoherente e insuficiente al insistir en estrategia errada para justificar derrota, en lugar de asimilarla para continuar. Existe riesgo de división en el sector gubernamental
El culto a Chávez se hace insuficiente para apoyo difuso, mientras apoyo específico se deteriora
Impotentes ante probables resultados, sectores gubernamentales propiciaron la violencia. Pero,  ceden al disminuir en fuerza por diferencias de poder. Para ellos la derrota es más comprometedora, con dos ingredientes: 1) el externo es el triunfo electoral de la oposición; 2) el interno es la imposición de la fuerza de la institución armada y su independencia de algunos factores políticos
NUEVA AN
Novedosa relación de fuerzas, que incluye diversidad de oposición. Hay mayoría calificada a favor de MUD (112-55), que abre camino a institucionalización de poder legislativo nacional, con posibilidad de mayor control político sobre ejecutivo. Pero, al mismo tiempo, podría ser una amenaza de confrontación desmedida, que operaria contra estabilidad institucional y gobernabilidad
Ausencia de terceros implica dificultad para acuerdos y entendimientos. Se requiere habilidad y astucia, pero también prudencia y sensatez de actores en desempeño de actividad parlamentaria. No obstante, los terceros (minorías, disidentes, independientes, organizaciones sociales) deberán ser tomados en cuenta para iniciativa legislativa y posible colaboración en control político
FUTURO
Futuro inmediato. Es imperativo definir Agenda Parlamentaria (legislativa y política), orientada hacia el rescate de rol político del órgano legislativo según el principio de separación de poderes. Planificar instalación, elección de directiva y designación de comisiones. Y elaborar ante proyecto de nuevo Reglamento interior, a ser aprobado en primeras sesiones
Corto y mediano plazos (1° semestre 2016). Mediante legislación y control político, debe atenderse a situación económica y problemática de seguridad. Asimismo revisar Decretos con Fuerza de Ley de contenido inconstitucional, designar Contralor General (deuda pendiente), y discutir y sancionar Ley de Amnistía, y de ser necesario promulgarla por vía de excepción (art. 216 constitucional)
Mediano plazo (2° semestre). Tomando en cuenta elecciones regionales 2016, legislar y ejercer control político para revivir Federación y rescatar descentralización. Renovar TSJ (Magistrados con periodos vencidos) y CNE (por defectuosa designación en 2015). Y rescatar autonomía e independencia del BCV (legislación)
Mediano y largo plazos (2017 y 2018). A) Continuar control político para revivir Federación y rescatar descentralización (con nuevos gobernadores). B) Sancionar nueva legislación electoral (en 2017 por limitación constitucional), reformando sistema de votación, rescatando descentralización de CNE y principio de representación proporcional, y sustituyendo Plan República. C) Consolidar función de control político, tomando en cuenta elecciones presidenciales de 2018 (interpelaciones, investigaciones, autorizaciones, aprobaciones, y declaración de responsabilidad política de funcionarios). D) Reformar Ley Orgánica de la FANB, adecuándola a la Constitución
Largo plazo (luego de presidenciales 2018). A) Continuar control político a nuevo Ejecutivo Nacional. B) Posibilidad de reforma constitucional, para fortalecer federación, disminuir presidencialismo, corregir defectos que no contribuyen a desarrollar democracia. No sería necesario ni conveniente convocar ANC
LOS ACCIDENTES (Contingencias)
Sector gubernamental pudiera utilizar al TSJ,  con sus decisiones, para contrarrestar acción del Parlamento. Por lo que el comportamiento de mayoría parlamentaria deberá desarrollarse con sentido de poder y fundamentado en texto constitucional. La crisis que pudiera derivarse de tal confrontación obligaría a los actores enfrentarla con astucia y habilidad. El riesgo para el Gobierno es la no efectividad de esa estrategia
Moción de censura a Vicepresidente y Ministros aprobadas por 3/5 (60%) de Diputados, conduce a remoción. Pero si ello ocurre con el Vicepresidente tres veces durante el periodo, el Presidente puede disolver la AN, lo que obliga a elecciones en los 60 días siguientes (art. 240 constitucional). A la mayoría parlamentaria no le conviene unas elecciones extraordinarias (debe cumplir su periodo), pero el Gobierno tampoco garantizaría triunfo electoral, afectando innecesariamente la estabilidad
Sectores radicales se han planteado solicitar renuncia o activar revocatorio del Presidente. Pero hay que recordar la conflictividad de 2001-2004 y sus secuelas, y tomar en cuenta que la dinámica de 2016 no facilita esa aventura. Además, si la falta absoluta del Presidente se produce en los últimos 2 años, asumirá el Vicepresidente por el resto del periodo. Riesgos: 1) provocar o contribuir a salida de facto; 2) crear condiciones de crisis inmanejable o inestabilidad innecesaria
(*) Aún no hay datos oficiales.
*Ponencia presentada en el
Coffee&Politics: “6D Alternativas a futuro”




Costo de opresión vs. costo de tolerancia


Nelson Acosta Espinoza

Bien amigos lectores, el resultado de las elecciones del 6D ha sido sorpresivo. El oficialismo quedó boquiabierto ante la deserción masiva de sus votantes. La oposición, por su parte, logró capturar esa desafección política y articularla a su oferta política. En las líneas que siguen voy intentar analizar, desde una visión antropológica, este resultado electoral. Desde luego, esta mirada es una de las tantas interpretaciones susceptibles de ser elaborada. El acto electoral es complejo. Si se quiere,  esta actividad  condensa múltiples determinaciones: culturales, emocionales,  discursivas, económicas, etc. Voy a referirme al condicionante cultural.

La antropología, desde los inicios del siglo XX ha introducido en su arsenal teórico el concepto de “potlatch”. Con este nombre se designa una ceremonia llevada a cabo en algunas tribus de la Columbia Británica -la más citada es la de los kwakwaka'wakw- que tenía lugar con motivo de celebraciones, ritos de paso, tratados de paz, etcétera. Los potlatch, prolijamente descritos por la antropóloga Ruth Benedict, consistían básicamente en un espectacular intercambio de regalos que prestigiaban a quienes los ofrecían. En forma sencilla, este ritual consistía en la obligación de Dar, Recibir y Devolver.

Cuidadito con los caballos de Troya.


 Miguel A. Megias Ascanio
El número de artículos sobre los sorprendentes resultados de las elecciones, y su aceptación por parte de la dirigencia del llamado “proceso revolucionario” (a pesar del pataleo aparente) es muy cuantioso. Unos advirtiendo, otros aconsejando y algunos más sugiriendo.

De todo lo leído, me ha parecido digno de una mención especial el escrito por Juan Carlos Sosa Azpúrua, “Reflexiones post electorales: ¿Jugada maestra de Fidel Castro?" En un largo pero muy interesante y bien formulado artículo se pone de relieve la forma en la que los Castro han ido manipulando a personas y países para acomodarlos a sus designios.

La principal conclusión a la que llega, tras una bien documentada introducción, es el hecho de que tal vez (un “tal vez” con visos de verosimilitud) el resultado tan positivo de las elecciones venezolanas no han sido sólo producto de hartazgo de lo venezolanos, revolucionarios incluidos, sino la obra, el trabajo de los maestros de estrategia que son, según Juan Carlos, nada menos que los hermanos Castro. Su argumentación es tan sólida y convincente que me ha producido un escalofrío de sólo pensar que pudiera ser cierto. ¡La victoria fue, nada menos, que una arriesgada jugada maestra de los Castro!

viernes, 4 de diciembre de 2015

Construyendo puentes



EDITORIAL

Sin lugar a dudas, el lunes los venezolanos se levantarán en un país distinto. Las elecciones habrán cambiado el mapa político; habrá ganadores y perdedores. Y la primera tarea que deben acometer es la del diálogo. Los más radicales, tanto de un bando como del otro, deben dar paso a los que estén dispuestos a dejar atrás sus rencillas, sus puntos de vista inamovibles, sus personales visiones políticas. Eso, y no otra cosa, es lo que esperamos todos los venezolanos, de cualquier signo o perspectiva, de cualquier ideología. Diálogo, paz y concordia.

Jubilados en el exterior abandonados a su suerte


Miguel A. Megias Ascanio

Con este titular, el diario digital La Patilla comentaba hace unos días la precaria situación en que se encuentran los ciudadanos, venezolanos y extranjeros, que siendo beneficiarios de una pensión, y viven en el exterior, no están recibiendo su paga.

Las dificultades burocráticas para convertir, a la tasa oficial, la pensión en otras monedas (dólares, euros, pesos, etc.) han ido en aumento. Hay que destacar que los jubilados somos personas mayores, y muchos de nosotros sufrimos enfermedades y requerimos costosos medicamentos y que ya no pueden ya trabajar (por la edad u otras razones). Si a eso agregamos que en muchos países son inflexibles en cuanto hay atrasos en los de renta, electricidad, teléfono, etc., tenemos que muchos ancianos vivimos un cuadro realmente trágico.

En la mayor parte de las sociedades, las personas mayores son admiradas e incluso veneradas. Los ancianos somos portadores del conocimiento y la sabiduría que sólo los años proporciona ("más sabe el diablo por viejo que por diablo"). Por eso, se les cuida, se les alberga, se les da cariño y aprecio. Y  por eso, es tan lamentable que quienes trabajaron toda su vida para ser acreedores a una pensión que les permita vivir modestamente se vean ahora en esta dramática situación de minusvalía. 

Todos entendemos que al país le ingresan ahora menos divisas debido a los bajos precios del petróleo. Si los gobiernos no son capaces de percibir que toda materia prima, incluso el petróleo, puede sufrir alzas y bajas, como ha ocurrido siempre, no es justo que paguemos, por esa ignorancia o ceguera, los más débiles de la cadena, los ancianos. Sin embargo hay que destacar que el IVSS ha cumplido con bastante constancia el pago de sus pensionados. No así CENCOEX/CADIVI,  que tiene un atraso de varios meses en las transferencias. ¿Somos, tal vez, los jubilados de segunda?

Nuestra dignidad exige que levantemos la voz, que es lo único que nos queda. Pedimos a los buenos compatriotas, a los ciudadanos solidarios de Venezuela y el mundo que nos acompañen en estos momentos duros. Pedimos que, junto a nosotros, alcen sus voces, exijan justicia, alerten a nuestros conciudadanos y hagan algo para ayudar, para colaborar con nosotros. No somos un número de cédula, ni una estadística. Somos vuestros mayores, los que os pueden dar un buen consejo, los que pueden ser vuestra guía, los que podemos señalar el buen camino a las generaciones jóvenes que más pronto de lo que imaginan serán también ancianos como nosotros.

Por todo esto, para alzar la voz y comunicarnos hemos creado un blog que sirva de vehículo de información y desahogo a los jubilados en el exterior, que le invitamos a visitar:

http://jubiladosenelexterior.blogspot.com.es/

Pedimos no se vulneren nuestros derechos, ni se macule nuestra dignidad. Hemos trabajado, hemos trabajado duro por muchos años, y nos merecemos que en esta hora postrera, en este otoño --para algunos ya invierno-- de la vida tengamos al menos las condiciones mínimas de nuestra vida resueltas.

No abogamos sólo por nuestro caso, lo que sería egoísta y miope. También abogamos por esos miles, tal vez millones, de ancianos venezolanos que se ven obligados, mes tras mes, a hacer interminables colas para cobrar sus pensiones. En España, donde resido actualmente, a los millones de pensionados les depositan religiosamente sus aportes en la última semana de cada mes, todos los meses, todos los años. Sería impensable que el gobierno de España no cumpliera con ese compromiso. El espectáculo de las colas en Venezuela, de inmensas colas para cobrar lo que en justicia les pertenece, algún día debe acabar. ¡Estamos con ustedes también, queridos mayores venezolanos!

A fin de promover nuestra causa, que no es ni más ni menos que se restaure nuestro derecho a cobrar regularmente, hemos organizado una petición donde solicitamos tu apoyo. Cuando lleguemos a las 2.000 firmas entregaremos una carta, respetuosa pero firme, reclamando nuestros derechos, dirigida a las autoridades de CENCOEX, el IVSS, el Banco Central y el Defensor del Pueblo.

Este es el enlace para que leas y firmes la petición:

https://secure.avaaz.org/es/petition/Presidente_de_CENCOEX_y_el_Presidente_del_IVSS_Pedimos_que_autorices_el_pago_a_jubilados_en_el_exterior/?eyagbbb 

Termino con estas palabras: "Ayúdanos, que Dios te ayudará. Hoy por mi y mañana por ti."

Gracias de antemano, por la lectura y el apoyo.
En Granada, a los 4 días de diciembre de 2015.

Adiós FAPUV, adiós al aumento salarial




Angel Lombardi

"Acuérdate de conservar en las adversidades un espíritu imperturbable”. Cómo me ha costado seguir ésta premisa luego del recule de la FAPUV y la APUZ en nuestra lucha por un salario digno y justo. La fatídica historia del año 2013 volvió a repetirse, y lo que es más sorprendente, sin apenas variación y con los mismos actores. Cuando confluyen en una misma dirección los Rectores y Decanos, los directivos de la FAPUV y el Ministro de la Educación Superior hablando un mismo lenguaje sobre lo conveniente de volver a la “normalidad” es bien difícil que la masa profesoral les contradiga.

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domingo, 29 de noviembre de 2015

Kirchner y Maduro ¿fin de una época?

Nelson Acosta Espinoza
Bien, amigos lectores,  en Argentina se ha producido un cambio político de carácter sustancial. El candidato opositor Mauricio Macri ha puesto fin a la hegemonía ejercida por el kichnerismo en estos últimos doce años (2003-2015). En las actuales circunstancias políticas (a ocho días del 6D), parece pertinente reflexionar sobre esos resultados y, desde luego, su posible impronta en las próximas elecciones parlamentarias en el país.

¿Qué revela el resultado de esas elecciones? ¿Cuál podría ser su enseñanza de cara a las  votaciones el 6D? En principio, podríamos señalar que evidencian la derrota de una lógica política. En Argentina, al igual que en nuestro país, se instrumentó un discurso político que escindía a la sociedad en dos partes mutuamente excluyentes.  Esta “razón” funcionó mientras los ingresos del estado fueron altos. En el caso de la argentina, los dividendos provenientes del sector agro exportador, en nuestro país, los derivados de la exportación petrolera.

El gobierno de los esposos Kirchner, al igual que la dupla Chávez- Maduro,  aplicaron a sus respectivos países un discurso que podemos definirlo como populista. Tres elementos centrales podemos subrayar en ese relato: se idealiza al pueblo, se privilegia una relación directa entre dirigente y las masas, y, finalmente, una aversión a las instituciones del pluralismo democrático. Esta narrativa generó una apuesta de naturaleza “mágica”: democracia de plaza llenas, puños alzados y caudillos afectuosos. En fin, una democracia sin ciudadanos y carente de diversidad pluralista. 

Ambos modelos construyeron una política de nosotros o ellos. Se atornillaron en torno a la creencia de que era posible que una vanguardia iluminada estuviera llamada a liderar a las masas. Este culto al personalismo, desde luego, trajo consigo cancelación de la condición de ciudadano.

Ahora bien, el fracaso de este dispositivo discursivo, hoy día, es un hecho. En consecuencia, es válido preguntarse qué opción podría presentarse como sustituto a esta relación política concebida en términos de “amigo-enemigo”.

Bien, amigo lector, voy recurrir al concepto de “elección crítica” (V.O. Key, 1955.) para caracterizar nuestra próxima elección parlamentaria. La ciencia política define este tipo de elección de la manera siguiente. “Proceso en el que se produce una transferencia masiva del voto de una a otra fuerza política, es decir, como un movimiento del electorado que altera los patrones de comportamiento electoral y la distribución del poder”.

Las elecciones del 6D, en consecuencia,  podrían  calzar la definición adelantada por V.O. Key. ¿En qué sentido? Bien, si las predicciones de casi la totalidad de los estudios de opinión se cumplen, estaríamos en presencia de unas elecciones de naturaleza crítica. Una nueva mayoría se estaría constituyendo alrededor del rechazo al gobierno. En consecuencias los patrones de distribución de poder podrían ser  afectados seriamente.

Los vientos del sur alientan los cambios por venir en el país. Una mayoría parlamentaria oposicionista, por ejemplo, tendría la misión de introducir iniciativas legislativas para iniciar el desmantelamiento de este estado socialista. Desde luego, la tarea no será fácil. La violencia comienza a ensombrecer el panorama político. El Presidente, continuamente lanza amenazas de recurrir a la calle, sí es derrotado en estas elecciones. Vamos a pensar que las mismas constituyen una táctica de quien se siente derrotado.

Indudablemente, son históricas estas elecciones. Sus resultados iniciaran la senda que conducirá hacia la restitución democrática en el país. Esperamos que esta unidad dentro de la diversidad (MUD) permanezca en el tiempo y proporcione sólido soporte a nuevas iniciativas políticas  por venir.




Nicolás Maduro, el demócrata



El presidente de Venezuela se refería recientemente a qué pasará en el caso de que la oposición llegase a obtener la mayoría en la Asamblea Nacional en las elecciones del 6 de diciembre. “Nosotros no entregaríamos la revolución y… gobernaríamos con el pueblo en unión cívico-militar”, dijo. Como buen demócrata, Nicolás Maduro se apresuró a aclarar que todo eso lo haría con “la Constitución en la mano”. Al presidente se le olvidó comentar el pequeño detalle de que la Constitución no contempla un Gobierno “cívico-militar” ni la posibilidad de desconocer los resultados electorales. De lo que no se olvidó fue de pronosticar que, “si fracasa la revolución, habrá una masacre”.
Pero el presidente también ha dejado claro que la oposición no va a ganar. Esa posibilidad la describe como un “escenario negado y transmutado” (no; yo tampoco sé qué es un escenario transmutado). Sorprende la seguridad que tiene Maduro de que es imposible (o “transmutado”) que la oposición gane la mayoría parlamentaria, ya que todas las encuestas registran un abrumador repudio al Gobierno en general y a él en particular. Entonces, ¿por qué está tan confiado? Por muchas razones, la mayoría de las cuales no tienen que ver con eso que llaman “elecciones limpias”. Por dar un ejemplo, Maduro sabe que cuenta con miles de funcionarios como José Miguel Montañez, el gerente de la aduana del aeropuerto de Maracaibo. El señor Montañez fue grabado por uno de sus subordinados cuando ordenaba a todo el personal que votara por los candidatos del régimen y les exigía que al día siguiente de las elecciones llevaran una foto de su voto, como prueba de que lo hicieron “correctamente”. Maduro también sabe que puede contar con el uso indiscriminado del dinero del Estado para apoyar a sus candidatos.

Además, inhabilitar a los líderes de la oposición, encarcelarlos (y, a veces, asesinarlos) o que milicias armadas ataquen frecuentemente las marchas contrarias al oficialismo seguramente nutre su confianza de que es imposible que el “escenario transmutado” prevalezca.
Finalmente, Maduro sabe que controla los medios de comunicación que llegan a las grandes mayorías. Una reciente evaluación estadística de Javier Corrales y Franz von Bergen revela que la televisión (pública y privada) apenas menciona a la oposición —salvo para denunciarla— mientras que el oficialismo es omnipresente y sus iniciativas reciben calurosos halagos. Un buen indicio de la férrea censura del Gobierno a los medios es el hecho de que la televisión no ha informado o discutido sobre la detención, en Haití, de dos sobrinos de la primera dama, acusados de estar involucrados en el tráfico de 800 kilos de cocaína. Tampoco que estos jóvenes están siendo procesados en un tribunal en Manhattan.
Pero el arresto de los sobrinos y lo que ellos están contando a las autoridades estadounidenses no son la única preocupación de Maduro y su Gabinete. Con creciente frecuencia altos funcionarios venezolanos piden asilo en EE UU y hacen graves revelaciones sobre la criminalidad del Gobierno.
Por otro lado, la Organización de Estados Americanos (OEA) parece haber despertado de su letargo y su nuevo secretario general, Luis Almagro, ha enviado una carta de 18 páginas a Tibisay Lucena, la jefa del Consejo Nacional Electoral (CNE), documentando las irregularidades y abusos gubernamentales que tolera de modo complaciente y cómplice el organismo que ella —una conocida simpatizante del régimen— supervisa desde 2006. Almagro concluye que las elecciones del 6 de diciembre “no están garantizadas al nivel de transparencia y justicia electoral que usted desde el CNE debería garantizar”. El nuevo jefe de la OEA también se atrevió a condenar el asesinato de un líder opositor, lo cual generó la inmediata y sofisticada reacción del estadista venezolano: “Almagro es una basura, con el perdón de la basura”.
Las inéditas denuncias de Almagro simbolizan la erosión del benevolente ambiente internacional del que ha disfrutado durante 15 años el Gobierno de Venezuela. Cristina Kirchner está fuera y Dilma Rousseff se tambalea. Los cubanos están “normalizándose” con Estados Unidos. Los elogios de la izquierda del mundo a la “Revolución Bolivariana” se han hecho menos automáticos o patentes (véase Podemos). Está por publicarse una carta firmada por numerosos y muy prestigiosos jefes y ex jefes de Estado exigiendo a Maduro que libere a los presos políticos y garantice elecciones limpias. El petróleo está a la baja y en Venezuela la inflación, la devaluación de la moneda y los asesinatos baten récords mundiales. Desabastecimiento y desmoralización. Los problemas son muchos y las soluciones, inexistentes.
Pero entonces, ¿qué va a pasar en Venezuela? Hay tres escenarios:
1. La patada al tablero: el Gobierno suspende las elecciones o perpetra un fraude masivo y visible.
2. El Gobierno hace milagros: Gana en buena lid y demuestra así que todas las encuestas estaban equivocadas.
3. Maduro se da un baño de democracia: la oposición gana y Maduro le concede la victoria. Eso lo legitima ante el mundo y suaviza las presiones internacionales. Sus aliados declaran con alivio que, “una vez más, se demuestra que en Venezuela hay una democracia”.
Creo que este último es el escenario más probable. También creo que, de ganar la oposición, el régimen le quitará presupuesto, atribuciones y poder a la Asamblea Nacional. Este no sería un truco nuevo: en 2008 el opositor Antonio Ledezma ganó la alcaldía de Caracas e inmediatamente el presidente Hugo Chávez transfirió el presupuesto y las principales atribuciones del cargo a un nuevo ente bajo su control. Después, Maduro —ya como presidente— ordenó arrestar a Ledezma, quien ha pasado así a engrosar las filas de los muchos presos políticos del régimen.
El mensaje: una democracia no se mide por lo que pasa el día de la votación, sino por la manera en la que el Gobierno se comporta durante su mandato. Y una tiranía lo sigue siendo aunque haga elecciones. Y aunque las pierda.


domingo, 22 de noviembre de 2015

Cuidado con el “gatopardismo”

Nelson Acosta Espinoza
Se acerca el 6D. Fecha que será emblemática en nuestra historia. Marcará el inicio del cambio que tanto anhela la mayoría de los venezolanos y requiere el país. Esta afirmación descansa en la evidencia que muestra la casi totalidad de los estudios de opinión. Sin excepción,  señalan  una ventaja considerable de la tarjeta de la unidad en estas elecciones parlamentarias. La nación se encamina, sin la menor duda, hacia la clausura de este régimen político y de su modelo económico.

Estamos, pues, ante una oportunidad histórica. ¿En qué sentido? Las elecciones parlamentarias abrirán el camino para iniciar la construcción de un nuevo modelo de desarrollo político y económico. Una ruta que cancele, de una vez y para siempre, la que ha predominado a lo largo de estos quince años de socialismo del siglo XXI. Desde luego, estas votaciones per se no provocaran este cambio. Se requerirá iniciar un debate intenso sobre las alternativas a desarrollar en el futuro inmediato. En este intercambio habrá de procurar que intervengan el mayor número de actores posibles y se analicen diversidad de propuestas en torno a la dirección de la transformación política que tanto ansían los ciudadanos.

Desde luego, es vital estar pendiente acerca de los posibles peligros que siempre amenazan situaciones de esta naturaleza. ¿Qué queremos decir?  En otras palabras, ¿de que naturaleza son los riesgos que se deben enfrentar? Bien, las eventualidades son  diversas. La primera que viene a mi mente es sortear el llamado “gatopardismo”: Hace falta que algo cambie para que todo siga igual. Este concepto alerta acerca de la tendencia de crear una apariencia de cambio con el fin último de que la base, el núcleo del sistema, permanezca incólume e inalterado.

El “gatopardismo” es un peligro real que se ha experimentado en distintas ocasiones a lo largo de nuestra historia contemporánea. La renta petrolera, para mencionar un ingrediente, ha servido de sustento a este modelo de “cambio” que se ha ejercitado en el país desde finales de la década de los setenta del siglo pasado.

Asociada a esta práctica se encuentra, lo que autores como Terry Lynn Karl ha denominado, la “paradoja de la abundancia” (The Paradox of Plenty). “La profusión de recursos naturales tiende, entre muchos otros procesos endógenos de carácter patológico, a distorsionar la estructura y la asignación de los recursos económicos, a redistribuir regresivamente el ingreso nacional y a concentrar la riqueza en pocas manos, mientras se generaliza la pobreza, se originan crisis económicas recurrentes y se consolidan mentalidades «rentistas», además de profundizar la débil y escasa institucionalidad, alentarse la corrupción y deteriorarse el ambiente”.

Toda nuestra historia reciente se encuentra contaminada por estas dos “enfermedades”. Expertos en el país la han diagnosticado. Sin embargo, la estructura cognitiva de nuestra clase política le ha impedido ir a la búsqueda de nuevos modelos que superen estas dos calamidades.

El 6D será necesario derrotar el chavismo (expresión radical de estas dos desgracias), pero, igualmente, es indispensable iniciar un debate que permita desplazar esta estructura narrativa. Creo no equivocarme al afirmar que la misma  ha predominado consistentemente  en el núcleo “duro” de la clase política del país.

Las negociaciones  y sus resultados asociados al conflicto universitario, por ejemplo,  ejemplifican esta práctica “gatopardiana”. El oficialismo la asumió como política. Los dirigentes gremiales fueron cooptados y convalidaron que “hacía falta que algo cambie, para que todo siguiera igual”. Los universitarios vamos a sufrir, en el futuro inmediato,  el “éxito” de esta práctica política.

Hay que estar atentos para poder derrotar estas dos desviaciones que han estado  presentes a lo largo de nuestra historia reciente.

La universidad en su laberinto




Argenis Urdaneta

Crisis universitaria: antecedentes y soluciones

La situación de la universidad venezolana en nuestros días no es la misma de la universidad con el régimen democrático. Es cierto que en el pasado tuvo momentos de perturbación y de tensión, pero estos fueron  superados en beneficio de un desarrollo armónico de la universidad.

El régimen político actual, aún manteniendo formas democráticas, tiene características autoritarias: militarismo con expresiones de fascismo y totalitarismo, acompañado de populismo. Es un régimen que se se caracteriza por la concentración de poder, que procura el control de la economía y asegurar el control sobre la Fuerza Armada.

Se define como socialista, identificándose como “socialismo del siglo XXI”, mezclado con el “bolivarianismo”, conformando el fundamento de una ideología (en sentido arendtiano) para la dominación.

Debido a la dependencia de la renta petrolera la reciente caída de los precios del crudo deriva en una muy grave crisis económica. Además, en esto ha incidido la manera en que el gobierno ha manejado la economía al no enfrentar un descenso previsible de los precios, propias del mercado petrolero.

En ese sentido, el marco de la crisis universitaria es la crisis política, económica y social que vive el país. Y para entenderla es necesario incluir en su estudio tanto elementos estructurales como los de orden cultural e histórico.

Petróleo y militarismo

El debate sobre la actual situación de la universidad no puede divorciarse de la condición de petro-estado, y todo lo relacionado con la renta petrolera. Tampoco puede obviarse el carácter militarista del actual régimen. La universidad venezolana es una organización altamente dependiente del financiamiento estatal, y siendo el venezolano un petro-estado, la dependencia económica financiera de la universidad se da con la renta petrolera. Esa relación dependiente es una herencia del siglo pasado, pues a Venezuela se le considera un petro-estado desde los años 20 (Gómez). Y desde entonces la economía venezolana ha estado sometida a los vaivenes de los precios del crudo.

Tal dependencia incide de manera indirecta en los problemas relacionados con la autonomía aunque son de naturaleza fundamentalmente política más que normativa. La autonomía lo encontramos en el artículo 9 de la Ley de Universidades y el artículo 109 de la Constitución

Ahora, en el siglo XXI, con un desarrollo mayor del capitalismo de Estado, con un mayor control estatal de la economía, y una utilización más política de la renta petrolera, dirigida a un mayor control para la dominación, la autonomía universitaria tiende a debilitarse. La concentración de poder que se ha desarrollado en los primeros años de este siglo, conduce a un mayor control político, y la universidad no escapa a sus efectos. En ese contexto, la dinámica de las relaciones con el Estado hace que una universidad, débil por su dependencia, tienda a ser convertida en un instrumento para la dominación. De allí que desde temprano el CNU-OPSU (Consejo Nacional de Universidades – Oficina de Planificación del Sector Universitario) condicione los aportes económicos para la actividad de investigación, a que haya una sincronía con los Planes Nacionales en la orientación de esa función universitaria.

Lo grave es que la universidad haya ido acomodándose a ello. Por lo que se ha reducido la autonomía, en tanto que no se asume su ejercicio ni se reclama su respeto, en lo que resulta emblemático el problema de las elecciones universitarias, asunto en el que ha habido sumisión y conformidad. No ha habido en ese tiempo una respuesta institucional reivindicatoria de la autonomía.

La militarización de las instituciones y de la sociedad es otro aspecto que ha venido desarrollándose en los primeros años de este siglo, y que en los últimos dos años (2014-2015) se ha asentado con más fuerza; y esa militarización también ha afectado a las universidades. La vida militar no es compatible con la universitaria. La toga es un símbolo, no es un uniforme, y el birrete no cumple la función de la gorra. Y la universidad autónoma y democrática se hace inviable. Y en esto se hace preocupante las expresiones del gobierno universitario, que asemeja más a los principios de jerarquía, disciplina y obediencia, que a expresar los principios de libertad e igualdad.

Es necesario tomar en cuenta rasgos culturales del venezolano vinculados con la dependencia de la renta y con la cuestión militar. Existe una cultura rentista que no valora suficientemente el trabajo y que convierte al venezolano en una especie de heredero que reclama su participación, y que desarrolla una relación con el ciudadano caracterizada por el paternalismo o patrimonialismo, que a su vez afecta el ejercicio de ciudadanía.

Asimismo, la cuestión militar también es un problema cultural e histórico. Desde nuestra independencia, se da una relevante importancia a lo militar. Desde 1830 en las constituciones se le otorga derechos, en sentido de privilegio, al ciudadano soldado o al soldado ciudadano. Se trataba del reconocimiento de los héroes, los soldados que “con su sacrificio dieron la independencia”. Y se extiende a “sus herederos”, los soldados de la patria. Así, se ha consagrado una mentira según la cual el actual ejército venezolano es identificado como continuación del Ejercito Libertador, cuando en realidad fue creado por Juan Vicente Gómez. Además, nuestra historia política está llena de gobiernos militares, y muy pocos años de gobiernos civiles (los pocos meses de Vargas en el siglo XIX y Gallegos en el siglo XX, además de los vilipendiados 40 años de la experiencia democrática de la segunda mitad del siglo pasado). El venezolano, sin hacer conciencia de ello, ve natural rendirle culto al militar y a lo militar.

Viabilidad institucional

El funcionamiento de la universidad tiene una estrecha relación con la organización universitaria. Es importante debatir sobre la si de debe mantener la organización en Facultades o en departamentos. O buscar una fórmula que integre ambas experiencias. Esto incluiría la estructura del gobierno universitario en los diversos órganos de decisión y de dirección, cuestión a la que el régimen ha dado un manejo demagógico, con una expresión propagandista sobre la democracia participativa; de allí que, para el momento en el que se debatía sobre la posible reforma a la Ley de Universidades, se propusiera la paridad en la conformación del gobierno universitario.

En lo que respecta a las reglas de juego en el ámbito interno, ellas deben estar relacionadas con las características de la organización de la universidad, desarrollando el juego suma variable (negociación y ganar-ganar), propio de la política, y no el juego suma cero (gana-pierde), propio de la guerra. La pluralidad propia de la dinámica universitaria se enfrenta a la dominación de un solo sector, como quiere el régimen, y eso incluiría mecanismos ideologizantes en la actividad docente. Por lo que hay que destacar y reivindicar la importancia del principio de la libertad de cátedra.

El debate de ideas relacionado con lo académico, que también alcanza la política como ciencia, conocimiento y arte, incluye lo relacionado con la vida económica y social de los actores. Lo que implica atender a problemas gremiales y sindicales, debido a la existencia de dos patronos, uno interno (la universidad) y otro externo (el Gobierno o Estado). Para los estudiantes, la participación es de tránsito, pues sus objetivos son la adquisición de los conocimientos de una profesión, que se formaliza con la obtención de un título. Por lo que tienen intereses que en el futuro se plantean hacia lo externo.

En cambio. los intereses de quienes trabajan en la universidad tienden a arraigarse en ella. Asimismo, hay que incluir el ámbito orgánico de las autoridades y sus relaciones con la vida interna universitaria, así como en sus relaciones con el Estado (especialmente el gobierno nacional). La complejidad de la participación de este actor consiste en su doble rol de profesor y gobierno, mientras que a lo externo es la representación formal de la universidad.

En cuanto a las relaciones de la universidad con la sociedad y sus organizaciones, en el último tercio del siglo pasado comienza a darse un distanciamiento y un aislamiento de la universidad con respecto de esa sociedad a cuyo desarrollo debería contribuir.

En lo que refiere a las relaciones con el Estado, ello obliga a tratar la materia presupuestaria y el financiamiento universitario, así como a las condiciones laborales de su personal, lo que debe responder a condiciones de trabajo y remuneración digna que contribuya al buen desarrollo del acto docente y de investigación.

Pero la crisis que hoy vive la universidad va más allá de su sostenibilidad financiera y de los problemas para cumplir sus funciones de docencia, investigación y extensión. Se trata de una crisis de orden sistémico, en tanto que la existencia de la universidad implica una contradicción antagónica con la orientación del régimen. Por lo que, necesariamente, surge una interrogante sobre su viabilidad institucional. De allí que el conflicto universidad – Gobierno nacional, tienda a expresarse como un conflicto con el Estado, al darse la intromisión del Parlamento nacional y con la amenaza de la futura intervención del Poder Judicial.

De lo antes señalado, se puede desprender que esta crisis universitaria abarca problemas relacionados con el modelo de universidad, al mismo tiempo que implica la defensa de su existencia contra la amenaza gubernamental de su extinción. Lo primero obliga a un debate interno sobre el posible agotamiento del modelo y la necesidad de reformas que permitan su adaptación institucional. Mientras lo segundo exige la defensa de la universidad.

Ese debate interno incluye la funcionalidad de la universidad, así como los problemas estructurales, es decir, su organización y su gobierno. Pero también una redefinición del cumplimiento de sus funciones de docencia, investigación y extensión. Asimismo, habrá que tratar lo relacionado con su financiamiento, y atender el problema de la dependencia del presupuesto estatal y la posibilidad de otras fuentes de ingreso, lo que incluye la relación con la sociedad y sus organizaciones, así como redefinir los alcances de la gratuidad.

La universidad: cambio y transición

Luego de la muerte del presidente Chávez, el 2014 se inicia con conflictividad que deriva en una importante crisis política y económica que se extiende al 2015. Su expresión económica es, principalmente, consecuencia de políticas desacertadas que no permiten enfrentar las consecuencias de una caída de los precios del petróleo, afectando aún más el desenvolvimiento de la economía nacional que ya era deficiente en 2013.

Esa situación económica implica una creciente escasez y una elevada inflación que amenaza con convertirse en hiperinflación, además de un importante déficit fiscal, acompañado del agotamiento de las reservas y las dificultades de atender a la deuda pública (interna y externa). Y en lo político-social se expresa en las dificultades para mantener el paternalismo estatal (clientelismo). Lo que significa que la era postchavez estaría signada por conflictividad y crisis, lo que pone en riesgo la continuidad del régimen.

En los años 2014-2015, la perspectiva de cambio estructural es la expectativa de la oposición. Ese cambio estructural desde la óptica opositora implicaría la transición a una democracia que superara las deficiencias de la anterior experiencia, mientras que desde la óptica de ese sector gubernamental implicaría una transición a un régimen definitivamente militar. Por lo que las perspectivas serían democratización o militarización.

En caso de democratización, la universidad podría prestar una contribución importante en cuanto a la orientación de ese proceso. Mientras que en el caso de militarización la universidad autónoma y democrática sería definitivamente incompatible con el régimen.

Asimismo, para el sector gubernamental sólo estaría planteada la preservación en el poder, lo que opera como forma de resistencia al cambio, tanto en el sentido negativo de enfrentarlo, como en la opción del cambio estructural que rompa con las expectativas de cambio democrático, y garantice, con la fuerza, el control del poder, lo que implica una salida de facto.

Debate universitario

Las condiciones antes mencionadas obligan a un debate sobre la universidad, su viabilidad institucional, el modelo de universidad, el rol de la universidad en el contexto de crisis, su posible contribución al cambio, su aporte en un proceso democratizador. Lo que también implica un debate sobre los aciertos y errores de la universidad autónoma y democrática, tanto respecto de su funcionamiento interno como en relación a la dinámica social económica y política.

Asimismo, es necesario debatir sobre cómo atender a las amenazas de la posible intervención o sobre el riesgo de extinción de la universidad autónoma y democrática. Y sobre las estrategias a definir al respecto. Lo que incluye el análisis crítico sobre el reciente conflicto laboral universitario, así como los problemas del gobierno universitario, incluida la ilegitimidad de la representación como consecuencia de la no renovación por elecciones y el ejercicio irregular de un periodo adicional.

El impulso de ese debate deberá hacerse mediante instrumentos institucionales y con la motivación de actores internos, que actuando como terceros, no sólo lo estimulen, sino que sean capaces de mediar para la conciliación.

Y el ambiente en el que habrá de desarrollarse ese debate requiere de una palabra clave: unidad. Entendiendo que se trata de la unidad de diversos, y no de la unanimidad o unicidad. La unidad en la diversidad no excluye sino que requiere el debate. La unicidad implica la conformación en la voluntad del uno (el único). Sin la unidad de los universitarios será difícil defender la universidad de la arremetida de la unicidad del régimen.

Ese debate deberá ser impulsado desde las instancias de menor jerarquía en la estructura orgánica universitaria, desde abajo hacia arriba, que sea parte de las actividades cotidianas en la universidad, en las clases, en la cátedra; sin obviar el debate más formalizado en diversas instancias de gobierno universitario, desde los Consejos de Escuela hasta el Consejo Universitario. Lo que no implica descartar el debate informal (necesario e inevitable) de diversos grupos universitarios.