sábado, 16 de enero de 2016

¿Oposición y gobierno atrapados por la lógica de la polarización?

Nelson Acosta Espinoza
La situación económica es desastrosa. Los anaqueles de los supermercados y otros negocios dedicados al ramo de distribución de alimentos se encuentran vacíos. Se han cumplido las predicciones que alertaban que el país se encontraba enrumbado hacia una situación de crisis de naturaleza humanitaria. Se enfrenta una escasez que pone en peligro la salud y bienestar de los sectores populares. Esta circunstancia afecta por igual a los sectores medios de la población. En fin, el chavismo-madurismo logró lo impensable: al estilo cubano estamos atravesando nuestro “periodo especial”.

Es bueno recordarlo. En ese lapso, los cubanos se vieron afectados por un severo racionamiento, una destrucción de su industria y reformas en el sector agrícola que termino por arruinarlo.  En general el empobrecimiento de la población generó problemas de salud y una desmoralización generalizada que se expresó en migraciones (balseros) y prostitución de la juventud, entre otros males.

Ahora bien, ante este panorama ¿Cuál ha de ser la conducta política apropiada de parte de los sectores democráticos? O en términos más generales ¿Qué espera la población que sufragó mayoritariamente el 6D por la MUD?

Vamos a intentar responder esta interrogante. La respuesta apunta a un terreno movedizo y sujeto, desde luego, a diversas interpretaciones. Me permito postular lo siguiente. Ambas agrupaciones, oposición y oficialismo, optaron por la confrontación y, su consecuencia inmediata, la polarización.

El gobierno no ha dado un paso atrás. No ha enviado señales en busca de un entendimiento que pudiera sentar las bases para una salida acordada a la profunda crisis que confronta el país. Por el contrario, bajo la dirección del diputado Cabello se intentó un “fujimorazo” para desconocer la institucionalidad del parlamento. Previamente, el gobierno se apoderó del Tribunal Supremo de Justicia, en un jugada de corte antidemocrático y sin fundamento legal. La oposición, por su parte, desde la primera intervención en la Asamblea Nacional de su Presidente, el diputado Ramos Allup, anunció una política orientada a precipitar la salida del Ejecutivo. En cierto sentido envió señales que advertían que la bancada de la oposición no estaba en disposición de abrirse a un proceso de negociación. La precipitada salida de los cuadros del parlamento pudiera verse como símbolo de esa política.

Pareciera, entonces, que los actores políticos se encuentran atrapados dentro de la lógica de la polarización. Esta narrativa, ojo es importante insistir sobre este punto,  no interpela a la mayoría de la población que voto por un cambio que abriera horizontes de futuro. Tengo la impresión que los electores que hicieron posible este cambio no están siendo escuchados con la debida atención. La polarización no ayuda a construir la nueva mayoría que sustentara los anhelos de cambios que anidan entre los venezolanos.

Se aproxima un nuevo ciclo electoral (elecciones de alcaldes y gobernadores). Estos comicios se van a dar en el marco de una situación desastrosa desde el punto de vista económico. Déficit fiscal que sobrepasa los 18 puntos del PIB; cuatro tipos diferentes de cambios; caída de la actividad económica que alcanzó más de 10 puntos de PIB e inflación por encima del 270%.

La coyuntura es apropiada para formular una estrategia que despolarice. Sería pertinente, entonces,  ir a la búsqueda de acuerdos políticos que proporcionen soporte para enfrentar los retos políticos y económicos que demanda esta desastrosa situación económica.

Brevemente, un comentario sobre lo sucedido en la Asamblea Nacional el día viernes 15 de  este mes de Enero. La ocasión: el discurso anual a la Nación. No hubo sorpresas. El Presidente Maduro reiteró su confianza en el esquema económico y político que se ha venido implementado a lo largo de esta década y media de revolución bolivariana. Lo novedoso, hasta cierto punto, fue la presentación de un decreto de emergencia económica – propuesta diseñada para gobernar por decreto durante los próximos dos meses (prorrogables)- el objetivo sería compartir con la oposición el costo político del desastre en el cual estamos sumidos.

Por su parte el Presidente de la Asamblea Nacional, Ramos Allup, respondió todas y cada uno de los argumentos esgrimidos por el Presidente. En el inicio de su intervención apuntaló el carácter autónomo del poder legislativo. “Que nadie se equivoque. Este es ahora un poder constitucional autónomo que va a debatir, controlar y legislar”.

Por otra parte, reafirmó la voluntad de diálogo; “Si hay rectificación y diálogo sincero estamos dispuestos a sentarnos a conversar. Bienvenido el diálogo, pero que sea permanente, avisó”.

Desde luego, no es fácil implementar una estrategia de esta naturaleza. Sin embargo, incrementar la presión social pudiera constituir un mecanismo que ayude a disolver la polarización política. Siempre y cuando se encuentre en sintonía con los anhelos de la población que se pronunció el 6D.





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