Nelson Acosta Espinoza
Bien, amigos lectores, pareciera que estamos llegando a la fase final de
este nefasto experimento del socialismo del siglo XXI. Para sustentar esta
afirmación bastaría un breve repaso de los sufrimientos que padece la
población. Por donde usted se desplace y mire podrá observar la evidencia de
este fiasco. Las “colas”, por ejemplo, constituyen el símbolo de la farsa
que montó este gobierno sobre los ingresos petroleros más elevados
de nuestra historia republicana.
Paradojas de la historia. Después de despilfarrar estas entradas, enfrenta
en la actualidad una crisis de carácter terminal. El presupuesto para el año
2016 ha sido calculado a 40 dólares el barril. Los expertos en este ramo prevén
un descenso de su valor de 20 a 10 dólares. Imagínese, amigo lector, la
magnitud de la crisis fiscal que se avecina. Los costos de producción de un barril
de petróleo están en el orden de 13,15. Esto deja al país con un ingreso de
8,72 dólares por barril producido, Estas cifras han sido señaladas por Eulogio
Pino actual ministro de Petróleo y Minería. No hay opción. Se está configurando
una situación de naturaleza catastrófica, en particular, en el área de
abastecimientos de alimentos.
Para enfrentar esta crisis el gobierno intenta aplicar una estrategia de
“huida hacia adelante”. Me parece que esta expresión califica adecuadamente el
decreto de Emergencia Económica presentado a la consideración de la Asamblea
Nacional. Se pretende aumentar el control discrecional sobre los recursos
presupuestarios y activos del sector privado; combatir la inflación “a través
de la implantación de un corralito a la moneda nacional” entre otras medidas,
algunas de naturaleza confiscatoria. Se intenta, igualmente, que la oposición
se haga corresponsable de la ejecución de este decreto de emergencia y, de este
modo, hacerla corresponsable de los efectos negativos que la misma tendrá sobre
el nivel de vida de la población. Corresponde, con la inmediatez del caso, a
los líderes de la oposición explicar en forma contundente las verdaderas
razones detrás de este descalabro político, económico y social. Punto de
partida para formular una política de transición hacia una sólida y genuina
democracia.
Me parece que la situación crítica que vive el país requiere de una
política y un liderazgo a contrapelo al que ha caracterizado este torbellino
bolivariano. ¿Qué queremos señalar? ¿Qué naturaleza de “héroe” requeriría esta
coyuntura?
Podría parecer extraño, a juicio de algunos lectores, afirmar que en el
marco de esta confrontación la “retirada” podría ser una de las estrategias
posibles en nuestro escenario político. No se asusten. Uso este término en el
sentido que le otorgo el escritor alemán Hans Magnus Enzensberger (Alemania
1929). Este autor utiliza el término “héroes en retirada” para destacar figuras
que orientan su conducta en el sentido contrario al de las grandes conquistas, Se
refiere “a los héroes que no representan el triunfo, la conquista, la victoria,
sino la renuncia, la demolición, el desmontaje”.
El país se encamina a una confrontación de consecuencias impredecibles. El
oficialismo, por ahora, no da muestra de conducirse bajo reglas
democráticas. La alocución del vicepresidente Aristóbulo Istúriz,
no mostró señales de rectificación y voluntad política para
llegar acuerdos razonables con la oposición.
En fin, la historia enseña que en circunstancias similares los pueblos
encuentran el camino que los conduce hacia una retirada de la situación que los
acosa. ¿Quién podría ejercer este rol en el país? En la actualidad no es
posible dar respuesta a esta interrogante. Sin embargo, la historia enseña que
este tipo de héroes siempre aparecen. Eleazar López Contreras, Medina Angarita,
por ejemplo, supieron “retirarse” y con su conducta abrieron los
cauces de la democracia en el país.
Es tarea inmediata desactivar esta conflictividad, sin posturas heroicas.
¿Quién podrá ejercer el papel del “héroe en retirada”? Queda abierta la
interrogante.
1 comentario:
Siendo lego en la materia, mi comentario lo hago en busca de información veraz. Veamos: El gobierno estimó un Presupuesto Nacional basado n un precio del barril de petróleo establecido en US$ 40,00. Pues bien, Pienso que, para este año (2016), si el pecio del petróleo estará en un promedio de 20,00 afectará al presupuesto del año 1917 y no al del 2016. Lo que querría decir que para este 2016, si en el 2015 el precio estuvo sobre US$ 40,00, no debería haber problema alguno.
¿Estaré equivocado?
Publicar un comentario