domingo, 11 de agosto de 2013

Francisco Ameliach: ¿una gestión impecable?

¿Será que el gobernador Ameliach logrará los recursos para terminar el Metro de Valencia?

Miguel A. Megias

A juzgar por el silencio de la oposición, el gobernador del Estado Carabobo, el Mayor del ejército (R) Franciso Ameliach Orta debe estarlo haciendo muy bien.

El papel que debe jugar una oposición, tal como se concibe en los paises con gobiernos democráticos, no es el de “oponerse por oponerse”, sino ejercer una voz crítica de la gestión de un gobernante, sea éste Jefe de Gobierno, Diputado, Alcalde o Concejal. La oposición llega a serlo porque pierde elecciones o porque su partido no logra alcanzar puestos de poder. Tal es el caso de los partidos políticos que, reunidos en un bricolaje llamado MUD (Mesa de la Unidad Democrática), deberían ser los más calificados voceros señalando los errores o fallas que encuentran en la gestión de gobierno nacional o local.

La MUD, aparentemente, se ha federalizado. Y decimos aparentemente porque hay MUDs locales en cada estado. Sin embargo, la federalización (autonomía) del conglomerado de partidos que la conforman no parece ejercer coherentemente su primigenia autonomía.

Hoy nos ocuparemos de la MUD que nos es más cercana, la MUD del Estado Carabobo. En las recientes discrepancias entre partidos que la integran para determinar los candidatos a los diversos cargos que serán elegidos el 8 de diciembre de 2013, la MUD-Carabobo fue incapaz de resolver el embrollo y algunos de los dirigentes de partidos locales acudieron a la MUD-Central a fin de que esta dirimiera la contienda. Cuando lo apropiado, en un conflicto local, que para nada afecta al resto del país, hubiera sido resolverlo “en casa”, sin acudir a instancias superiores donde privan intereses muy diversos y distintos a los del propio Estado Carabobo. Es decir, la mente de los MUDeros sigue siendo centralista en vez de autónoma. La federalización no parece formar parte de la cultura política de nuestros dirigentes. “Seguir el ejemplo que Caracas dio”, según cantamos diariamente a la medianoche.

Regresando al tema del término “oposición”, tal pareciera que, a juzgar por lo que se lee en la prensa local, su única ocupación –y preocupación- es la de producir arreglos para la distribución de cargos de alcaldes y concejales no importando mucho si los candidatos son o no idóneos para los mismos. La oposición, en otros paises, se conduce en forma distinta. Por ejemplo, en España, la oposición ha divulgado y combatido los hechos de corrupción. Hasta tal pùnto que el Jefe de Gobierno, señor Mariano Rajoy, ha tenido que dar cuentas públicamente en el Congreso de los Diputados sobre dichos hechos. Pero nuestra oposición local, en vez de dedicarse a lo suyo, que es oponerse, sólo parece saber hacer listas de candidatos.

El gran dedo de la MUD-Carabobo –suponemos que el de Scarano– ha señalado quiénes son los ungidos y por ahí nos vamos. ¿Y de la gestión de Ameliach? Pues, que sepamos, no hay ni comentarios ni críticas –tampoco alabanzas– sólo un silencio que le lleva a uno a pensar en una de dos alternativas: o Ameliach lo está haciendo tan, pero tan bien, que no hay crítica posible y su gestión es quasi perfecta; o la oposición no se ocupa de estas “minucias”, dado que están demasiado atareados en la lucha electoral que les permitirá a un grupo de desconocidos –para la mayoría de los ciudadanos– alzarse con la posibilidad de acceder a una minúscula cuota de poder. Como dice mi buen amigo (cuyo nombre omito), “la política es así”. Apuesto a que usted, amigo lector, no se conoce los nombres de nuestros actuales concejales –a menos que usted sea uno de ellos. Si estoy equivocado, por favor me envían el comentario a mi correo. Gracias.

Si la oposición entiende su papel y lo ejerce, algo distinto debiera pasar. Por ejemplo, preguntarse si la gestión de nuestro gobernador –sí, es nuestro gobernador, aunque no hayan votado por él– es buena, regular o mala. Si ha hecho obras o no. Si tiene planes en ejecución en los diversos aspectos de la vida del estado –cultura, deporte, salud, vialidad, seguridad, etc. Si sus asesores y colaboradores cumplen o no, si hay apertura política hacia la oposición o no. En fin, la lista de lo que una oposición verdadera debería estar verificando es larga y no les voy a cansar. La pregunta al ciudadano entonces es: ¿Siente usted que la oposición, en Carabobo, está ocupándose de la gestión del gobernador? ¿Ha leído o escuchado usted críticas al gobierno local? Porque si a mí me preguntaran, mi respuesta creo que ya la saben: no siento que la oposición esté cumpliendo con su rol contralor, de contrapeso, de crítica sana a una gestión, de indicador de lo que se hace pero puede mejorarse o lo que no se hace y pudiera hacerse mejor. Silencio absoluto. Nichts.

Por esa razón, y no porque la gestión de Ameliach sea tan buena que no hay como encontrare fallas, es que no percibimos ni lo bueno ni lo regular ni lo malo: porque la oposición no se ocupa de esos temas. Ameliach, sencillamente, existe, es gobernador, tiene bajo perfil (eso es lo correcto), da pocas declaraciones pero parece que hace cosas, y punto. De su gestión, salvo las loas que su partido le canta, nada más sabemos. Y es que, a lo mejor, lo está haciendo muy bien. ¡Siga así, gobernador!

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