domingo, 2 de marzo de 2014

¿Oposición sin relato?


Nelson Acosta Espinoza

La semana pasada asistimos a un grupo de discusión sobre la coyuntura política del país. Este colectivo está formado por estudiantes y profesores de postgrado en ciencias humanas. Asistieron, también, individualidades y personalidades de la llamada sociedad civil. Fue un encuentro interesante. A lo largo de las intervenciones se puso al descubierto un conjunto de interrogantes que requieren respuestas para poder comprender la crisis actual y, así, poder diseñar una salida a la misma.

En este intercambio, en forma reiterada, se formuló la siguiente interrogante. ¿Cómo explicar el sostenido apoyo que ha suscitado el gobierno de Maduro en el marco de una situación económica en franco deterioro? La revolución, por ejemplo, ha malbaratado más de 800.000 millones de dólares que han entrado en las arcas del estado a lo largo de estos 15 años; exhibe una de las tasas de inflación más alta del mundo; carestía crónica de alimentos, electricidad, medicinas y otros insumos primarios; altas tasas de desempleo, inseguridad y corrupción generalizada en las empresas públicas. A pesar de estos indicadores ha podido mantener un razonable apoyo popular. Principalmente en los sectores populares. En el polo opuesto se encuentran las fracciones democráticas. A pesar de la situación descrita, no han podido interpelar a una mayoría significativa de la población. Su accionar político se despliega en los territorios físicos y simbólicos donde se ubica la clase media de la población.

A lo largo del debate quedó claro que la situación económica, por si misma, no explica la ausencia o apoyo ciudadano a las políticas de la oposición y el gobierno respectivamente. ¿Cuál sería, entonces, la variable explicativa que hace falta? En la búsqueda de respuesta se apeló al concepto de relato. Vamos a exponer rápidamente este término para pasar a describir los relatos que compiten en la vida política del país.

En principio, la literatura especializada sugiere que los relatos son, en el fondo, mecanismos para simplificar situaciones complejas. El tránsito de la IV a la V república, por ejemplo, ha sido transformado de un evento complejo a una simple lucha entre el bien y el mal. Una disputa, según el relato oficialista, entre la revolución purificadora y la democracia corrupta. Esta narrativa tuvo éxito. Dotó de legitimad a los golpistas del año 1992 y, posteriormente, proporcionó la partida de nacimiento a la llamada revolución del siglo XXI. Ante esta situación, los sectores democráticos, no supieron crear una narrativa alternativa que disputara este relato. No elaboraron su propia historia para explicar lo sucedido y, así, dotar de sentido a las luchas cívicas que se desatarían en los años posteriores.

Regresemos a la actual situación de crisis política. El oficialismo, con todo el despliegue de su aparato de comunicación, ha simplificado la coyuntura política como una "guerra económica" desatada por el imperialismo y dirigida por una trilogía del mal (Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledezma). Ha enmarcado las protestas cívicas y democráticas de la oposición como expresiones de un "golpe de estado" en desarrollo y la ha acusado de ser responsable de la violencia y muertes sucedidas desde el inicio de la protesta estudiantil. En paralelo ha convocado a una Conferencia de Paz para debatir el tema de la violencia. Los sectores democráticos, aún, no han elaborado su propia narrativa. No han creado, en forma sistemática y unitaria, una historia que compita con la del oficialismo e interprete la coyuntura. La respuesta, hasta el momento, ha sido un tanto desarticulada, reactiva, enmarcada en temas de carácter moral, legal y abstracto. Es indispensable, para expresarlo con las palabras de HCR, de un foco narrativo que proporcione sentido a las múltiples protestas que se suceden día a día en el país. Los sectores democráticos deben elaborar su propio esquema narrativo que facilite, por un lado, generar empatía con otros que atraviesan dificultades semejantes y, por el otro, inspirar una nueva visión del país.

Después de todo, gana siempre la mejor historia.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Amigo Nelson, el problema es que la oposición es más que la MUD y los partidos políticos. Ese grupo de burócratas y colaboracionistas lo único que les interesa pareciera ser es mantener una especie de pacto de gobernabilidad, por eso es que el pueblo cada día más molesto le pasará por encima tanto a los enchufados del gobierno como los enchufados de la oposición, porque al final ninguno de los dos están conectados con las necesidades de la gente.

Anónimo dijo...

¿Quién va a construir ese relato Ramón Guillermo Aveledo, Henry Ramos Allup, Julio Borges,Ismael Garcia, Omar Barboza? No me hagas reír, por favor, eso es como pedirle peras al olmo, no estas viendo que la gente que está en la calle y que poco a poco se va sumando más pueblo no los quiere,y van a buscar su propia solución, que será anárquica, lo sera, pero es la única salida en estos momentos.EZ

La Braga Azul dijo...

Bueno, podemos hacer un concurso de relatos. Con un jurado bien calificado, con alta formación académica y una buena "curtimbre" política se podría determinar cuál es el mejor relato para la oposición.

Perdóname, apreciado tocayo, que no haya podido reprimir esta broma. Lo que pasa es que tengo tiempo leyendo esto del "relato". Si bien comparto el fondo de esta queja-reflexión, hay algo que no me ha terminado de cuadrar y trataré de expresártela (no garantizo el éxito, tú sabes lo difícil que es lograr un perfecto ensamblaje entre el lenguaje y lo que realmente se desea expresar):

Yo veo esta crítica como la actitud de un profesor, o de una tercera persona ajena al problema, que juzga desde lejos una situación que está frente a él. Pero resulta que -así lo entiendo- tú formas parte de esa oposición a la cual le ha faltado el relato. De esta manera, la crítica pasa a ser una auto crítica. Por supuesto,yo también me siento culpable de tal falla en nuestra lucha política. Así que no estamos relevados de esa responsabilidad. Tú llevas una intensa labor, horas de tu vida, en el análisis del fenómeno político y la verdad es que has realizado loables esfuerzos por proveer de una cultura política a los bandos donde has establecido tu trinchera. Con menos formación que la tuya, yo también lo he intentado. Si no lo hemos logrado, entonces, por las razones que sean, hemos fallado.

¿Qué debemos hacer? Insistir en nuestra intención y tratar de proveer ese relato que falta. Pero no lo sigamos viendo desde fuera. No es que la oposición "no ha sabido elaborar un relato...", es que nosotros, incluidos tú y yo, no hemos sabido elaborar el relato. Me siento más tranquilo de esa manera y me veo también obligado a buscar la solución. Te invito, tocayo, a buscar el bendito relato y no lo sigamos mencionando como si se tratara de algo que no nos atañe a nosotros.
Un abrazo fraterno.

Miguel Acosta dijo...

El relato del gobierno, Nélson, es la ayuda económica. Los colectivos atacan y protegen la revolución porque les mantienen con "ayudas" que en muchos casos son sueldos mejores de los que tu ganas. Los pobres están con quien los ayuda. Acuérdate del período en que los adecos tenían para "ayudar", entonces tenían los votos de los pobres. El relato es una mercancía intelectual de quienes son "definidores". Chávez, y ahora Leopoldo están penetrando en las masas, porque han sido capaces de hablar el lenguaje de los necesitados. Las ayudas de las misiones ya no satisfacen las necesidades frente a la inflación, y el desasbatecimiento. Ahora es el tiempo de trabajar en los barrios pobres, ofreciendo futuro y abriendo progresivamente otras perspectivas de progreso para todos. El proyecto de la revolución fracasó y ya no puede seguir dando las "ayudas". Lo que viene para Venezuela es un tobogán espontaneo de movilizaciones. La gente, también los pobres, estamos arrechos de hacer 3 y 4 horas de cola para comprar 4 kilos de harina, aún en los mercales.

nelson acosta dijo...

Amigos todos. Gracias por sus comentarios. En general comparto la idea central subyacente en todos ello: la falta de una dirección política coherente que acompañe las luchas iniciadas por los estudiantes y los ciudadanos.

En relación al comentario de mi amigo Octavio Acosta, me permito señalarle que el primer párrafo de su anotación es el más importante y da en el clavo. Me explico. Lo que el propone, en tono irónico, es lo que la dirección política de la MUD debería hacer: reunirse, evaluar la situación, determinar el carácter de la coyuntura y de sus actores y transformar ese análisis e una narrativa que permita comunicar, en forma sencilla (un relato) sus conclusiones. Desde luego, para que sea efectiva debe ser asumida por los actores involucrados.

En fin, debe condensarlas en una consigna. Por ejemplo: Levántate contra el gobierno hambreador y corrupto de Maduro. Un nuevo gobierno ya!
Esta consigna resume una narración que ubica el causante de la crisis en Maduro; se orienta hacia la población empobrecida del país y señala una salida. Es un ejemplo.

En relación a su última observación, me permito afirmar que hay distintas formas de contribuir a la lucha. Esta es na de ellas.