Nelson Acosta Espinoza
Los cambios
políticos generalmente se encuentran simbolizados por hechos particulares que
poseen una extraordinaria fuerza evocativa. Por ejemplo, el acontecimiento
fundacional de la democracia en occidente fue la Revolución Francesa. Este
suceso, sin duda alguna, inauguró las bases ideológicas de la modernidad. Pero
el acto que simbolizó esta proclamación histórica de la democracia fue la
guillotina. Las ideas de libertad, igualdad y fraternidad se encuentran ligadas
al ajusticiamiento, mediante este procedimiento, del rey Luis XVI.
Otro mito
fundacional fue el asalto al Palacio de Invierno. Sergei Einsentein llevó este
acontecimiento a la condición de fábula revolucionaria. Narra, en su
extraordinaria película Octubre, el
glorioso asalto al edificio que simbolizaba el régimen zarista y contribuyó a
solidificar el mito fundacional de la Revolución Socialista de Octubre.
Estos casos constituyen
ejemplos clásicos de procesos de
mitologización histórica. En otras palabras, se intenta eliminar de la
percepción histórica colectiva los elementos que enturbian la historia
idealizada. La denominada revolución
bolivariana, por ejemplo, expresa en forma precisa este proceso de subversión
de la historia: culto exacerbado al Libertador; su divinización y superposición
de Bolívar por encima de todos los demás mortales.
Hay un mito sobre el
cual quiero detenerme. No tanto para socavar sus bases sino, por el contrario,
ver su utilidad en las actuales circunstancias. Me refiero a la ficción de la
democracia directa. En cierto sentido este precepto prefigura la guillotina
electoral del régimen.
Uno de los temas de las ciencias políticas actuales,
lo constituye la discusión acerca de la vigencia y validez de la llamada
democracia representativa. Este es el centro de la discusión acerca del tipo o
modalidad de democracia a ser promovida. En efecto, “la democracia
representativa formal se asienta en los conocidos conceptos de elección popular
de los representantes del pueblo mediante el voto directo y universal, y en el
principio de la separación de poderes preconizado por Montesquieu”. Desde
luego, este tipo de democracia presente insuficiencias y, una de las formas de
solventarlas, es la llamada democracia directa o participativa.
El difunto presidente Chávez participó en esta idea de
promocionar una forma directa de democracia. Es así que promovió, mediante un
proceso constituyente, la aprobación de una nueva Constitución Bolivariana. Este nuevo texto
establece, entre otros procedimientos de naturaleza política, la figura de
revocatorio de mandato. En otras palabras, a los fines de hacer posible y
factible la democracia participativa y protagónica, la propia constitución
estableció el procedimiento que, en forma irónica, lo he calificado como la “guillotina electoral” o el derecho de
convocar a un referéndum revocatorio.
Ahora bien, al igual que los revolucionarios franceses
o bolcheviques debemos acumular fuerzas y templanza política para llevar a este
régimen al cadalso del referéndum revocatorio. La tareas, desde luego no será
fácil. En esta semana el Consejo Electoral ha iniciado el proceso de empedrar
el camino hacia esta salida electoral, pacífica y democrática a esta crisis que
están padeciendo los venezolanos.
Estamos ante una situación signada por el
enfrentamiento y medición de fuerzas: el oficialismo y la ciudadanía. Señalo
ciudadanía y no partidos políticos. Es deber de la MUD, entonces, entender este mandato ciudadano y acumular
fuerzas para hacer respetar este imperativo. El sentimiento de cambio campea en
la totalidad de la población. Es la oportunidad para que una dirección política
lo interprete y lleve hasta sus últimas consecuencias este mandato
constitucional y democrático.
Es el momento de llevar al régimen hacia la
“guillotina electoral” que estableció en su reforma constitucional. Los
ciudadanos estamos pendiente y presto a participar en este acto de justicia
electoral y punto de partida para una nueva democracia.
Sin duda, la política es así.
2 comentarios:
Mientras la MUD siga pregonando que la salida debe ser pacífica, constitucional, electoral, democrática, poética, balanceada, gluten-free, libre de grasas trans, sin calorías y sin despeinarse, olvídense del revocatorio. Es que no vio el vídeo de Capriles en Perú diciendo que el 350 de la CRBV es una artículo del chavismo golpista y que la MUD no lo va a usar, que mientras el país se convierte en un estado fallido el diputado Freddy Guevara se dedica a cazar poquemones en la AN, y la esposa de Henry Ramos (miss agua oxigenada) se dedica a hacer campaña política como primera dama de la AN. Olvídese querido profesor, nos tocó la desgracia de tener el peor gobierno de la historia de Venezuela, pero al mismo tiempo tenemos la peor oposición de la historia de la galaxia.
Sobre el comentario anterior de "anónimo" -además de invitarlo a leer con apertura de juicio la reflexión de NA- le sugiero leer el artículo de Simón García que está un poco más abajo.
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