Voy a dedicar estas breves palabras a significar la
relevancia de esta decisión de instalar un consejo consultivo, que hoy concreta
Voluntad Popular a nivel de nuestro estado, Carabobo, con el respaldo unánime
de la dirección nacional.
Parto de una premisa: Los partidos políticos son
organizaciones esenciales para el buen funcionamiento de la democracia. Pudiera
esto sonar a perogrullada, pero no debemos olvidar que en los tiempos agónicos
de la Cuarta República, esta verdad fue puesta en entredicho. Surgió lo que se
ha denominado la antipolítica, que para algunos connotados analistas fue la
causa principal de todo ese complejo proceso político que desembocó en la
trágica pesadilla que estamos viviendo. De aquellos barros estos lodos, se
dice. Sin ánimo de profundizar en un debate interminable, a grosso modo se
pudiera admitir la validez de tal criterio, repito el de que la antipolítica
fuese uno de los revulsivos de lo que nos ha traído hasta este doloroso estado
de complicada resolución. No obstante, no podemos dejar de señalar que los
partidos de esa época contribuyeron a que un cúmulo de emociones de
disgusto y rechazo se fueran sedimentando, con el transcurrir del tiempo, hasta
convertirse en el sentimiento de la antipolítica.
Contribuyeron los partidos en la medida que se fueron
desconectando de la sociedad civil, perdieron contacto con la realidad y, por
ende, se fue debilitando la identificación de los “espectadores representados”
con los “actores representantes”, hasta entrar así en una profunda crisis
de representación. Traigo a colación este rasgo incontrovertible de esa
etapa política de transición, porque en este sencillo acto que celebramos en la
mañana de hoy, Voluntad Popular, el cual es uno de los partidos emergentes que
apunta, con mayor fuerza, a ejercer un rol protagónico en la construcción de un
brillante futuro para la democracia en este país, Voluntad Popular concreta hoy
una decisión consistente con su idea originaria de constituirse en un partido
abierto a los influjos de la sociedad civil y, en tal sentido, ir construyendo
puentes sólidos de conexión con los diversos sectores que la conforman.
Con esta decisión, Voluntad Popular evidencia su
vocación de convertirse en un partido político moderno y pertinente para la
democracia funcional que debemos reconstruir en esta Venezuela, tan devastada
en todos los sentidos. Necesitamos de partidos que cumplan, verazmente, ese
desiderátum teórico de constituirse en organizaciones esenciales para el buen
funcionamiento de la democracia. Voluntad Popular asume el reto y la necesidad,
de cara a ese cometido, de ir avanzando, estratégicamente, en el
establecimiento de canales de comunicación bidireccional con la sociedad civil
tal como el que hoy estamos activando. De continuar en esta línea, le auguramos
a Voluntad Popular ese brillante futuro por el cual todos debemos apostar.
Para un observador como uno de la dinámica
política en el país, no sería justo, ni equilibrado, desconocer el esfuerzo que
vienen haciendo los partidos emergentes para hacer sentir su presencia, en el
ámbito de comunidades pertenecientes a los sectores sociales más desprotegidos
y vulnerables. Ese aleccionador contacto con la realidad ha servido para ir
reduciendo la brecha, por tanto tiempo abierta, entre las organizaciones
políticas y el pueblo. Es un trabajo de conexión con logros visibles,
prioritario en estos tiempos turbulentos en los que se tiene la impresión de
que casi todo el trabajo está por hacer y contamos con poco tiempo para
hacerlo. Es un trabajo absorbente, demandante de ingentes recursos, de
urgencias siempre presentes, pero que los partidos deben ser lo suficientemente
inteligentes, en su gestión organizacional, para comprender que su accionar político
no puede reducirse sólo a eso. Existen otros niveles de articulación con la
sociedad civil que deben ser atendidos, para los cuales hay que extraer tiempo
de donde no haya.
Voluntad Popular da muestras hoy de haberlo
comprendido. Porque de lo que se trata este acto es de la instalación de un
puente de conexión con otro sector importante de la sociedad civil. Son muy
pocos los partidos, es una afirmación casi eufemística para no decir que
ninguno, son muy pocos los partidos que asumen la necesidad de contar con un
grupo de pensamiento permanente: que abastezca al partido de ideas; que
nutra su debate interno y produzca insumos para la producción de la plataforma
de sus candidatos.
Vale aclarar que utilizo la palabra plataforma en una
acepción bien amplia, para englobar en ella: Uno, política comunicacional
alineada con una estructura de valores y una línea de pensamiento del partido
que deben ser explicitadas; dos, propuestas programáticas que no se queden en
meros enunciados de objetivos sino que planteen opciones de políticas públicas
y, tres, la formación necesaria de quienes se van a dedicar a hacer el trabajo
político en nombre del partido y sus candidatos. Señalo tres de los productos
más importantes, sin desmedro de algún otro que pudiere surgir.
De esto se
trata la instalación de este Consejo Consultivo.
Es un grupo externo, en el sentido de que no está
conformado por miembros adscritos a la militancia del partido. Si se puede
hablar de algún tipo de militancia, cabe decir que todos militamos,
fervientemente, en la idea de producir un cambio sustentable en la forma como
se ha venido gobernando al país. Provenimos de la sociedad civil, algunos del
sector empresarial, otros de la Academia. ¿Qué nos une?
¿Qué nos une? Si alguna cosa buena ha producido esta
crisis, este devenir continuado hacia el desastre, es el hecho que muchos
integrantes de esa sociedad civil que, anteriormente, se mantenían un tanto
apartados de la realidad interna de los partidos políticos y de las luchas por
el poder, han venido, en número progresivamente creciente, manifestando el
interés de participar en el proceso político que pueda producir el cambio de
rumbo, que saque al país de esta ruta segura hacia el precipicio. Los que
provenimos de la Academia, por ejemplo, y me disculpan los compañeros del
consejo consultivo de que por un momento hable de un sector en particular,
siendo este del que puedo hablar con mayor propiedad habida cuenta de mi
experiencia personal, los que provenimos de la Academia, de no ser por esta profunda
crisis, quizás continuásemos enclaustrados en el mundo de los libros, las ideas
y de las elucubraciones teóricas. Lo que ha logrado la incubación de esta
dantesca realidad, en la cual, por cierto, a la Academia se le ha tratado como
si fuese una piñata en fiesta de rapaces carajitos, es que muchos hayamos
internalizado la necesidad de enfocarnos en nuestros estudios, investigaciones
y pensamientos hacia el objetivo de coadyuvar en la construcción del Hecho
Político conducente al cambio necesario en el país. Estoy seguro que los
compañeros del mundo empresarial pudieran dar fe de un proceso similar de
transformación personal.
Ese creciente interés a nivel individual de
participar, se ha manifestado a través del número también creciente de
organización de grupos y actividades con la finalidad de la discusión de temas
políticos. La Política, sin ser miembros militantes de un partido, se ha
convertido en parte sustancial de nuestras vidas. A todos los que me acompañan
en la conformación de este consejo consultivo les he conocido en un continuado
compartir a través de ya varios años en este tipo de actividades: los
coffee& politics del Observatorio Venezolano de las Autonomías, los
talleres del Tren, las reuniones con las cámaras empresariales, del Grupo Pensamiento
Universitario, de la Asociación de Articulistas de Carabobo, de la
representación regional del Movimiento Independiente Democrático (MID) con su
Proyecto País Venezuela Vía Constituyente etc. Algunos escribimos regularmente
para la prensa regional, otros lo hacemos para blogs políticos que a punta de
regularidad y calidad en el tratamiento de los temas se han ganado un
reconocido espacio en la blogosfera política del país.
Nos hemos hecho compañeros en el frecuente compartir
de nuestras inquietudes y de una angustia siempre presente: ¿Cómo contribuimos?
¿Cómo articulamos nuestro accionar con el de los partidos que integran la Mesa
de la Unidad Democrática? Debo decir que también compartimos una cierta
inclinación de simpatía hacia Voluntad Popular y hacia su líder, Leopoldo
López, por esa visión anticipada que tuvo, y que algunos compartimos en su
momento, del comportamiento dinámico exponencial que llevaría esta crisis hacia
las dimensiones explosivas que estamos sufriendo. Qué duda puede caber, ahora,
de que debimos habérsela ahorrado al país. Hemos arribado adonde nunca debimos
haber arribado. Esa cualidad de visionario de Leopoldo López debe ser
reivindicada.
Debo decir también, en consecuencia, que Eli Yépez
como scout reclutador de este grupo de voluntades demostró sus habilidades de
buen ojeador, aunque este reconocimiento lleve implícito un auto elogio del
grupo. También algunos de nosotros con el transcurrir del tiempo nos hemos
convertidos en buenos sondeadores de intenciones. Hemos percibido en las
conversaciones realizadas con los personeros de Voluntad Popular que tienen la
responsabilidad de su coordinación a nivel regional, con el Alcalde Alejandro
Feo La Cruz, Reinaldo Marrero, Julio Castillo y Eli Yépez, la genuina admisión
de la necesidad que tiene el partido de nutrirse de puntos de vista
alternativos que el Consejo Consultivo, partiendo de las experiencias en el
mundo empresarial y de las tesis provenientes de diversos campos del
conocimiento, le puede aportar. Hemos percibido un estado de conciencia en
ellos de la necesidad de sustraerse de la gerencia de lo urgente, para darse el
tiempo para preparar al partido de cara al desafío de una nueva Venezuela.
Estamos participando en este acto porque creemos en la
sana intención por parte de Voluntad Popular de construir una alianza ganar-
ganar, que va más allá de satisfacer la demanda de participación política de un
sector, un tanto inquieto debo admitir, de la sociedad civil, el cual es un
propósito loable en sí mismo. Se trata, además, del logro de un objetivo
superior, como lo es el fortalecimiento del partido, mediante el trabajo
mancomunado con este grupo de pensamiento permanente que hoy se integra bajo la
forma de consejo consultivo.
Le pedimos a Voluntad Popular que no nos trate como un
grupo aislado dentro de una vitrina de cristal. Hemos solicitado involucrarnos
en la dinámica rutinaria del tratamiento de los problemas que preocupan
al partido, porque estamos convencidos que de esa palpación continuada de sus
ritmos internos y sus dolencias, emergerán múltiples oportunidades para ser
pertinentes, para aportar enfoques alternativos, novedosos métodos de análisis
y, sobre todo, ese escrutinio de los procesos desde una mirada externa, que
tanta falta le hace a los partidos cuando se encuentran en una fase crítica de
crecimiento y, además, inmersos en un contexto temporal de quiebre total, de
ruptura de paradigmas, de cambio de ciclo. Me explico: de esta profunda crisis
que estamos viviendo deberá emerger una Venezuela radicalmente distinta. No
sólo se trata de cambiar el modelo rentista, sino de cambiar la forma como
pensamos los ciudadanos de este país. Habrá que cambiar el cerebro económico de
los venezolanos, y el cerebro social, y el cerebro político. Deberá emerger una
Nueva Política y Voluntad Popular debe prepararse para ser un partido de esa
nueva política y administrarse los valores anticuerpos que le hagan resistente
a la contaminación con los vicios de la vieja política. Por todo esto, es
que hemos aceptado ser consultores, no en modo pasivo, como en un cuadro de
supuestos sabios que figure en algún lugar del organigrama del partido cuando
algunos ya estamos muy viejos para la gracia, me disculpan los jóvenes
compañeros. Aspiramos a más, queremos realmente aportar, queremos ser
intensivamente consultados.
Si de alguna vitrina de cristal tendríamos que hablar,
es de la vitrina en la que, a partir de hoy, se colocan Voluntad Popular y este
consejo consultivo. Hoy arrancamos una experiencia pionera en el país, hasta
donde mi memoria alcanza, por ello otros grupos y partidos van a estar
pendientes de sus resultados. De parte nuestra queda, del partido y de quienes
hoy asumimos el compromiso de trabajar en este consejo consultivo, el que se
produzcan resultados positivos, porque sólo a través de ellos podremos
constituirnos en ejemplo para los demás. Por cierto, en un ejemplo que sería
muy sano para el desarrollo de la nueva política en este país. Es lo que puedo
decir, en nombre de mis compañeros del consejo consultivo que hoy se instala.
Las palabras corren el riesgo de dejarse llevar por el viento, dediquémonos
pues, desde ya, a trabajar por un mejor Carabobo y por una mejor
Venezuela.
1 comentario:
Excelente discurso, y creo que válido para cualquier partido político que se perciba como tal en las actuales circunstancias históricas y sociales. 👍
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