sábado, 16 de julio de 2016

Dólares si hay o el drama de los jubilados en el exterior



 

Miguel A. Megias Ascanio


Por si Ud., amigo lector, aún no se ha enterado, el gobierno ha dejado de pagar a los pensionados del IVSS que residen en el exterior sus remesas mensuales desde enero de este año: ¡siete larguísimos meses sin dinero! Y para los demás jubilados, la deuda llega a agosto de 2015: casi un año sin cobrar. Ante este auténtico descalabro, hay quienes argumentan que dólares no hay.


Contrariamente a lo que ha venido afirmando el gobierno -repetido, lamentablemente, por algunos voceros de la oposición- dólares si hay. Lo que no hay es la voluntad de dirigir una parte de lo que se vende a diario, para satisfacer la deuda cada día mayor que el Estado (si, digo el Estado porque es una obligación que va más allá de uno u otro gobierno) ha contraído con los jubilados y pensionados en el exterior. 


Según un artículo de El Nacional, firmado por la reputada periodista Vera Azaf, y cito: "En el Simadi o Dicom actualmente se aprueban 20 millones de dólares diarios. Si bien estos montos no se asemejan a los niveles de otros años, el mecanismo se ha convertido en prácticamente el único que liquida divisas al sector privado; por tanto es una referencia que se toma a la hora de marcar el resto de los productos que están en la economía."


Es decir, el gobierno liquida mensualmente, según este artículo, unos 440 millones de dólares, tal vez, tomando en cuenta los días feriados. Bastaría con que, una vez cada semana, dedicaran al menos $10 millones (la mitad de lo que se vende a diario) para cancelar la deuda contraída; según mis cálculos, en unas 10 semanas el gobierno podría cancelar la totalidad de la deuda y, de algún modo, lavarse la cara frente a las críticas nacionales e internacionales.


El gobierno de Chávez, si algo hizo bien, fue cuidar que los estudiantes, jubilados y pensionados obtuvieran, legalmente, las divisas que les correspondía, según la Providencia 019. Incluso, se hizo caso omiso al articulo 6, que dice así:



Artículo 6. La autorización de adquisición de divisas (AAD) para los envíos a que se refiere esta providencia estará limitada hasta el monto de la jubilación o pensión, pero en ningún caso podrá ser superior a un máximo mensual de dos mil dólares de los Estados Unidos de América (US$ 2,000.00), o su equivalente en otras divisas.


Es decir, si su pensión era superior, al cambio del momento, a US$ 2.000 igual CADIVI  enviaba el monto completo. Es nuestra creencia que esto se debe a que la Providencia 019 colide con la Ley del CISS, (publicada en Gaceta 367.572 del martes 17 de febrero de 2009), que es de rango superior y que dice textualmente:


Artículo 6. Conservación de los derechos adquiridos y pago de prestaciones en el extranjero



1. Salvo que el presente Convenio disponga otra cosa las prestaciones económicas establecidas en el artículo 3 reconocidas por la Institución Competente de un Estado Parte, no estarán sujetas a reducción, modificación, suspensión o retención excepto las que, en su caso, se deriven de los costos de transferencia, por el hecho de que el beneficiario se encuentre o resida en el territorio de otro Estado Parte, y se le harán efectivas en este último. (subrayado nuestro)


Por tanto creemos poder afirmar que Chávez se cuidó de no infringir la ley del CISS ya citada, promulgada y firmada por él mismo, ocupando Cilia Flores la Presidencia de la Asamblea Nacional y siendo Nicolás Maduro el canciller. De factodesaplicó desde 2003 hasta 2014 (nueve años) el citado artículo 6 de la Providencia 019. Lamentablemente, a nadie se le ocurrió enmendar la Providencia 019.


Más claro no canta un gallo.


La nueva administración del presidente Maduro eliminó en 2014 a CADIVI y trasladó el andamiaje burocrático al nuevo "administrador de divisas", CENCOEX, y ahí comienzan las penurias de estudiantes y jubilados. Y esto ocurrió antes de que el barril de petróleo bajara de precio. El legado de Chávez fue así mancillado por su "hijo". Y así nos va...


¿De quién es la culpa, del ciego o del que le da el palo? Si bien es cierto que CENCOEX está en la primera línea de nuestros reclamos, ¿quién o quiénes le dieron  órdenes para desatender las pensiones y jubilaciones? Al fin y al cabo, el señor Rocco Albisinni, Presidente del organismo en cuestión, es un directivo de segunda línea, incapaz, por su propia cuenta, de tomar decisiones de esa naturaleza. Que cada quien saque sus propias conclusiones..



Y termino: ¡dólares si hay, lo que no parece haber es voluntad!




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