sábado, 9 de julio de 2016

¿Con el referéndum se combate el hambre?



http://www.siempre.com.mx/wp-content/uploads/2016/05/CjVtCnRXEAAvHDj.jpgNelson Acosta Espinoza

El hambre ha sido un elemento detonador de cambios políticos y sociales. La historia proporciona ejemplos que conceden sentido de verdad a esta afirmación. Quizá, el más célebre es el relato que atribuye a María Antonieta de Austria la frase “Que coman pasteles” (Qu’ils mangent de la brioche), afirmación pronunciada como respuesta a la demanda de la población por harina y trigo para preparar pan. Se imputa a este hecho el haber servido de chispa para desencadenar un conjunto de acontecimientos que culminaron con la Revolución Francesa y la sentencia a muerte del Rey y la Reina de Francia. Desde luego, sobre este suceso histórico existen versiones diferentes. En cualquier caso lo que queremos subrayar es que esta carencia (hambre) condenso un conjunto de reivindicaciones de naturaleza social y política presenten en la Francia de 1789.

En febrero del año 1917, en la Rusia Zarista esta demanda sirvió, igualmente, como catalizador a la denominada revolución de febrero. En esa fecha, con ocasión del Día Internacional de la Mujer, las obreras de las fábricas textiles de Petrogrado (San Petersburgo), donde entonces se ubicaba la capital imperial, se echaron a las calles gritando “No más hambre; Pan para los trabajadores; Abajo la guerra”. A partir de esta fecha se desataron con fluidez un conjunto de acontecimientos que dieron como resultado el inicio de la Revolución bolchevique.

Bien, amigo lector, no saque conclusiones erradas de estas dos referencias. No estoy postulando la necesidad de una revolución al estilo francés o bolchevique. Hoy día no hay espacio para este tipo de cambio político. Las revoluciones del siglo XXI son de otra naturaleza: tecnológica, científica, ambiental, entre otras. Lo que si pretendo destacar es lo siguiente. La posibilidad  que una demanda particular condense la totalidad de los antagonismos y reivindicaciones existente en un momento preciso de una sociedad. El ejemplo francés y bolchevique sirve para ilustrar este concepto.

Los venezolanos estamos viviendo una situación absolutamente inédita en nuestra historia.  Se carecen de referencias fidedignas para comparar el actual escenario de desabastecimiento crónico y de hambre que padece la totalidad de la población del país. Ilustremos esta afirmación con algunos datos. Así, por ejemplo, existe un desabastecimiento de alimentos básicos en un 80% de los supermercados y en 40% de los hogares. Al 87% de los venezolanos no les alcanza el dinero para comprar comida. En fin, el hambre azota a la población en toda la geografía nacional.

Ahora bien, ¿qué sentido tienen las dos referencias históricas con las cuales iniciamos este breve escrito? ¿Sus enseñanzas son  aplicables en el marco de la coyuntura que vive el país? ¿Será posible y conveniente elaborar un relato político cuyo eje sea la palabra hambre?

En la actualidad la MUD concentra su atención sobre  una demanda de naturaleza política: el referéndum revocatorio. Aquí están agrupados los esfuerzos y recursos de la oposición democrática. En paralelo, los partidos políticos se preparan para las venideras elecciones de gobernadores.  Es posible preguntarse si estas acciones se engarzan con las necesidades de los ciudadanos. Desde luego, formalmente la respuesta es positiva. Sin embargo, me voy a permitir hacer algunas observaciones.

La población, en general, confronta niveles dramáticos de pobreza y encaran una privación básica (alimentos) que les impide abastecer a sus familias. Esta necesidad vital se encuentra por encima de otras de naturaleza política (el referéndum). La conclusión resalta a la vista. Sería necesario, entonces, articular esta demanda social (desabastecimiento) con la de naturaleza electoral.

Sin embargo, este relato transversal aún no ha sido elaborado.

En fin, estamos frente a una doble posibilidad. Por un lado,  desnudar definitivamente a la revolución bolivariana y, por el otro,  enganchar emocional y políticamente a las masas que sirvieron  de base a este fallido experimento político

No perdamos esta oportunidad.



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