Nelson Acosta Espinoza
Si, amigo lector, la política comienza a prevalecer y a imponer su lógica en el país. Desde luego, usted puede legítimamente formularse las siguientes interrogantes ¿a qué se refiere esta afirmación? ¿Acaso, esta actividad no ha estado presente en nuestra cotidianidad a lo largo de estos años de revolución? Bien, lo que intentamos resaltar es que la práctica autoritaria que caracteriza al socialismo del siglo XXI comienza a mostrar profundas grietas. Lo que significa, entonces, que se está abriendo paulatinamente un espacio para el ejercicio de la política democrática. Entendida esta actividad como la búsqueda negociada de los acuerdos que implica la existencia de variedad en las ideas y posiciones en torno a los dilemas que enfrenta la nación. Es en este sentido que afirmamos que la política y su lógica democrática retornan.
Ahora bien, es importante iniciar un intercambio de ideas con la finalidad de discutir sobre la forma más adecuada de procesar este agotamiento. Es imprescindible prestar atención, por ejemplo, a la dimensión intelectual que debe alimentar la práctica política. En consecuencia, resultaría conveniente saber diferenciar sus aspectos tácticos de los estratégicos. En otras palabras, no ceder a la tentación de confundir los primeros con los segundos. La estrategia, como es sabido, constituye el dominio de los dirigentes, mientras que la táctica es el quehacer de los políticos de coyunturas. El estratega se preocupa por la historia; el táctico por las cámaras y los titulares y, en todo caso, por los votos que cámaras y titulares pudiera inducir.
Es bueno, señalarlo. La cultura prevaleciente en el período democrático privilegiaba los aspectos relacionados con el inmediatismo político. Cero consideraciones sobre el horizonte estratégico. Este se encontraba, por así decirlo, previamente definido (Pacto de Punto Fijo). Esta ceguera impidió a los actores políticos de la época avizorar la crisis que se avecinaba y, en consecuencia, renovar su apuesta estratégica. En otras palabras, diseñar un discurso y proyecto alternativo a lo ya existente.
Ahora bien, ¿cuál sería ese nuevo horizonte estratégico? Y ¿qué táctica sería la apropiada? Estas interrogantes apuntan hacia un tema complejo. Me voy a permitir en esta entrega adelantar, brevemente, algunas consideraciones.
La nueva apuesta democrática deberá superar, en un solo movimiento, las deficiencias del pasado y el modelo del socialismo del siglo XXI. Para alcanzar este doble cometido, sería necesario pensar el país dentro de un nuevo marco discursivo. Uno que propicie un estado federal que conduzca a la creación y afianzamiento de las autonomías regionales. Recordemos que esta búsqueda no es una demanda nueva ni carece de asiento histórico. Por el contrario, esta reivindicación se encuentra enraizada con los procesos culturales e institucionales que fraguaron la independencia y la creación de la república de Venezuela. Tuvo continuidad en las luchas por la autonomías seccionales a finales del siglo pasado, la descentralización en los últimos años de la década de los ochenta y se encuentra articulada con particularidades de carácter cultural y antropológico.
Bien pudiera preguntarse ¿qué es Venezuela? Una repuesta apropiada a esta cuestión tendría que pasearse por estas diferencias regionales que dibujan el mapa nacional. Andino, valenciano, monaguense, zuliano, guariqueños, etc., son particularidades culturales que no han sido procesadas debidamente por el discurso político que prevalece en el país.
En fin, los signos del presente son alentadores. Es por esta razón que afirmamos que la política reaparece. Sin embargo, cuidado con los peligros que se derivan de los viejos hábitos. Estemos atentos.
1 comentario:
Es para mi modesto entender , uno de los artículos más valioso de los escritos por Nelson Acosta , por su profundidad de largo alcance , por la claridad de las ideas , y lo que me parece más importante como venezolano preocupado por la Venezuela actual , por su indiscutible pertinencia, para mi sin duda Nelson es un político estratega , quizás por eso muchos venezolanos no lo conocen , y otros muchos no lo entienden.
Antonio Avellan.
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