domingo, 21 de septiembre de 2014

¿Es pícaro el venezolano?


Nelson Acosta Espinoza

Recientemente recibí una invitación del antropólogo Jesús Cardozo a participar en un circuito de conferencias sobre el tema de la idiosincrasia del venezolano. Cardozo espera convocar a diversos expertos para debatir sobre este tópico. Sin lugar a dudas, esta es una iniciativa relevante. Su importancia radica, entre otras cosas, en lo siguiente: es de vital importancia intentar descifrar las claves que permitirían comprender y, eventualmente, modificar lo que convencionalmente se denomina como la idiosincrasia del habitante de este país. Esta tarea tiene una especial significación en los tiempos que corren. La revolución socialista, por ejemplo, se ha propuesto la creación de un "hombre nuevo", radicalmente distinto al arquetipo dentro del cual se supone calza la personalidad del venezolano.

Antes de avanzar, parece necesario definir que se entiende por idiosincrasia y cuales rasgos caracterizan la venezolana. La idiosincrasia es "rasgos, temperamento, carácter, etc., distintivos y propios de un individuo o de una colectividad", afirma el Drae. Proviene del griego idiosyncrasie que se puede traducir como "temperamento individual." En algún momento el término comenzó a usarse para describir las sociedades. Por ejemplo, los ingleses por elegantes y fríos, los argentinos por arrogantes, los colombianos por recatados. Desde luego, estas descripciones son arbitrarias y, la mayoría de las veces, no hacen justicia a las sociedades que pretenden detallar.

La idiosincrasia venezolana ha sido objeto de estudios por antropólogos y psicólogos. Su finalidad ha sido excavar y resaltar en los elementos que conforman o sustentan la identidad del venezolano. Los políticos, por otra parte, también se han aventurado en este ámbito. Aquí el propósito ha sido auscultar los rasgos que definen la cultura popular con la finalidad de construir identidades políticas estables en el tiempo.

La picardía del venezolano o el triunfo de Tío Conejo, por ejemplo, es el resultado de las reflexiones del reconocido psicólogo, Axel Capriles, sobre el carácter social del venezolano. Este reconocido investigador identifica dos figuras que definen el contorno de lo que este estudioso considera nuestra identidad. La picardía y el héroe. La primera es una figura arraigada en la memoria histórica nacional y connota ingenio, informalidad y astucia. El héroe, por su parte, es el instrumento del cual nos valemos para proporcionar continuidad a nuestra identidad como habitantes de este país.

En otro extremo, algunos intelectuales afectos al gobierno, señalan que en los últimos cien años se ha insertado en la mentalidad colectiva del venezolano rasgos de viveza y mendicidad. Para la revolución han sido estas características las que han definido al venezolano previo a la quinta república y, desde luego, deberán ser extirpados en aras de la construcción de una nueva idiosincrasia socialista.

En fin, como puede verse el tema es apasionante y tiene profundas implicaciones valóricas y morales. Me voy a permitir introducir una objeción de índole antropológica. ¿Es lícito hablar del venezolano? ¿Este concepto abarca la variedad de "venezolanos" que existen en este país? ¿No somos, acaso, la abigarrada combinación de diversas identidades? ¿Orientales, andinos, llaneros, zulianos, centrales no conforman diversas y distintas historias e idiosincrasias?

Me parece legítima esta observación. Los relatos convencionales no reconocen las diversas singularidades culturales que dan forma a los diversos mundos de vida que coexisten y constituyen nuestra venezonalidad.

Esta iniciativa del antropólogo Jesús Cardozo abre un espacio para intentar dar respuestas a estas incógnitas que tocan lo medular de nuestra singularidad como país.

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