domingo, 16 de septiembre de 2012

Tiempos de Dictadura: el miedo y el silencio se pueden vencer



Nelson Acosta Espinoza

En principio estaba un poco renuente de aceptar la invitación para ver el último documental de Carlos Oteyza. El cansancio y las inevitables colas en la ciudad servían como un eficaz elemento de disuasión para asistir a esta presentación cinematográfica. Finalmente acepté, arropado por cierto pesimismo. Esperaba encontrar poca gente en la sala. Un documental histórico, pensaba, no es competitivo frente a las distintas producciones de verano orientadas para un público juvenil. Mi primera sorpresa: el cine estaba repleto, precisamente, con una asistencia de jóvenes de ambos sexos. Segunda sorpresa: durante la exhibición del documental, los espectadores aplaudieron en distintas ocasiones y el final fue celebrado mediante una cerrada ovación.
Esta expresiva admiración suscita algunas interpretaciones. En primer lugar, como grata aceptación de un documental muy bien realizado. Tanto desde el punto de vista técnico y como relato desapasionado de una época que colocó un paréntesis en la consolidación de nuestra democracia. Por otra parte, la reacción del público muestra cuan arraigado se encuentra, en el alma del venezolano, la cultura democrática y su necesidad de información sobre sucesos, realizaciones, héroes, y mártires de este lapso de nuestra historia.
“Tiempos de Dictadura” es una película que narra nuestro asomo a la modernidad dentro del marco de un régimen dictatorial. Década en que “la bonanza petrolera impulsó las obras públicas, la semana de la patria y los fastuosos carnavales, mientras que la Seguridad Nacional -la policía política del régimen- se encargaba de amordazar a los partidos, a los medios, a los venezolanos”.
Esta última producción del cineasta Carlos Oteyza despierta en el público esa pulsión democrática y libertaria que ha caracterizado nuestra venezolanidad a lo largo de nuestra historia. Los paralelos con el presente son evidentes: uniformes, desfiles militares, empleados públicos “afranelados”, uso de símbolos patrios, fanfarria patriotera al entregar casas bien equipadas, etc. Pero lo fundamental, a mi juicio, es que este documental muestra que el miedo y el silencio siempre se pueden quebrar.
Soy optimista. El oficialismo no ha podido socavar la conciencia histórica de los venezolanos, ni despojarnos del orgullo de haber creado como pueblo, la porción más sentida y significativa de nuestro pasado inmediato, el régimen sociopolítico democrático, nuestra obra fundamental del siglo XX. (Germán Carrera Damas dixit).


No tengo dudas. El 7 de octubre de nuevo saldrá triunfante la democracia.

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