domingo, 12 de julio de 2015

¿Y para qué escogemos diputados a la Asamblea Nacional?



 
Juan Manuel Trak 
Las elecciones del 6 de diciembre son de suma importancia para el proceso político que atraviesa Venezuela.  Sus resultados van a afectar de manera inmediata los cursos de acción de los actores políticos y traerán como consecuencia cambios importantes en la dinámica nacional.  Los escenarios que se dibujan a cinco meses de su celebración conducen a preguntarnos sobre el sentido de la elección, es decir, cuál es el propósito de elegir diputados a la Asamblea Nacional.

En primer lugar, en cualquier país democrático la elección de los miembros del Poder Legislativo supone una evaluación del gobierno y la principal fuerza de oposición.  En el caso del gobierno, la elección es un examen sobre los resultados de las políticas implementadas: la economía, la seguridad, las políticas sociales, los servicios públicos, entre otros.  En este sentido, es una prueba importante para el partido de gobierno convencer a la mayoría de los ciudadanos que lo está haciendo bien.  En el caso del PSUV, esto es una tarea cuesta arriba, pues la percepción generalizada de la ciudadanía es que el país está mal y en el futuro inmediato va a estar igual o peor.  Para la oposición supone también un examen sobre su capacidad de ejercer su rol, sobre su proactividad para defender los intereses y preferencias de aquellos que no están satisfechos con el desempeño del gobierno.  En este sentido, los partidos de la Mesa de la Unidad Democrática tienen el desafío de presentarse como un contrapeso y alternativa al partido de gobierno. Su mayor deficiencia es la incapacidad de articular estrategias más allá de lo electoral, de presentar un proyecto compartido de país y demostrar que tienen lo que se necesita para ser gobierno en el mediano plazo.

En segundo lugar, la elección de los diputados a la Asamblea Nacional sirve para que los ciudadanos expresen sus preferencias políticas, indicando con su voto el curso de acción que deberían tomar las instituciones políticas.  Así, una supuesta victoria del partido de gobierno supondría la anuencia de los ciudadanos para que se continúe con el conjunto de políticas que se han implementado hasta el momento.  Por el contrario, la victoria de la oposición  debería implicar un primer paso para un cambio de rumbo en la manera como se dirige el país.  En este último escenario, una Asamblea Nacional dominada por la oposición debería obligar al gobierno a negociar un esquema de convivencia política que tome en consideración las preferencias de la mayoría de la población.

Finalmente, la elección de los miembros del poder legislativo también entraña la solución pacífica de los conflictos por el poder, es decir, es la redistribución del poder en función del mandato de los ciudadanos.  De allí que sea de vital importancia que el Consejo Nacional Electoral sea un actor neutral en el proceso electoral.  Lamentablemente se observa cómo la mayoría de sus autoridades actúan para favorecer a una parcialidad política, manipulan los procesos y los reglamentos, minando sistemáticamente la confianza en el voto como mecanismo para la resolución pacífica de los conflictos propios del poder.

Así las cosas, la elección de la Asamblea Nacional definirá los escenarios en el corto y mediano plazo.  Cabe preguntarse si todos los actores políticos están claros sobre la importancia de los comicios que se avecinan y la responsabilidad que tienen en sus manos.


por PolitiKa UCAB • julio 3, 2015 

No hay comentarios: