domingo, 19 de enero de 2014

Cuando las barbas de tu vecino veas cortar…


Miguel A. Megias

Hasta hace unos días, el barrio El Gamonal, en la ciudad de Burgos (España), era completamente desconocido para la inmensa mayoría de ciudadanos, españoles o no. Del anonimato más profundo El Gamonal ha pasado a ser ampliamente conocido, sobre todo en España; pero también en Iberoamérica, donde muchos seguimos las peripecias de los españoles.

¿Que ha pasado para que se universalice el nombre de este pequeño barrio burgolés? Pues sencillamente, la protesta de los vecinos, primero; la publicidad lograda en esa primera etapa; y la protesta masiva, en toda España, en sintonía y simpatía con los del barrio en cuestión. Lo que los ha llevado a las primeras planas de todos los diarios españoles es la protesta ciudadana contra un alcalde que pretende (o pretendía, porque ya cedió) llevar a cabo una obra, en una de las principales calles del barrio.

No entraremos a precisar si la obra a realizar era o no beneficiosa para la comunidad; lo importante no es la obra, en si, sino la importancia que ha cobrado la reacción airada de los vecinos quienes llevan tiempo oponiendose sin que el alcalde de marras se diera por enterado. Hasta ahora, en que la pradera empezó a arder. Y para apagar el fuego, que se ha propagado a todos los rincones de España, solidarios con los vecinos de El Gamonal, el alcalde, D. Javier Lacalle, ha tenido que dar marcha atrás, a toda máquina. Primero intentó “detener, por ahora” la obra. Para, dias después, declarar que los trabajos no se “definitvamente, no se realizarán”.

Este ha sido un ejercicio, un valioso e imporante ejercicio, de poder ciudadano, de democracia en acción. Tal parece que en los 35 años que lleva en vigencia la actual constitución española, los ciudadanos de ese país han aprendido a olvidar los 40 años de férrea dictadura de Franco donde cualquier suspiro de protesta se pagaba con la carcel o con la muerte. Los españoles, tal parece, han perdido el miedo y están, por decir lo menos, “alzados”.

¿Que ha impulsado a cientos, miles de ciudadanos de toda la geografía española a acompañar al pequeño grupo de vecinos que iniciaron la protesta? Desde luego, la lucha de David contra el aparente Goliath es una de las razones. Muchas personas que ni conocen El Gamonal ni tienen nada que ver con la construcción de las obras proyectadas han visto en la protesta de unos pocos, la lucha entre los poderes establecidos y los ciudadanos “de a pie” que, aparentemente, no poseen el poder de echar para atrás las decisiones del gobernante de turno -el alcalde en el caso que nos ocupa.

Pero lo más curioso no es sólo la protesta, sino la forma en que lo han hecho. Los vecinos no han ido a la sede del la alcaldía, como pudiera pensarse, no. Lo que han hecho es ir a protestar ante el ejecutor de la obra, que es quien mueve, aparentemente los hilos del poder detrás del poder. Ha sido la protesta, además de contra el alcalde, contra una de las empresas que dirige el señor Antonio Miguel Méndez Pozo, mejor conocido como “el jefe”. Este señor, que fue condenado hace años por fraude y corrupción (incluso, estuvo preso siete meses por estos hechos), lejos de “apartarse” de la escena pública ha ido amasando fortuna, empresas y medios de comunicación, incluyendo un periódico de Burgos. Y aunque no parece un trabajo de Méndez Pozo, de alguna forma si lo es. Según el diario El País (España): “Se promovió a través de una empresa de proyectos de su propiedad (MGB) y fue recomendada como una obra necesaria a través de las páginas del Diario de Burgos, también de su propiedad. Para cuando se llegó a un concurso público donde las candidaturas eran supuestamente secretas, demasiada gente sabía la que Méndez Pozo señalaba con el dedo.” Por si algo faltaba en este drama, es bien sabido que el señor Méndez Pozo está intimamente ligado a los medios políticos del Partido Popular (PP). Y son los “barones” del PP quienes, en última instancia tienen la palabra definitiva en lo que a adjudicación de obras se refiere. ¡Toda una trama político-financiera!

Afortunadamente, ha ganado el pueblo, la democracia. Lo que parecía una desigual lucha entre un grupito de vecinos y un todopoderoso empresario –con alcalde de por medio- se ha convertido en una victoria, una rotunda victoria que el pueblo burgolés, en primer lugar, y el pueblo español también, celebran. Una victoria que, además, puede servir de ejemplo y guía para futuras protestas, dada la desfachatez con la que empresarios y políticos defraudan al pueblo español. Véase, por si quedan dudas, los “escándalos del yerno del Rey”, Iñaki Urdangarín y su real esposa, la infanta Cristina de Borbón y Grecia.

Que El Gamonal nos sirva de ejemplo. Hay mucho por lo que protestar en esta Venezuela atrabiliaria donde la ley y el orden lo ejercen los aparentemente poderosos. ¡Cuidado con los Méndez Pozo tropicales!¡Cuidado, con los pies de barro! No olvidemos que “cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”.

En este Observatorio nos unimos a la protesta en contra los desmanes del centralismo y desde luego avalamos y acompañamos al importante grupo de ciudadanos que exigen la restitución del Teatro Municipal, Plaza de Toros, Parque recreacional Sur más la revocatoria de “autoridad única” instituida por el gobierno central, en connivencia con el gobernador electo por todos los ciudadanos de Carabobo.

Y agregamos: “devuelvan el Ateneo; devuelvan los peajes y autopistas; devuelvan el aeropuerto y devuelvan el puerto; y, de ñapa, devuelvan los hospitales que en mala hora centralizaron.”

“Valencia se respeta y se hará respetar”

A continuación unos vídeos de las protestas de El Gamonal








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