Se aproxima un proceso de transición y cambios políticos en el país. La dirección que tomará quedará despejada a partir de la elección del 7 de octubre.
De ganar el candidato oficialista Hugo Chavez, se acelerará la vía que conducirá hacia un estado centralizado, socialista y comunal. Es decir, se profundizarán las tendencias que se han venido observando a lo largo de los últimos 14 años.
Caso contrario, de ganar el candidato de la oposición, el camino que tendrá que transitar el nuevo gobierno será complejo y tendrá que enfrentar poderosos obstáculos –entre otros, el chavismo en la oposición y su control de muchas de las instituciones del país (Poder Legislativo, Contraloría, Poder Judicial, Fiscalía, Poder Electoral, ...). Y, desde luego, no puede subestimarse la grave situación económica y fiscal que deberá afrontar la nueva administración.
En este cuadro, se requiere de un programa mínimo impregnado de una alta dosis de realismo y mucha mano izquierda. En relación a este punto, el Observatorio ha hecho algunas precisiones desde hace algunos meses, como sigue:
1. Alternancia en el poder (no a la reelección)
2. Respeto a los derechos de las mayorías y minorías
3. Respeto a las libertades democráticas
4. Valoración de la dimensión cívica del poder
5. Voluntad expresa para restaurar y profundizar el carácter federal del estado venezolano.
Para finalizar, queremos enfatizar que nos enfrentamos a algo que trasciende al simple cambio o relevo de gobierno –como fue el caso durante los 40 años de gobiernos de AD y COPEI- sino a la reconstrucción y profundización de las instituciones democráticas. En especial, será preciso que el nuevo gobernante ayude a generar las condiciones políticas que faciliten el proceso de redistribución del poder; es decir, apoyar la federalización del país.
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