A Propósito del foro Federación: Actores y futuro
Determinados cuerpos discursivos son refractarios a la acción del tiempo y del espacio. Como la “Roca de Gibraltar” resisten el trabajo del tiempo y de los seres humanos. No se erosionan y continúan proporcionando los parámetros que definen las estrategias que formulan los actores políticos. Marcos cognitivos que organizan la forma de ver el mundo, determinan las políticas sociales y las instituciones que llevan a cabo efectivamente estas políticas.
Al interior de estos marcos existen tendencias de evaluar las posibilidades del cambio político y electoral a partir de las circunstancias de orden material: inflación, desempleo, inseguridad, precariedad de la infraestructura, deterioro de la economía, etc. Estas condiciones “objetivas” proporcionan elementos para la elaboración de propuestas programáticas e insumos para la actividad partidista y las rutinas electorales. Pudiéramos calificar esta aproximación como “racionalista”. Sin embargo, hoy en día, la lingüística, la neurociencia, la antropología, entre otras disciplinas, apuntan a demostrar que estas circunstancias por sí mismas no son suficientes para esculpir y explicar una determinada conducta electoral ciudadana en un momento preciso. La “razón” requiere de la “emoción” y, ambos espacios, básicamente operan en la dimensión inconsciente de nuestro cerebro.
Una oferta electoral debe federalizarse y articularse con los apegos primordiales que conforman la cultura popular de las distintas regiones del país. La consigna progreso, por ejemplo, desprovista de estos contenidos concretos y desarticulada del marco federal ofrece un grado menor de comprensión para los sectores populares. Hay que afincarse en las circunstancias simbólicas, lingüísticas y materiales que inciden en la probabilidad de tener éxito o fracasar en procesos electorales. El Observatorio Venezolano de las Autonomías ha venido desarrollando iniciativas en esta línea de reflexión.
El gobierno ofrece como conclusión simbólica de su discurso la alternativa Dios y mi comandante”. La oposición debiera revivir la vieja consigna de “Dios y Federación”. La primera es excluyente, la segunda es inclusiva y responde a nuestra diversidad cultural y política
Reflexión del Observatorio sobre los contenidos del
Foro Federación: Futuro y actores.
En el curso del foro realizado los días 18 y 19 de junio se intentó vislumbrar el curso futuro de la democracia, a partir de la propia lógica de su evolución histórica. Este viaje conducirá verosímilmente a nuevas concreciones de los ideales democráticos.
De la misma manera que los Gobiernos caudillistas fueron reemplazados por las democracias censitarias y éstas fueron perfeccionadas y ampliadas en los regímenes democráticos modernos, la democracia del futuro por venir debe iniciar una evolución hacia una profundización de sus componentes sociales y participativos. La de las autonomías, entonces, ha de ser concebida como la democracia post liberal.
Ante la dinámica que están tomando los hechos, como consecuencia de las políticas populistas, nos encontramos ante una encrucijada que exige marcar distancias con los planteamientos asistencialistas. Por ello, el debate sobre la democracia post-liberal es actualmente una exigencia central para todos los sectores progresistas. Una alternativa que sobrepase versiones de corte neo-liberal y populista y se encamine hacia la democracia post-liberal y federativa.
Sólo así podremos iniciar el re encantamiento de la política.
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