lunes, 18 de junio de 2012

La política es la utopía




Nelson Acosta Espinoza

Siempre en la Utopía. Crónicas de medio siglo y una historia del MIRCon este título, Segundo Meléndez Castillo narra, desde una perspectiva biográfica, un trozo importante de la historia política del país. El libro de Meléndez, podría definirse como el relato heroico de una voluntad militante enclaustrada en un horizonte utópico.

El autor jugó un papel protagónico en la lucha revolucionaria desplegada por el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) en los años sesenta. Fue actor y testigo de primera línea de ese derroche de idealismo, valentía y coraje que caracterizó a toda una generación de jóvenes políticos venezolanos. Su crónica abarca, desde luego, el entorno político y social del país dentro del cual se desplegó esta confrontación armada.

Al inicio de esta breve crónica afirmamos que su lucha estuvo encerrada dentro de una utopía revolucionaria. Concepto que reitera en el título de su libro. Es bueno recalcar que el autor utiliza el término en un sentido positivo: optimismo utópico, que debe ser permanente en la voluntad de todo revolucionario.

Sin embargo, pudiera ser útil, a esta altura histórica, preguntarse sobre la relación existente entre utopía y política. Reflexión que pudiera orientarnos sobre la causas del fracaso de ese intento de construir una alteridad al sistema democrático que experimentaba el país.

Es paradójica esta relación. Veamos. En circunstancias en la que las instituciones políticas parecen inmodificables y en el horizonte ningún agente colectivo ofrece la esperanza de modificar el status quo es tiempo de construcciones utópicas; de imaginar todo tipo de variaciones y recombinaciones institucionales. 

Por el contrario, en momentos en que el sistema se encuentra en vías de perder su legitimidad, cuando la élite gobernante se muestra a todas luces insegura y asediada por divisiones internas, las reivindicaciones populares se hacen más seguras y las urgencias políticas más concretas en su apremio e insistencia. Es tiempo de formulación de programas políticos que desplacen las reflexiones y digresiones especulativas.

Desde luego, ello no implica que lo utópico carezca de sentido práctico. Siempre, el ejercicio imaginativo se encuentra inscrito en el alma de la tormenta. Y este torbellino hace obligante la formulación realista de la política. La generación de los años 28 y 36, por ejemplo, vivieron períodos de ideaciones utópicas que, posteriormente, sustentaron la creación de la institucionalidad democrática que hoy luce agotada.

Las imágenes del futuro se encuentran ya formuladas. Es el momento de hacerlas realidad. Tiempo de concreción política. Ahora sí, amigo Segundo, estamos cerca de poder alcanzar el sentido que arropa tu biografía: una política “con rostro humano, de justicia social y libertad” en un marco, agrego yo, distributivo del poder, federal, autonómico y democrático.

A continuación un álbum de fotos tomadas durante el bautizo del libro

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2 comentarios:

La Braga Azul dijo...

Me gustaría leer este libro de Segundo Meléndez. Si alguien tiene cosas que decir sobre el MIR y todo el proceso que se vivió en los años 60 y 70, y por supuesto antes, es él. Siempre me llamó la atención la actitud de Segundo Meléndez, "Telaraña" para nosotros, en todos los debates que se daban en el interior del partido. Segundo no hablaba, no pronunciaba discursos, no pedía la palabra; sólo observaba y anotaba. Y en las pocas ocasiones que lo escuché era directo, llano, sin preciosismos verbales, lejos de la imagen del líder carísmático al que todos nos gustaba seguir (costumbre que lamentablemente todavía se mantiene). Era él quien llevaba el Acta de todos los debates, el que redactaba, el que transcribía los documentos. Él hacía el trabajo que a nadie le gustaba, organizador nato, infatigable. Así lo conocí, hasta que se dio aquella lamentable fusión con el MAS, después de tantas cosas que dijimos y escribimos para diferenciarnos de esa izquierda adulcorada. Segundo debe tener muchas anotaciones de esto y espero que estén narradas en su libro. Lo leeré y hablaré sobre él.
Y lo que más me gusta ahora de Segundo es la posición frente al actual "Proceso" que seguramente debe tener, a juzgar por la compañía que lo rodea en esta presentación. Aquella revolución con la que tanto soñamos en épocas pasadas no se parece en nada a este mamarracho bolivariano.
Un saludo cordial para todos.

nelson acosta dijo...

Gracias por tu comentario. El libro de Segundo Meléndez (telaraña), me parece un importante aporte a esa historia desconocida por la nuevas generaciones. Es apropiado recordar que existíó un grupo de jovenes que se embarcaron en la "utopia", con desprendimiento y valor.

Ensañanza válida para esta época de confusión valórica. Sin embargo es momento de la política dentro de un marco de honestidad y coraje. En este aspecto el libro es aleccionador.
Muchas gracias por tus observaciones..