domingo, 12 de enero de 2014

¡Dios y Federación!


Nelson Acosta Espinoza

En la Gaceta Oficial número 40.313, de fecha 11 de diciembre de 2013, aparece publicado un decreto presidencial mediante el cual se crea la Autoridad Única de Área para el estado Carabobo en el cual se desarrollará la “Ciudad Hugo Chávez”, que atenderá a las parroquias Santa Rosa, Rafael Urdaneta y Miguel Peña del municipio Valencia. De acuerdo con el Decreto n° 666, la Autoridad Única tendrá carácter de Servicio Autónomo sin personalidad jurídica, dependiente legalmente del Ministerio de Vivienda y Hábitat.
Las experiencias en el país relativas a esta figura administrativa y jurídica no han sido del todo beneficiosas. Un caso, si se quiere dramático, lo constituye la Autoridad Única de Vargas. Esta solución, formulada desde el gobierno central, no pudo dar respuestas a los inmensos problemas que generó la tragedia en esa entidad. Recordemos que tras este desastre, Chávez ordeno la creación primero, de esta Autoridad Única y, después, la formación de CorpoVargas. Estos entes tenían la responsabilidad de los trabajos de planificación, prevención y reconstrucción de las áreas desoladas. De acuerdo a especialistas sobre el tema, ha sido pobre y desorganizada la ejecución de los trabajos desarrollados por esa corporación. Ha prevalecido un exceso de racionalidad ingenieril en menoscabo de una comprensión más globalizante (dimensiones históricas, sociales y antropológicas) de la problemática asociada a la tragedia del Estado Vargas.

Otro ejemplo que ilustra esta política centralista es el denominado Programa Guayana. Su intención original era generar un polo de desarrollo y crear una nueva ciudad que sirviera como epicentro del desarrollo de toda la región de Guayana. Sin embargo, se incurrió en un exagerado racionalismo y un desprecio hacia las realidades históricas y antropológicas pre-existentes. Quizás aquí resida parte de la explicación de los graves desajustes que presenta hoy en día esa región.

Desde luego, existen otros ejemplos de esa política despreciativa con las autonomías regionales. Corpocentro, Corpozulia, Corporiente, Corpoandes, entre otras iniciativas, son expresiones de legado centralista de nuestra democracia. Este gobierno, sin duda alguna, desea “dar un salto atrás” y revivir situaciones que en el plano administrativo y político han mostrado su ineficacia y sentido autoritario.
El punto que deseamos enfatizar es sencillo. Lo que le está acaeciendo a nuestra ciudad es parte de un política expresa para recentralizar aún más al país. A Carabobo, por ejemplo, le han sustraído sus competencias relativas a la administración del puerto, aeropuerto y autopista. Le han aplicado una política restrictiva en el área de salud, educación y seguridad. En el plano impositivo no le devuelven los recursos fiscales generados en este estado. Ahora pretenden violentar la lógica democrática al intentar despojar del ámbito de la alcaldía la responsabilidad por el desarrollo de tres parroquias emblemáticas de la ciudad. Igualmente, en la esfera de lo simbólico los carabobeños han sido despojados de iconos fundamentales para su identidad como pueblo y región. Se pretende destruir la cultura urbana dentro de la cual todos los ciudadanos nos reconocemos como iguales.

En fin, estamos ante una oportunidad interesante desde el punto de vista de la formulación de una apuesta política que combata la que ofrece el oficialismo. Las usurpaciones a que están siendo sometidos los estados (particularmente Zulia, Lara, Táchira, Distrito Capital, entre otros) ofrece la oportunidad para elaborar una propuesta política que se enlace con el sentir e identidad de estas regiones. Un relato político único y diverso al mismo tiempo. Único, porque apuntaría a una sola reivindicación: autonomías políticas a las regiones. Diverso en tanto tendría que expresarse a través de las distintas claves culturales y políticas presente en las regiones. En otras palabras, a pesar que no tengamos una plena conciencia de lo que iniciamos, la lucha en Valencia es por la búsqueda de una nueva organización federal del país.

¡Dios y Federación!

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