sábado, 18 de junio de 2016

"La lógica escondida.Que nos den un Golpe”

                                                                                                                
 
                                                                                                                Asdrúbal Romero M.

No poseo información acerca del debate político que pueda estar desarrollándose al interior de la cúpula del Régimen. Ahora bien, con la finalidad de identificar su función de transferencia política, uno puede dedicarse a observarlo como si fuese una “Caja Negra”. Con sus entradas: los estímulos que debe procesar, provenientes de una realidad externa en sus múltiples y diversas facetas -económica, social, política, etc.-, y sus salidas: las respuestas que genera a dichos estímulos. En las más recientes semanas, le he prestado selectiva atención a las salidas políticas. Como cualquier observador que desee visualizar alguna vía de resolución posible a este atolladero político en el que estamos entrampados, por encima de todo me interesa la  función de transferencia política del Régimen, es decir: cómo procesa éste toda esa abigarrada cantidad de estímulos que le llegan para convertirlas en respuestas políticas. Todos los días las genera, a diferentes niveles y en diversos frentes, algunas de ellas notablemente contradictorias entre sí, pero aun así me he dicho: debe existir una lógica escondida y unificadora de criterios para producirlas.

¿Cuál es? Pues bien, ese proceso de observación- identificación del Régimen como una “caja negra” me ha permitido arribar a una conclusión susceptible de ser enunciada con sorpresiva simplicidad. La dividiré en dos apartados:

1.     La facción que, claramente, prevalece en la toma de decisiones políticas del Chavismo es la identificada como el ala radical. Son Cilia, Jaua, los hermanitos Rodríguez, acompañados seguramente por algunos militares, los que vienen imponiendo la línea dura dentro de ese archipiélago de posiciones encontradas que, suponemos, deben estarse moviendo dentro del Chavismo que continua dándole soporte al Régimen. Insisto en la denominación: ¡Chaviiiismo! Que no se nos olvide nunca que la crueldad de este régimen es parte de su legado; ni incurramos en el error, por favor, de calificar como chavismo auténtico a los que ya abandonaron el barco –o los fueron-.
2.     La decisión política que se ha impuesto es reducible, coloquialmente, a un “preferimos que nos tumben”. Así de sencillo: “que nos den un golpe de estado, que nos persigan”. Observen bien: todas sus decisiones y acciones están orientadas a provocar ese escenario de salida.



 ¿Por qué esa línea aparentemente ilógica? Ellos están perfectamente conscientes que conformen los días transcurran más se agravará el panorama social y económico del país. Saben que ellos ya no están en capacidad de torcer el inequívoco rumbo hacia el desastre humanitario; que el Régimen no tiene futuro; que forzosamente tendrán que salir del poder.

 Siendo ese el seguro escenario que avizoran, la decisión política se reduce a darse una respuesta sobre el cómo preferimos salir. ¿Retratados en una confrontación democrática como los muy malqueridos por una apabullante mayoría del pueblo? No luce razonable, de allí que recurran a cualquier estratagema traída por los pelos para impedir la realización del Referéndum Revocatorio. En contra de toda lógica convencional que en un análisis, fuera de contexto, pareciera indicar que su celebración les permitiría ganar tiempo; aliviar tensiones; aquietar los ánimos.

¿Ganar tiempo para qué? Ya ellos se hicieron esa pregunta y la respuesta es evidente: en cualquier escenario en un futuro inmediato les irá peor. ¡El Tiempo del Futuro ya se lo gastaron! Corrieron tanto la arruga, alienados por una explosiva mezcla de irresponsabilidad, ineptitud, insensibilidad social y crueldad, que alcanzaron el punto de no retorno en el que es imposible aliviar tensiones y aquietar los ánimos de un pueblo hambreado. Ellos, perfectamente, lo saben. Conocen al detalle las verdaderas cuentas de la República. Esas que seguro estoy estarán en un saldo mucho más rojo que el que cualquiera se pueda imaginar, porque eso es en síntesis lo que han sido ellos: ¡dilapidadores; ladrones; ocultadores y tergiversadores de la realidad!

Por eso, pensemos bien, pongámonos en su lugar. Opción preferida: Dejar el poder a consecuencia de un coup d’état. Deben estar trabajando para que sea lo suficientemente blando que les permita exiliarse en sus respectivos paraísos de refugio político donde eso de ser perseguido sea algo muy relativo, con sus familias y una jugosa cantidad de extraídos recursos fiscales en buen resguardo.  Sueñan desde ya con incorporarse  a esa narrativa política anacrónica, tipo allendista, de la izquierda bien intencionada que trabajó denodadamente en favor de los más pobres; que su logros y avances eran tan notables que tenían que ser detenidos por una infernal guerra económica, maquinada desde los palacios del maligno imperio, porque si no se convertirían en referencia universal; que estaban derrotando a los infames capitalistas porque, aún en medio del fragor del heroico combate, producían alimentos suficientes para exportar a tres países y la FAO se los había reconocido; que….que, finalmente, el Imperio, no teniendo más remedio, habíase visto obligado a urdir y ejecutar el nefasto golpe de estado en su contra, pero que ellos volverán.

No sé si los acontecimientos den para que puedan incorporar a su épica fabulada la participación protagónica en el golpe del Gran Jefe de los adecos, aquellos cuyas cabezas su profeta había prometido freír, pero que por bondadoso no había honrado su promesa y fíjate con qué maldad retribuyeron tan piadosa conducta. Este es el relato político en el que ellos desean verse como protagonistas y campeones de un retorno que Dios quiera nunca ocurra. Algunos lo soñarán como manifestación de su fanatismo ideológico, los menos, y otros por visualizar en esa “huida hacia adelante” el mecanismo para salvarse de tener que pagar sus deudas con la justicia.

Esta conclusión, que a algunos parecerá un tanto retorcida, es el resultado de mi interpretación hecha, como les dije,  a partir de observar con una intención precisa el comportamiento político externo del Régimen, desde el momento en el que Maduro, en tono amenazante, nos anunció a todos en cadena nacional: ¡Dólares No hay! El tener que admitir esa realidad constituyó para mí un importante hito de reconocimiento de que no podrían evitar lo que ya se encuentra en trágico desarrollo. Por supuesto, que el análisis está contextualizado a una crisis sobre cuya magnitud, naturaleza y evolución dinámica en múltiples ocasiones he escrito. No deseo redundar, pero ya es incontrolable para ellos. No la pueden detener, ni siquiera amortiguar. Sólo les queda buscar cómo operar en los oscuros pasillos de la política para que su “huida hacia adelante” les resulte lo más benigna y conveniente a sus propósitos. El reconocer como motivación política principal del Régimen el “que nos den un Golpe de Estado”, sí, pero con algún margen de negociación o cuota parte de influencia sobre él -o toda-, es un buen punto de partida para el análisis de consecuentes escenarios.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que la sugerencia que hace el analista no es nueva, ya muchas personas, incluyendo a Enrique Capriles han dicho públicamente que la salida menos vergonzosa y que es la que el chavismo desea es la del golpe de Estado, que los presentaría como mártires y no como un gobierno rechazado por el pueblo.