Nelson Acosta
Espinoza
Una novedosa
iniciativa está siendo desarrollada por la dirección regional del partido
Voluntad Popular. Me refiero a la idea de constituir un consejo consultivo
integrado por profesionales de una diversidad de disciplinas (ingenieros,
economistas, antropólogos, politólogos, médicos, entre otros). Es importante
resaltar que la participación en esta instancia no implica militancia en esta
organización política. Se trata, y ahí reside su originalidad, de crear un
espacio para el dialogo cuyas propuestas puedan ser acogidas por esta dirección
de VP en materia de formulación de políticas tanto para el ámbito regional como
el nacional.
Me voy a tomar
la libertad de formular algunas consideraciones en torno a este novedoso ofrecimiento.
Mi intención es contribuir, modestamente, a despejar algunas dudas que esta
intencionalidad pudiera suscitar. Ojo,
estas incertidumbres resultan normales habida cuenta de la cultura
política que ha prevalecido en el país.
En fin, a primera vista esta invitación apunta a
romper con un viejo hábito que ha caracterizado la existencia política en
Venezuela a lo largo del siglo pasado y parte del tiempo actual. Los partidos
políticos tradicionales asumieron, desde sus orígenes, una conducta de
naturaleza endogámica.
A ver, que
quiero señalar con el uso de esta expresión. Primero, definamos lo que
significa esta práctica: concertar uniones matrimoniales entre personas de la
misma etnia o de la misma clase social. Costumbre esta que provoca la
disminución de la diversidad y genera un empobrecimiento de naturaleza genética
y cultural. En el ámbito político, por ejemplo, esta conducta conlleva al
rechazo de las ideas actitudes y valores ajenos a un grupo determinado. Expresa
exclusión, segregación, clientelismo y constituye un obstáculo poderoso que
impide institucionalizar una verdadera democracia.
La extrema
polarización que ha experimentado la sociedad venezolana es un buen ejemplo de
los efectos de esta práctica endogámica. Situación altamente peligrosa pues
puso en peligro los esquemas de convivencia social y achicó los espacios comunes
y necesarios para la negociación y resolución de los conflictos presentes en la
sociedad.
La iniciativa de Voluntad Popular, es bueno
recalcarlo, apunta hacia una apertura
con personalidades de la sociedad civil y esquemas de pensamientos distintos. La
idea de organizar este consejo consultivo implica, en el plano de las ideas,
que esta organización está atenta a los nuevos desarrollos del pensamiento
teórico y no tiene objeciones de asumir propuestas que se deriven de estos
adelantos. De concretarse, en estos términos, constituiría un signo de modernidad que debería
fortalecerse.
Me voy permitir
hacer algunas sugerencias. Un línea de reflexión a desarrollar pudiera definirse como el diseño de
iniciativas tendentes a superar los restos de polarización aun presente en el
ámbito de lo político: transitar de la conflictividad polar a la del
antagonismo político (Fernando Mires
dixit). Para lograr este cometido, me atrevo a sugerir, la formulación de
una “política del relato”. Construir una narrativa que interprete, que le dé
sentido a nuestra realidad y que convierta en comunicación este proyecto
político.
Igualmente un
tema de análisis, con evidentes consecuencias prácticas (electorales), es el de
la transversalidad. Parece interesante reflexionar sobre la posibilidad de
elaborar un relato que renuncie a identificarse con el espectro político
tradicional basado en la distinción izquierda-derecha. Lo federal, lo urbano, el
federalismo fiscal, lo ecológico, por ejemplo, escapan a la distinciones clásicas
y es transversal a estas polarizaciones de corte ideológico.
Desde luego,
temas de naturaleza económica, cultural, sociológica, etc., deberán ser objetos
de tratamiento en este consejo consultivo. Y servirán de aportes para dotar de
sustento intelectual a la formulación de iniciativas a este nuevo partido
político.
Bien, para
finalizar, ojala sea exitosa esta iniciativa y constituya un signo de apertura
hacia las nuevas formas de encarar la práctica política.
Sin lugar a
dudas, la política es así.
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