sábado, 18 de junio de 2016

Voluntad Popular

Nelson Acosta Espinoza

Una novedosa iniciativa está siendo desarrollada por la dirección regional del partido Voluntad Popular. Me refiero a la idea de constituir un consejo consultivo integrado por profesionales de una diversidad de disciplinas (ingenieros, economistas, antropólogos, politólogos, médicos, entre otros). Es importante resaltar que la participación en esta instancia no implica militancia en esta organización política. Se trata, y ahí reside su originalidad, de crear un espacio para el dialogo cuyas propuestas puedan ser acogidas por esta dirección de VP en materia de formulación de políticas tanto para el ámbito regional como el nacional.

Me voy a tomar la libertad de formular algunas consideraciones en torno a este novedoso ofrecimiento. Mi intención es contribuir, modestamente, a despejar algunas dudas que esta intencionalidad pudiera suscitar. Ojo,  estas incertidumbres resultan normales habida cuenta de la cultura política que ha prevalecido en el país.

En fin,  a primera vista esta invitación apunta a romper con un viejo hábito que ha caracterizado la existencia política en Venezuela a lo largo del siglo pasado y parte del tiempo actual. Los partidos políticos tradicionales asumieron, desde sus orígenes, una conducta de naturaleza endogámica.

A ver, que quiero señalar con el uso de esta expresión. Primero, definamos lo que significa esta práctica: concertar uniones matrimoniales entre personas de la misma etnia o de la misma clase social. Costumbre esta que provoca la disminución de la diversidad y genera un empobrecimiento de naturaleza genética y cultural. En el ámbito político, por ejemplo, esta conducta conlleva al rechazo de las ideas actitudes y valores ajenos a un grupo determinado. Expresa exclusión, segregación, clientelismo y constituye un obstáculo poderoso que impide institucionalizar una verdadera democracia.

La extrema polarización que ha experimentado la sociedad venezolana es un buen ejemplo de los efectos de esta práctica endogámica. Situación altamente peligrosa pues puso en peligro los esquemas de convivencia social y achicó los espacios comunes y necesarios para la negociación y resolución de los conflictos presentes en la sociedad.

La iniciativa de Voluntad Popular, es bueno recalcarlo, apunta  hacia una apertura con personalidades de la sociedad civil y esquemas de pensamientos distintos. La idea de organizar este consejo consultivo implica, en el plano de las ideas, que esta organización está atenta a los nuevos desarrollos del pensamiento teórico y no tiene objeciones de asumir propuestas que se deriven de estos adelantos. De concretarse, en estos términos,  constituiría un signo de modernidad que debería fortalecerse.

Me voy permitir hacer algunas sugerencias. Un línea de reflexión a desarrollar  pudiera definirse como el diseño de iniciativas tendentes a superar los restos de polarización aun presente en el ámbito de lo político: transitar de la conflictividad polar a la del antagonismo político (Fernando Mires dixit). Para lograr este cometido, me atrevo a sugerir, la formulación de una “política del relato”. Construir una narrativa que interprete, que le dé sentido a nuestra realidad y que convierta en comunicación este proyecto político.

Igualmente un tema de análisis, con evidentes consecuencias prácticas (electorales), es el de la transversalidad. Parece interesante reflexionar sobre la posibilidad de elaborar un relato que renuncie a identificarse con el espectro político tradicional basado en la distinción izquierda-derecha. Lo federal, lo urbano, el federalismo fiscal, lo ecológico, por ejemplo, escapan a la distinciones clásicas y es transversal a estas polarizaciones de corte ideológico.

Desde luego, temas de naturaleza económica, cultural, sociológica, etc., deberán ser objetos de tratamiento en este consejo consultivo. Y servirán de aportes para dotar de sustento intelectual a la formulación de iniciativas a este nuevo partido político.

Bien, para finalizar, ojala sea exitosa esta iniciativa y constituya un signo de apertura hacia las nuevas formas de encarar la práctica política.

Sin lugar a dudas, la política es así.



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