sábado, 16 de mayo de 2015

Venezolanos ¡la alegría ya viene!


Nelson Acosta Espinoza

Este domingo, como usted ya sabe amigo lector, la oposición celebrará sus elecciones primarias. En este evento se elegirán los candidatos que participarán en los próximos comicios parlamentarios. Se llevaran a cabo en 33 de los 87 circuitos electorales del país. “De los 38 circuitos previstos hasta hace poco, se bajó a 33”, porque en las últimas horas hubo definiciones “de consenso” o candidatos que desistieron y renunciaron, explicó el presidente de la Comisión para las primarias de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), José Luis Cartaya.

En principio es una obligación política ir a votar. Este es  un derecho que no debe ser desaprovechado. Después de todo, el electoral es uno de los  espacios más apropiado para mostrar el nivel de descontento con el régimen político. Sin embargo, muchos ciudadanos  albergan  dudas en relación a estas primarias y las venideras elecciones parlamentarias. Se preguntan  ¿votar para qué? ¿Ese ámbito proporcionara las soluciones al rosario de problemas que confronta la población? ¿Los candidatos están formados intelectual y políticamente para afrontar los retos presentes en la futura actividad parlamentaria? ¿Problemas como el desabastecimiento, inflación o recesión económica encontraran respuestas en ese recinto? ¿Los nuevos legislativos tendrán una conducta distinta a la asumida por los anteriores representantes?

Estas interrogantes son legítimas. Las mismas forman parte de las incertidumbres que se han sembrado a lo largo de estos años. En consecuencia, las futuras elecciones  legislativas ofrecerían una oportunidad para trasformar estas dudas en certezas. Me parece que este es el reto que debe asumir la dirección política de la oposición.

Desde luego son múltiples las  razones para votar en contra de este gobierno. Hay un sentimiento generalizado en la población de que las “cosas van de  mal en peor”. Y, lo más grave, es que no se avizora un asomo de rectificación por parte de la nomenklatura que gobierna. En fin, pareciera que no existen motivos que induzcan a votar por los candidatos del oficialismo. Sin embargo, a pesar de estas circunstancias una porción significativa de la población aun es electoralmente leal al oficialismo.

Esta última afirmación puede parecer temeraria a los oídos de ciertos amigos que militan en el sector democrático. Igualmente, podría traducirse como una actitud condescendiente con el gobierno o, en el peor de los casos, derrotista y/o pesimista. Bien, son  legítimas estas apreciaciones. Igual, sucede en el escenario contrario. El exceso de optimismo. Esta sensación, por cierto,  anda a “rienda suelta” entre algunos dirigentes oposicionistas.

¿Qué se intenta decir? Se pretende señalar que las condiciones “objetivas” por si mismas no siempre son suficientes para inducir conductas políticas y electorales. A estas últimas hay que hacerlas acompañar por las de naturalezas subjetivas.

El oficialismo, por ejemplo,  se encuentra “entrampado” en una estética eclesial, triste y amarga que propicia la entrega total a líder: “yo soy hijo de Chávez”. El campo democrático, por el contrario, debería “enmarcar” su campaña en una estética de signo contrario: alegría, optimismo, belleza, juventud, esperanza…

Los candidatos electos deberían asumir este tono discursivo en su futura campaña.  Abandonar los temas abstractos y racionales. Empacar los asuntos concretos (inseguridad, inflación, desabastecimiento, alto costo de la vida) en envolturas emocionales. Su narrativa futura debería tener un tono épico y lírico. Vale decir, invitar a votar en el marco de una gran fiesta. Exclamar, por ejemplo, venezolanos, la alegría ya viene (Chile dixit).

Sin dudas, la política podría ser así.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi amigo Nelson te responderé desde mi óptica por supuesto algunas de tus preguntas:
1.- En esta coyuntura esas elecciones solo sirven para decir que la oposición sacó más votos, lo cual la propaganda oficialista se encargara de minimizar.
2.- Aun teniendo más diputados no podrán cambiar nada, y la propaganda "burda o balurda" de Primero Justicia que ganando la asamblea resolverán la inseguridad, las colas etc etc quedará en solo eso propaganda al peor estilo chavista
3.- Qué si no están preparados los candidatos, por supuesto que no están si hasta José Guerra que para muchos es un próximo premio nobel de economía escuchándolo en entrevista de Roberto Giusti dijo que él si tenía una agenda parlamentaria. la ley de productividad, la ley de empleo y la ley de salarios justos por Dios ese señor o se cayó de una mata, o sigue en su nube socialista de profesor UCV o cree que uno se chupa el dedo, creyendo que con 3 leyes va a resolver el tremendo peo que estamos metidos, si por lo menos dijera que pedirá que deroguen todas las leyes de estos últimos 15 años fuera mas serio. Y estas son de las declaraciones más profundas que he escuchado
Candidatos sin una visión y proyecto de país que enamore los que vayan a votar (yo me excluyo a pesar de ser radicalmente opositor al régimen marxista, chavista comunista castrista)solo obtendrán votos de gente que está hastiada del chavismo, pero no porque la MUD y su cuerda de socialistas y chavistas light generen alguna mínima esperanza.
El país sigue y seguirá quizá por cuanto tiempo al garete.

Anónimo dijo...

Sr Acosta.
Ud siempre habla de un discurso o narrativa diferente, me gustaría que analizara y escribiera por qué esto no ocurre.
Yo tengo una hipótesis: Para poder tener una narrativa hay primero que generar una visión y los dirigentes de la MUD no pueden generar un discurso diferente al chavismo porque ellos como buenos socialistas no tienen una estrategia diferente. Recuérdate de la estrategia de Rosales de la tarjeta mi negra, en que se diferencia a las estrategias chavistas, y luego Capriles al preguntársele sobre las misiones la respuesta fue que las mejorarían.
Esta oposición solo puede ganar por "forfeit" porque no hace ni hará nada por ganar, sencillamente porque no tiene con qué.