domingo, 21 de junio de 2015

¿Genera la crisis económica alternativas políticas?

Nelson Acosta Espinoza

Deslicemos una breve descripción de la dimensión material de la crisis que arropa a la mayoría de los venezolanos. Veamos, por ejemplo, como califican el desempeño económico algunos especialistas sobre este tema. Jason Karaja, en una nota para Quartz (marca global de noticias de negocios) señala que la economía venezolana presenta el peor desempeño del mundo. Tres variables, utiliza este analista, para sostener esta afirmación: decreciente valor de la moneda, creciente inflación y la  erosión del PIB. Otros especialistas coinciden con este diagnóstico. “El desempeño que el año pasado fue de -4%, y que la estimación que tienen algunos analistas es de que para este año será de -6 ó -7 por ciento”. En esta apreciación coinciden el FMI y diversas firmas consultoras.

Si se posa la mirada en otro indicador, como por ejemplo el monto de las reservas internacionales, se encontrara una situación similar. Hoy estas reservas se ubican en su nivel más bajo, 17 mil millones de dólares. Por otra parte la pobreza en el país, como resultado de los desequilibrios mencionados, ha aumentado en un 40%, cifras del Instituto Nacional de Estadísticas. El desabastecimiento, igualmente,  ha desplazado a la inseguridad como el problema que más angustia a los venezolanos. Solo en Caracas (Datanalisis) alcanza a un 60,7%. Se entiende que en las provincias estas carencias han de ser más severas.

Este cuadro se inserta en un ambiente electoral desfavorable para el oficialismo. Casi la totalidad de las mediciones coinciden en apuntar una brecha superior al 20% a favor de la oposición. En otras palabras, estos estudios coinciden en señalar que la primera probabilidad de triunfo la tiene la oposición de cara a las elecciones parlamentarias.

Aquí, amigo lector, voy hacer una pausa y una digresión teórica. Por ejemplo, ¿generará este cuadro económico, por sí solo, conductas políticas y electorales alternativas al oficialismo? ¿Sería sensato, colocar todos los huevos políticos en el cesto de las encuestas electorales? ¿Registran estos instrumentos cabalmente la inclinación político partidista de la población?

Bien, en relación a la primera interrogante es bueno advertir que el deterioro económico contribuye a la formación de las voluntades políticas. Pero este hecho, por sí mismo, no es suficiente para derrotar al adversario político. Se requiere, adicionalmente, estructurar un discurso y un relato político que sustituya al dominante y conquiste los corazones y estómagos de los votantes. En ese orden.

Las encuestas detectan desafección política en la población. Este síntoma, desde luego, aflige en proporción mayor al chavismo. Pero estos estudios, igualmente, registran un alto desconcierto en relación a la conducta exhibida por agrupaciones oposicionistas. Las viejas lealtades políticas se han ido derrumbando. Los partidos no están  generando emociones fuertes en el electorado. Animan, únicamente a sus partidarios.

Esta última afirmación parece ser corroborada por la conducta de algunas agrupaciones acuarteladas en la MUD. Su solidaridad con los huelguistas de hambre, por ejemplo,  ha sido un tanto retórica. Me parece que su apreciación de este hecho político ha estado viciada por consideraciones de orden táctico. Es decir, orientadas a no poner en peligro sus intereses electorales.

Parece valido, entonces,  preguntarse lo siguiente ¿Procesan los líderes de la MUD las necesidades del país y las exigencias de un electorado que se encuentra ansioso por derrotar al gobierno? Sería lamentable que se impusiera exclusivamente en la agenda de esta coalición los intereses de ciertas candidaturas. Ojala, que los próximos acuerdos por anunciarse registren las exigencias de una ciudadanía que está ansiosa por derrotar al gobierno. La política, sin lugar a dudas, pudiera se así.




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