Miguel A. Megias
En los últimos meses hubo una escasez en Venezuela del llamado “papel higiénico”. Asunto este que nunca antes había ocurrido en este país donde las fábricas existentes podían suministrar las cantidades requeridas por la población, en todo tipo de variedades: con olor a rosas, de color, blancas, dobles... Este tema, que le parecerá un poco cómico a quien no lo haya sufrido, tuvo repercusión internacional. ¡Venezuela sin papel tualet (así lo llaman en esta tierra de gracia)! ¡Que horror! ¡Que terrible!
Bueno, detalle nimio, dirán algunos.
Y ahora le toca el turno a la escasez de papas fritas en los establecimientos de comida rápida (¿comida basura?) que han proliferado en toda la geografía nacional. Nuevamente se oyen los comentarios, incluso en la prensa internacional. ¡Que horror! ¡Que desgracia! ¡Venezuela sin papitas fritas! Y para sustituirlas, McDonald está ofreciendo yuca frita o arepas, esos sabrosos condumios propios del plato de los venezolanos. Disculpen mi ignorancia, pero me pregunto ¿Será que las papitas de McDonald son tan especiales que no se puede usar tubérculos venezolanos? ¿Será que tendrán que intervenir los certificadores de la FDA (Food & Drug Administration, los burócratas encargados de dar el visto bueno a los alimentos y medicinas, en los EEUU) para que puedan aprobar las papitas fritas de McDonald, a ver si son aptas para paladares tropicales? Me he cansado de comer “patatas fritas” en España, un plato muy popular, y desde luego me saben mucho mejor que las famosas papitas del que te conté, que son, a mi gusto, secas y estiradas.
Un país que se precie debe estimular sus valores, sus alimentos, sus productos y no dejarse llevar por las majaderías de las grandes transnacionales. ¿Cuantos millones de dólares se habrán gastado no sólo en traer del exterior las toneladas de papas congeladas que se consumen en el país sino un sinfín de productos que, o no necesitamos, o podemos sustituirlos por productos nacionales? Desde luego, estoy de acuerdo en que sustituir un perfume francés por pachulí made in Venezuela no sería exactamente una buena decisión. ¿Pero las papitas...? ¡Por favor!
¡Comamos yuca y dejémonos de tonterías! A ver si el gobierno, por una vez, pone orden en la "pea".
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