domingo, 17 de agosto de 2014

Recomponer la política


                                                                                           
           Simón García

Hemos tenido un año  terrible para la unidad, como el lejano 1814 en el que se perdió la República. Pero ahora, los contratiempos provienen de nosotros. Descuidamos un patrimonio vital. Se disminuyó la credibilidad de la MUD, se deterioró liderazgo opositor y se perdieron oportunidades para el crecimiento de una alternativa al caos social y económico.
           
 Formalmente subsiste una estructura unitaria, pero se ha producido una fractura. No desparece por dejar de abordar ciertos temas o ampararnos bajo la falsa consigna de que estas diferencias fortalecen la Unidad. Un descontrol de la voluntad de poder ha contagiado a varios líderes.
           
 Los resultados de la Salida han sido inventariados. Los aspectos positivos no compensan las consecuencias indeseables. El costo de la jugada, aún cumplido el propósito de desplazar unos liderazgos, fue elevado. En una parada de viveza criolla se prometió que un poco más de protestas expulsaría a Maduro, se le añadió la contraposición a la MUD y se celebró la reducción de la oposición a una parcela dentro de otra parcela.
            
 El desacuerdo con las propuestas de la Salida no implica asumir un deslinde para excluir a nadie a nombre de rutas fallidas. Su voluntarismo esta conectado a un sector sumido en la desesperación, propenso a los desenlaces rápidos y a aferrarse a promesas que no descansan ni en articular la movilización ni en la creación de conciencia y compromisos durables.
            
 A esa base social que nutre a la Salida, minoritaria aunque no marginal, hay que persuadirla inclusivamente porque importa para rehacer la unidad como diversidad de intereses, motivaciones y aportes. Ella forma parte de la oposición porque es reflejo de una realidad social, aunque resulte una piedrita en el zapato o a veces su agresividad obstaculice la recepción de apoyos que provengan del oficialismo.
           
 Pero no hay persuasión útil sin confrontar, civilizada y pedagógicamente, los falsos supuestos sobre los que se montó la Salida, sin seleccionar sus experiencias rescatables y sin llegar a los acuerdos satisfactorios para  reconstruir la unidad fijando las reglas para organizar la coherencia y la eficacia política de la oposición.    
            
Al iniciar un nuevo intento de cerrar la fragmentación opositora, es importante recordar que: 1. Los incentivos para dividirse son más poderosos que las razones para unirse, 2. Existen dificultades para aceptar el fortalecimiento general de la MUD sin provecho para las partes, 3. No existe aún una cultura ciudadana y militante que doblegue el fanatismo de partido, 4, Hay una antipolítica agazapada.  
              
 Afortunadamente la Unidad está aprendiendo a cuidarse de sí misma. El norte de la confrontación  apuntará a recomponer una política que mejore la calidad, la amplitud y la eficacia de la acción destinada a preparar alternativas de cambio de gobierno y de régimen. Un espacio donde terminarán por encontrarse la calle y el 2015,


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