domingo, 23 de febrero de 2014

¿Salida o cul-de-sac?

Calle sin salida o cul-de-sac

Miguel A. Megias

Cul-de-sac es una expresión francesa que define con mucha claridad la actual situación del país; significa "calle o callejón sin salida”. Y hablando de “sin salida”, un sector de la oposición venezolana ha llamado a la protesta contra el régimen actual, en una expresión que se resume en dos palabras: “la salida”. Desde el punto de vista del simbolismo, aunque no se haya explicitado, “la salida” significa exactamente eso: la salida del gobierno actual.

En un sentido mecánico y estrictamente racional, la salida debería ocurrir por una de las siguientes razones: o por renuncia del presidente y consiguiente llamado a eleciones; o por solicitud de un referendo abrogatorio, que pudiera ocurrir a mediados de mandato; o mediante elecciones, en 2019. Tengo la impresión de que la salida que con tanto fervor apoyan algunos grupos de oposición es la renuncia. Pues las otras salidas están muy lejanas en el tiempo.

¿Es factible forzar la renuncia del gobierno? Sin entrar en detalles, esto pudiera ocurrir, pero es poco pobable, según mi muy personal opinión. A menos que el país entero se levante, a menos que los grupos sociales más desfavorecidos, que constituyen el principal apoyo del gobierno, se alcen, no creo que estén dadas las condiciones para forzar un desenlace de tal naturaleza. Porque el gobierno de Venezuela no es estrictamente lo que Maduro desee o decida: hay otras fuerzas inmiscuidas, muy poderosas, que en su momento obligarán al presidente a hacer una u otra cosa; y, por el momento, tal parece que esas fuerzas defenderán a capa y espada, con su sangre o con la de los venezolanos, la usurpación que está teniendo lugar. Así las cosas, la renuncia no parece una opción valedera.

Tenemos que suponer que los grupos que propician la salida (el partido Voluntad Popular y su principal dirigente, Leopoldo López) así como los grupos afines a María Corina Machado, deben estar bien informados de que la “masa no está para bollos”, al menos no todavía. Entonces, o ellos saben algo que los demás ignoramos o están proponiendo acciones a sabiendas de que no son factibles. En el primer caso, no podemos opinar sobre lo que desconocemos; en el segundo caso, sería imperdonable que, conociendo que no es posible una salida por la fuerza de los movimientos de oposición, se propiciara abiertamente tal camino, con la consiguiente tragedia de muertos, heridos, torturados y encarcelados.

Todos sabemos que hay un descontento general con la actuación del gobierno. Ya muchos analistas lo han indicado: inseguridad, alza del costo de la vida, escasez, falta de productividad, de medicamentos, de insumos fábriles, etc., etc. Tal vez, lo que “la salida” pretende es capitalizar el descontento alentando a la población a salir a demostrar en contra del gobierno. La gran pregunta que todos nos hacemos es ¿tendrá músculo suficiente la protesta? Ya Yván Serra y el profesor Asdrúbal Romero han escrito excelentes análisis en su artículos “El punto medio” y “¿Tiene fuerza La Salida?” (en este mismo blog). Soy de los que se unen a sus comentarios, con un agregado. Las guarimbas (término venezolano para designar quema de neumáticos y disturbios callejeros), lejos de ayudar a cimentar un movimiento opositor sólido, unido y resuelto, lo que hacen es colocar a unos opositores en contra de otros. Molestarnos a nosotros mismos: un masoquismo insostenible y poco productivo. Entendemos que las molestias del ciudadano hayan llegado a tal punto que protestar, a como de lugar, se haya convertido en la única válvula de escape. Pero pretender, como pretenden algunos desaforados, que quemando cauchos, colocando escombros, basura y barricadas en nuestras propias calles vaya a tener algún efecto en cuanto a salir de este gobierno, es sumamente ingenuo. Lo único que logran los guarimberos es molestar y auyentar a los muchos ciudadanos que de alguna manera se sienten opuestos al gobierno. Desconcertar y dividir a la oposición. Desconocer que Venezuela no es Ucrania, que los escenarios no son intercambiables, que la primavera árabe triunfó en llevarse por delante a unos dictadores que tenían largos años mandando en sus respectivos países (Tunez, Egipto, Libia y actualmente Siria), pero que esos movimientos no son aplicables a América Latina. ¿Cómo se explica, si no, que en Cuba, tras unos larguísimos 55 años, no ha habido este tipo de levantamiento? Tampoco los hubo en España, en los terribles 40 años en que gobernó Franco. Cada país tiene sus circunstancias. Lo que le está tocando a Venezuela lo tendrá que resolverse “a la venezolana”, aprendiendo, si, de otros, pero sin pretender trasladar condiciones ni situaciones, que son muy distintas a la de este país. A propósito del combate a las dictaduras, los miembros de la MUD, los partidos de oposición y el público en general bien pudieran leer el libro de Gene Sharp (De la dictadura a la democracia). Revisen, a propósito de este asunto, la entrada al blog sobre este importante intelectual (click aquí)

Concluyo mi reflexiones afirmando que, en efecto, estamos situados en un cul-de-sac. En un callejón sin salida; al menos por los momentos. La salida militar, desde luego, la descartamos. Lo último que quisiéramos es a un Pinochet tropical montado sobre las arcas y caudales de la Venezuela petrolera. Por Internet circulan proclamas, de supuestos militares anti-gobierno, que proponen “derramar su sangre” para liberar al pueblo del actual régimen; pero sólo, “después de que el pueblo haya creado la necesaria inestabilidad”. ¿Será esta la agenda oculta, lo que no conocemos los ciudadanos, lo que ha motivado a López y Machado a pedir “la salida”?

El futuro luce muy incierto, en lo político. Y más aún en lo económico, con un gobierno que tiene deudas gigantescas, impagables por ahora, que, tal parece, aislarán aún más al país y profundizarán todos los padecimientos actuales. Luce factible que llegará el momento en que las líneas aéreas dejen de volar a Venezuela, y que los periódicos cerrarán por falta de papel. Aislarnos aún más de lo que estamos, parece ser el consejo del gobierno que gobierna al gobierno. A buen entendedor…

Terminamos enviando un mensaje de solidaridad para con las familias de los caídos a manos de los grupos anárquicos; su sangre, esperamos, no fue derramada en vano. Nos referimos en especial, a las dos jóvenes carabobeñas recientemente asesinadas, Génesis Carmona y Geraldine Moreno: sus vidas fueron segadas a temprana edad; sus muertes totalmente inesperadas e innecesarias. Paz a sus restos.

Genésis Carmona

Geraldine Moreno



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