domingo, 26 de noviembre de 2017

Venezuela: ¿tierra arada lista para la siembra?


Nelson Acosta Espinoza
Sin lugar a dudas, son complicados los tiempos actuales. Por un lado, se han agotado las certezas que en el pasado orientaron el accionar político de los partidos de la oposición. El oficialismo, por su parte, se desenvuelve bajo el cobijo de un manto discursivo arruinado. El concepto de crisis histórica podría sintetizar apropiadamente la complejidad del momento actual. Voy a intentar desarrollar esta idea y aplicarla para caracterizar la coyuntura política del momento.

Los actores democráticos se encuentran sumidos en una cierta indefinición. Parece más apropiado precisar esta conducta con la palabra perplejidad. El diccionario de la Real Academia Española define esta conducta como “irresolución, confusión, duda de lo que se debe hacer en algo”. Todas y cada una de estas características pueden ser aplicadas a la conducta política que la oposición exhibe ante el país. Este sector perdió la brújula y, en consecuencia, su accionar político es un tanto incoherente y sin la debida orientación. Entiendo que es dura esta caracterización. Voy a intentar respaldarla con algunos ejemplos del accionar de los partidos que conforman la oposición en el país.

En los años 2014 y 2017 un sector de la oposición se lanzó a las calles con la finalidad de solicitar la inhabilitación de los jueces de la Corte Suprema, liberación de los presos políticos, elecciones y ayuda humanitaria. Con diferencias en intensidad y duración estas protestas fracasaron en alcanzar los objetivos señalados. Ambos eventos produjeron un saldo trágico en muertos, heridos y manifestantes presos.

La inconsistencia más evidente la encontramos en su conducta electoral. Las elecciones parlamentarias del año 2015 resultaron en la victoria de la MUD, con 112 de los 167 diputados de la Asamblea Nacional. Primera victoria electoral de la oposición en 17 años. Estos éxitos proporcionaron oxigeno político a estos grupos políticos y estimularon las esperanzas de cambio que anidaban en la población.

Sin embargo, los errores u omisiones cometidos en el marco de las protestas callejeras se expresaron en los resultados electorales en las elecciones de gobernadores. Un sector importante de la ciudadanía opositora se abstuvo. Esta circunstancia, aunada a un cierto triunfalismo, contribuyó al éxito electoral del oficialismo. Es importante resaltar que, a pesar de esos resultados, la población opositora es mayoría en el país. De ahí que utilicemos el término perplejidad para caracterizar la conducta errática que han exhibido los distintos comandos que intentan dirigir la oposición política del país.

En la actualidad el sector democrático se encuentra desprovisto de política. Una parcialidad, por ejemplo, intenta convocar a unas primarias para definir el candidato presidencial en las elecciones del 2018. En mi opinión   no creo que una iniciativa de esta naturaleza estimule a la población a participar. Espero equivocarme. Sin embargo, las próximas elecciones de alcaldes pondrán a prueba esta aseveración. En fin, la ciudadanía se encuentre huérfana y sin un relato político que responda a sus expectativas de cambio y exprese una visión alternativa de futuro para el país.

“Tierra arada lista para la siembra”. La expresión es del finado Dr. Ramón J. Velásquez. Así caracterizaba Ramón Jota la actualidad política del país de su tiempo. Advertía la necesidad de que los sectores democráticos comprendieran la situación por la que atravesaba la nación y, advertía, los peligros del autoritarismo que acechaban a la democracia. Las cúpulas partidistas hicieron caso omiso a estas advertencias. Estamos padeciendo los resultados de esta omisión.

En la actualidad, “la tierra se encuentra, nuevamente, en condiciones para la siembra política”. Es imprescindible, entones, la construcción de un nuevo relato que supere las carencias del antiguo proyecto democrático, el fracaso del socialismo del siglo XXI y anuncie una visión de futuro que rompa con el estado centralista rentista y apunte hacia la verdadera edificación federal de la nación.

Para su construcción es indispensable que la oposición democrática se revise y tenga la generosidad política de abrirse a las nuevas ideas e identificar el nuevo liderazgo que intentará superar la presente situación que padece el país.

No tengo la menor duda, la política será así.








No hay comentarios: