domingo, 13 de abril de 2014

¿Diálogo o negociación?


Nelson Acosta Espinoza

Amigo lector, de entrada lo afirmo: estoy de acuerdo con el diálogo democrático. Sin lugar a dudas, este es un mecanismo indispensable para sentar a los diversos actores en conflicto con la finalidad de trabajar en torno a la búsqueda de soluciones sostenibles a la crisis que vive el país. Desde luego, para que esta actividad sea exitosa, se requiere observar ciertas condiciones de carácter normativo.

La primera, comprender que diálogo es distinto a negociación. Esta última actividad se refiere a enfrentar situaciones conflictivas concretas. Su propósito es definir y satisfacer intereses materiales mediante acuerdos específicos. El diálogo, por el contrario, implicaría la creación de nuevas capacidades humanas y políticas para solucionar problemas. El diálogo, entonces, apunta hacia un horizonte estratégico y, la negociación, se inscribe dentro de una perspectiva de un sesgo táctico. En fin, podríamos elevar la siguiente interrogante: las conversaciones que sostendrá la MUD y el gobierno, ¿cómo pueden caracterizarse? ¿Diálogo o negociación?

La segunda condición necesaria para alcanzar un diálogo fructífero es la inclusividad. Quizás ésta sea la característica más importante. Ella implica incorporar, en esta acción, a todos los actores involucrados en la situación que provocó la instrumentación de este mecanismo de solución de conflictos. Nuevamente, sería justificado preguntarse ¿están implicados todos los actores? ¿Se encuentran legítimamente representados?
A primera vista, pareciera que la iniciativa planteada es más una negociación que un diálogo. Desde luego, una afirmación de esta naturaleza puede resultar prematura. Después de todo, recién comienzan los intercambios entre la esfera gubernamental y la MUD. Sin embargo, experiencia anteriores (2002) indican que el gobierno estaría dispuesto a negociar algunas reivindicaciones y, de esta forma, ganar tiempo para rehacerse política y simbólicamente. Los representantes de la oposición, por su parte, no han asumido estos encuentros en términos de una agenda que implique la necesaria recomposición del modelo social, económico y cultural que ha prevalecido en el país a lo largos de estos últimos 15 años. Me parece que esta visión estratégica se encuentra ausente en las cartas que pondrá en juego la MUD en estas reuniones. De darse estas circunstancias esta iniciativa adquiriría, entonces, un aire de espectáculo con el objetivo de demostrar que los actores en desacuerdo pueden sentarse juntos, pero evadiendo los temas controversiales que dividen al país.

El gobierno juega a dividir la oposición entre una "buena", dispuesta a negociar, y una "mala" que demanda la necesidad de dialogar con la finalidad de promover cambios sustanciales en el país. Bajo esta mirada intentará acordarse con la "buena", dejando por fuera a la otra versión de la oposición democrática del país. Ello explicaría, las ausencias, en esta mesa de diálogo, del movimiento estudiantil y la de aquella porción del país que se identifica con Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledezma. Resulta paradójico, que los protagonistas de la protesta y quienes han creado las condiciones para que este diálogo se produzca se encuentren ausentes de este proceso.

Lo voy a expresar por la calle del medio. Hay que marchar y dialogar. Marchar pacíficamente para poder crear las condiciones que permitan transformar la negociación en un verdadero diálogo democrático. Ir a la calle, acompañar a los estudiantes, jóvenes y ciudadanos para que el diálogo sea inclusivo y representativo de todos los actores políticos del país. No podemos obviar la nobleza, valentía de nuestros jóvenes y estudiantes. Su sacrificio y lo justo de sus demandas han obligado al gobierno ha solicitar ese diálogo con los sectores democráticos del país.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen artículo, pero ni diálogo ni negociación eso fue un debate en donde una parta decía que el país estaba en su mejor momento y la otra que estamos en el peor de nuestra historia. En cuanto a marchar y dialogar, más que marchar es protestar democráticamente ya que las marchas es solo un acción de la protesta.

leonor soteldo dijo...

Estoy de acuerdo con anónimo. Ahí no hubo diálogo ni negociación.
En cuanto a debate, también es discutible, pienso que fue un juicio a los dirigentes del país de hacen 15 años atrás.
Si el diálogo al que invitaron tenía por objetivo resolver los problemas actuales.... fallaron, esto sin menospreciar los tan buenos discursos de los representantes de la oposición que si fueron excelentes.