domingo, 21 de julio de 2013

La grandeza de la sencillez



La Universidad de Carabobo, la Embajada de Sudáfrica, el Centro Cultural Eladio Alemán Sucre y este Observatorio han conjugado sus esfuerzos con el propósito de organizar una muestra de artes visuales para conmemorar los 25 años del conferimiento del doctorado Honoris Causa al lider sudáfricano Nelson Mandela.


A finales de la década de los 80 del siglo XX se inició una campaña global patrocinada por las Naciones Unidas para denunciar el régimen apartheid y solicitar la liberación del líder sudafricano que permanecía en confinamiento en la prisión de Robben Island. 

El estado venezolano se unió a esta campaña y su  presidente, Carlos Andrés Pérez, sensatamente, buscó el asesoramiento de las universidades autónomas. La de Carabobo respondió a ese requerimiento iniciándose así los trámites, bajo la rectoría del profesor Gustavo Hidalgo, para el otorgamiento de la máxima distinción académica: el doctorado Honoris Causa.

El acto se llevó a cabo en el Teatro Municipal de Valencia el 30 de junio de 1988, imponiéndose la medalla y entregando el correspondiente diploma al señor Bernard Magubane, amigo muy cercano de Mandela y quien, posteriormente, fue ministro durante su presidencia. El 2 de febrero de 1990 Mandela fue liberado.

Del 22 de julio al 6 de agosto de 1991 Mandela realizó una gira por Europa, el Caribe y América del Sur, visitando España, Cuba, Venezuela, México y Brasil.

El domingo 28 de julio, a las 9 y media de la mañana llegó, acompañado de su esposa y del presidente de la república, Carlos Andrés Pérez, al aeropuerto de Valencia.

Rendidos los honores como jefe de Estado se dio inicio al cumplimiento de una apretada agenda que se desarrolló por espacio de nueve horas: en el teatro Municipal se le entregó la distinción como miembro Honoris Causa del Claustro; se celebró un almuerzo en su honor; hubo reuniones con profesores, un acto en la Asamblea Legislativa del estado Carabobo y un encuentro con el pueblo en la Plaza Bolívar; finalmente, su despedida en el aeropuerto de Valencia.

En esta ocasión rendimos homenaje, en el crepúsculo de su vida, a este extraordinario líder,  ejemplo de dignidad, sencillez, grandeza e inteligencia.

¡Mandela vive en nuestros corazones!

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