jueves, 1 de noviembre de 2018

EL GRAN RETROCESO. UN DEBATE INTERNACIONAL SOBRE EL RETO URGENTE DE RECONDUCIR EL RUMBO DE LA DEMOCRACIA AA.VV.

Joan Subinas Garralda


La relación democracia-populismo-exclusión y sus dimensiones político-filosóficas constituyen un aspecto central del debate internacional propuesto en «El Gran Retroceso». Debate internacional protagonizado por firmas de gran prestigio como Zygmunt Bauman, Slavoc Žižek, Nancy Fraser o Bruno Latour entre otros.

 




En los mass media es frecuente el relato que describe al populismo como una reacción de los sectores castigados por la crisis y por la globalización. Estos sectores denominados como «los perdedores de la globalización» se rebelarían contra el establishment votando opciones populistas por resentimiento, enfado e ira fruto de su proceso de movilidad social descendente y de la precarización de sus condiciones de vida. Frente a este argumento, el presente libro enmarca el debate en los déficits del sistema político, por sus manifiestas incapacidades para integrar a las clases trabajadoras que han sido excluidas, y al progresivo abandono de los con-sensos básicos que se tomaron tras la segunda guerra mundial: el Gran Retroceso. I4

En el debate toma un especial protagonismo la tesis de Karl Polanyi en La gran transformación (1948) sobre los riesgos de la mercantilización, o más recientemente los planteamientos de Richard Rorty sobre los riesgos de la globalización(1), o las palabras de Lord Ralf Dahrendorf advirtiendo que el siglo XXI podría ser «el siglo del autoritarismo»

El Gran Retroceso tiene como principal síntoma el populismo, que comprende un repliegue hacia el estado-nación frente a la globalización, reivindicando la identidad nacional frente a un «otro» extraño y amenazante (las élites, los inmigrantes, los refugiados, etc.) que ponen en peligro esa identidad. El libro contiene una multiplicidad de voces de diferentes nacionalidades y con diferentes opiniones que forman un coro, similar a los coros de la tragedia griega que nos advierten de las dramáticas consecuencias que tendría no tomar medidas para cambiar el rumbo. Según el filósofo español Santiago Alba Rico, este Gran Retroceso nos retro-trae a las lógicas de enfrentamiento y de conflicto de las dos guerras mundiales en el siglo XX.

El autor indio Arjun Appdurai destaca los casos de EE.UU con Trump, de Rusia con Putin, de la India con Modi y de Turquía con Erdogan, reivindicando el fundamental rol del liberalismo social para cambiar estas situaciones. Este último argumento es puesto en cuestión por la politóloga Donattella della Porta y la filósofa Nancy Fraser, habiendo manifestado esta última en otro texto «el final del liberalismo progresista»(3), culpabilizando a la tercera vía o al socioliberalismo de haber dejado huérfanos políticamente a los perdedores de la globalización, hecho que habría sido aprovechado por los políticos populistas. El sociólogo polaco Zygmunt Bauman reivindica una «cultura del diálogo» para hacer frente a este sombrío panorama, señalando al papa Francisco como el principal exponente de esta cultura. La filósofa española Marina Garcés plantea «un regreso al futuro» a modo de la película de Robert Zemeckis protagonizada por Michael J. Fox, pero en este caso un regreso a «un tiempo en el que sí había futuro». La socióloga israelita Eva Illouz describe los riesgos de la extinción de la ética liberal, tendencia que contextualiza en Israel pero que hace extensiva al resto del mundo. En este sentido Paul Mason plantea construir un relato post-liberal, Cesar Renduelles proyecta un tránsito hacia un postcapitalismo, y en una misma línea Wolfgang Streeck preconiza el fin del capitalismo liberal. David Van Reybrouck alerta sobre las limitaciones de la democracia representativa y en concreto sobre sus herramientas tradicionales: el referéndum y el voto, reivindicando la democracia deliberativa con sus nuevas herramientas: el referéndum múltiple y abierto, y el sorteo. Estas nuevas herramientas están emparentadas con algunas de las iniciativas planteadas por activistas del 15M español que las denominaron como «sorteísmo»(4), una elección al azar de una serie de ciudadanos de distinta procedencia para que debatan sobre asuntos de gran relevancia, como pueden ser los procesos constituyentes, con una serie de procedimientos y reglas garantistas. El producto de este debate de los ciudadanos elegidos al azar debería ser refrendado por todo la ciudadanía. Reybrouck destaca la reciente experiencia irlandesa (5), con su proceso constituyente de 2014, como ejemplo de buena práctica democrática. Frente a la descivilización y las tendencias regresivas en Occidente que describe Oliver Nacjtwey, Pankay Mishra recomienda recuperar a «los maestros de la sospecha» (Nietzche, Freud, etc.) para elaborar un diagnóstico eficaz que ofrezca las soluciones más adecuadas.Es destacable el análisis de Ivan Kastev, recuperando la figura de Ken Jowitt, contemporáneo a Francis Fukuyama, pero a diferencia de este último con su exitoso relato neoconservador de «el final de la historia»(6), las tesis del profesor de la Universidad de Stanford pasaron desapercibidas. Según Jowitt, la caída del Muro trajo como efecto no esperado un seísmo político sobre las fronteras y las identidades que definieron nuestro orden, lo que vendría aparejado a un gran desorden(7) .El filósofo francés Bruno Latour señala la paradoja de como los principales promotores de la globalización, Gran Bretaña en el siglo XIX y Estados Unidos en el siglo XX, son ahora los que han dado mayores pasos para replegarse en sus estados nación, con el Brexit y la victoria de Trump. Frente al Gran Retroceso es fundamental el rol de la izquierda, destacan-do según Renduelles las experiencias del sur de Europa como posible punto de partida. Mientras que el filósofo esloveno Slavoc Žižek, siguiendo su tono provocador e irónico, plantea que lo bueno de la victoria de Trump es que «ha aterrado a los progresistas», reivindicando un nuevo relato que recupere el enfoque internacionalista y global de la izquierda frente al particularismo y al nacionalismo del populismo, manifestándose de forma crítica frente al populismo de izquierdas defendido por Chantal Mouffe y Ernesto Laclau, y dirigiendo una crítica explícita a su experiencia española (Podemos).


Todo este marco de reflexión me conduce a pensar que es posible y necesario entender que el voto populista, además de estar guiado por emociones (como cualquier voto), también puede estar guiado (siguiendo una teoría de la acción racional) por una estrategia de incidencia que tiene como pretensión revertir determinadas políticas que están acabando con las expectativas de futuro de algunos sectores sociales, en concreto de los perdedores de la globalización. Pero en vez de demonizar el voto populista, quizás sería más apropiado que los partidos, sindicatos y movimientos sociales construyeran un nuevo relato y unas nuevas alternativas que volvieran a conectar con aquellos sectores que se sienten especialmente vulnerados por la actual situación, por estas clases trabajadoras que han abrazado el populismo. Esta labor no es sencilla, ni siquiera puede que sea una labor de «dos días», pero como recuerda Robert Misik, «la izquierda no se constituyó para que tuviera las cosas fáciles, sino para lograr lo imposible».

(1) RICHARD RORTY,
Forjar nuestro país: el pensamiento de izquierdas en los Estados Unidos del siglo XX
, Paidós Ibérica, 1999.
(2) RALF DAHRENDORF, En busca de un nuevo orden: Una política de libertad para el siglo XXI . Paidós Estado y Sociedad, 2005.
(3) http://www.sinpermiso.info/textos/el-final-del-neoliberalismo-progresista (Revisado el 15/05/2017)
(4)https://www.reddit.com/r/podemos/comments/2fnfal/qu%C3%A9_opinan_sobre_el_sorteismo/ (revisado el 15/05/2017).
(5)http://www.eldiario.es/zonacritica/Democracia-deliberativa-buen-ejemplo-irlandes_6_245735436.html (revisado el 15/05/2017).
(6) FRANCIS FUKUYAMA, El final de la historia y el último hombre, Editorial Planeta, 1992.
(7) KEN JOWITT, Después del leninismo: el nuevo desorden mundial, Cuadernos de la Mancha, 1991.


*Sociólogo en FOESSA
Doctor en Sociología y Antropología


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