Hay himnos destinados a no morir nunca. Bella Ciao es uno de
ellos. Lo traemos a colación porque el espíritu colectivo que lo creó se ajusta a la situación que confrontan los
venezolanos. Sin la menor duda, constituye un acicate para no desmayar y un recordatorio de que las ideas
de democracia y libertad están destinadas a servir de estimulo para proseguir
incansablemente la lucha por la construcción de una nuevo orden político en el país.
Equipo de redacción OVA
Equipo de redacción OVA
Fernando Navarro
Como la belleza de algunas flores, hay himnos que están destinados a no morir nunca. Es el caso de Bella Ciao, el canto partisano italiano que los grupos de la resistencia cantaban contra los fascistas durante la II Guerra Mundial. Esta canción popular sin autor reconocido podía haberse quedado enterrada en la memoria colectiva, como tantas composiciones tradicionales que tuvieron un significado determinado en la historia de un colectivo, una comunidad o un país, pero no ha sido así. Como por arte de magia, Bella Ciao ha cobrado nueva vida en 2018, mucho tiempo después de que fuera cantada por primera vez —según estudios históricos— allá por el siglo XIX por trabajadoras de los arrozales del Valle del Po, en el norte de Italia.
Tom Waits ha sido el último en rescatarla. Su voz cavernosa entona los versos en inglés de una canción que, como en las mejores fábulas, guarda las mismas dosis de idealismo y lucha. A diferencia del tradicional aire de marcha guerrera y triunfal de la versión más conocida, su interpretación suena tierna y cruda, como en esas baladas noctámbulas tan suyas, perfectas para escucharse en lo profundo de una cantina abandonada en un bosque. Guarda la atmósfera de esa parte de su personalísimo cancionero que podría llamarse vagabundo: cantos bastardos con un esqueleto de folklore, salpicados de reminiscencias de viejos blues, bluegrass campestre, polkas centroeuropeas o valses de taberna, que relatan historias de despedidas y destinos inciertos. Junto a composiciones como Long Way Home, Widow's Grove, Never Let Go, If I Have to Go, Goodbye Irene o Take Care of All My Children,Bella Ciao bien podría formar parte del segundo disco de su fastuosa caja de rarezas y canciones perdidas llamada Orphans: Brawlers, Bawlers & Bastards.
“Una mañana, me levanté / oh, adiós bella, adiós bella / una mañana, me levanté / y encontré al invasor”, reza el primer verso de Bella Ciao, cantado por Waits, que, cual partisano, parecía escondido en los montes tras dos años sin material nuevo. El músico estadounidense ha aparecido para colaborar en Songs of Resistance 1948 - 2018, el nuevo disco del guitarrista Marc Ribot, mano derecha en las giras de Waits. Se trata de un álbum que incluye también colaboraciones de Steve Earle, Tift Merrit o Justin Vivian Bond cantando himnos de los derechos civiles o baladas de protesta mexicanas con el fin de desafiar las políticas de Donald Trump.
Bella Ciao parece hoy tan viva como en su época de arma contestaria contra los fascistas alemanes en la Italia de Mussolini, o cuando sirvió de himno revolucionario en las manifestaciones estudiantiles de Mayo del 68 o en el ambiente cultural del movimiento chileno socialista de Salvador Allende. A principios de junio, un grupo de viajeros comenzó a cantarla a pulmón abierto cuando reconocieron al ministro de Interior italiano, el ultraderechista Matteo Salvini, en el aeropuerto de Roma Fiumicino. Salvini ha tenido gravísimos gestos con los inmigrantes, a los que comparó con “esclavos”, y su política migratoria ha sido acusada de incitar al odio por la Unión Europea. Pero no sólo eso: Bella Ciao también fue entonada por organizaciones del Consejo Estatal del Pueblo Gitano en la puerta de la Embajada italiana en España para protestar contra el censo de gitanos propuesto por Salvini. Y, gracias a su mensaje de hermandad, también fue cantada en el buque de la ONG catalana Proactiva Open Arms con 60 inmigrantes rescatados a bordo. Incluso muchos han conocido la canción por formar parte de la exitosa serie de La Casa de Papel, que tiene el concepto de resistencia como hilo conductor de varios de sus personajes cuando intentan atracar la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.
“Esta es la flor del partisano, muerto por la libertad”. Así reza en su último verso Bella Ciao, una canción que nos recuerda que, como la belleza de algunas flores, hay ideas destinadas a no morir nunca.
El País
6 SEP 2018 - 21:34
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