Nelson Acosta Espinoza
Las crisis sociales y económicas no generan por sí mismas relatos y liderazgos políticos alternativos. La situación que experimenta Venezuela respalda esta afirmación. El estado de postración que vivimos requiere de un esfuerzo colectivo para desarrollar la narración apropiada que permita inducir la movilización que la coyuntura demanda. La voluntad de cambio existe. Es indispensable, desde las bases sociales, concretar esta disposicion en una nueva opción política. Este es el imperativo que demanda las actuales circunstancias.
En forma sencilla es imperativo desarrollar una invocación política que transforme a su destinatario en interlocutor. Que tenga la capacidad comunicativa de llegar y emocionar a sus destinatarios. En cierta forma, una de las dimensiones de la crisis es, precisamente, la ausencia de ese relato que interpele a la mayoría de la población que se siente profundamente defraudada por gobierno y oposición.
Gran parte de la dirección democrática reposa sus anhelos políticos en la crisis económica y social que azota a la población. Se piensa que esta circunstancia es suficiente para crear la voluntad de cambio. Sin embargo, no es así. La realidad es mucho más compleja y exige aproximaciones de mayor pluralidad. Se requiere, para expresarlo en forma sencilla, trabajar la dimensión subjetiva; intentar encontrar las claves que permitan a una determinada invocación política acceder a los corazones de la población. Dicho en forma sencilla: es necesario emocionar para convencer.
En el marco de estas ideas se inscribe este vídeo. Es una realización del departamento audiovisual de la televisión de la Universidad de Carabobo. Fechado en el 2007. Y, a mi juicio, tiene plena vigencia hoy día.
Esperemos que esta sencilla iniciativa contribuya a estimular la búsqueda y elaboración de la narrativa apropiada para construir el nuevo sujeto político de cambio en el país.
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