lunes, 9 de julio de 2018

La oposición sufre de autismo político



Nelson Acosta Espinoza
Bien, amigos lectores, estamos viviendo una situación paradójica. En la medida  que la crisis se profundiza y las protestas sociales aumentan la dirección política de la oposición se ausenta y es presa de un tipo de autismo de naturaleza política. Disculpen lo duro de esta caracterización. Pero cualquier observador atento puede constatar el sentido de verdad que encierra esta afirmación.

Intentaré explicar y fundamentar este juicio prestando atención a la situación actual de la MUD. En primer lugar, esta agrupación se encuentra sumida en una severa crisis. En lo que va de año ha intentado diseñar nuevas instancias de funcionamiento. Desafortunadamente ninguna de esas iniciativas ha tenido eco en la calle. Su dinámica, signada por antagonismos internos, ha impedido el bosquejo de iniciativas políticas que permitan ir al encuentro de la creciente conflictividad que atraviesa a núcleos importantes de la sociedad venezolana. Esta situación de “anomia” es la responsable de su imposibilidad, hasta el momento, de acordarse sobre la persona que debería ejercer la Secretaria Ejecutiva y cuales serian sus nuevas funciones.

En paralelo, otras agrupaciones políticas opositoras asumen posturas distintas a la que encarna la MUD. Por un lado, María Corina Machado ha organizado una nueva agrupación denominada Soy Venezuela y, en el otro polo, el ex candidato Henri Falcón anunció la creación de una formación política denominada Concertación por el Cambio. Ambas iniciativas van en contrapelo a las directrices que emanan de la MUD. Para completar con broche de oro esta dispersión el partido Acción Democrática ha decidido separarse de la MUD y comenzar a transitar en sus propios términos y objetivos. En conclusión, la oposición partidista se encuentra desintegrada y sin conexión orgánica con lo que efectivamente está sucediendo en el país en el plano de las reivindicaciones de naturaleza social.

Por otro lado, se encuentra el Frente Amplio. Esta es una iniciativa primordialmente de la sociedad civil con la finalidad de impulsar decisiones de naturaleza política que enfrente al régimen. Desafortunadamente, exceptuando al Frente organizado en Carabobo, su actuación e impacto ante la opinión pública ha sido un tanto precaria.

Sobre este último punto (impacto ante la opinión pública), es justo reconocer de que todas estas iniciativas enfrentan severos problemas en el plano comunicacional, financiero y, desde luego, han sido sometida a severas persecuciones y presiones de parte de los aparatos del gobierno.

Sin embargo, me voy a permitir apuntar un trance de carácter sustancial y, que a mi juicio, cuenta para explicar la dificultad de la MUD para procesar en términos políticos el creciente incremento de la conflictividad social. Tengo la impresión de que un sector sustantivo de la oposición no ha evaluado correctamente la coyuntura política. O, la ha apreciado con instrumentos narrativos apropiados para situaciones distintas a las que prevalecen en el país. ¿Qué pretendo significar con esta afirmación? En forma sencilla, intento subrayar que la salida a la actual crisis es básicamente de naturaleza POLITICA. Y, en consecuencia, se requiere de una intensa politización de la conflictividad social. Y ello implicaría un encadenamiento de las distintas dificultades que padece la población en torno a la demanda de cambio de régimen y de presidente.

En el marco de esta severa crisis económica y con la inflación más alta del mundo el chavismo no está en capacidad dar respuesta a los ingentes problemas que padece la totalidad de la población del país. La única salida posible es el cambio de régimen a corto plazo y, hacia ese objetivo, debería orientarse la conducta de los distintos grupos opositores.

En fin, los sectores democráticos debemos apuntar hacia la politización ciudadana: participativa, informada, inteligente y desprovista del dogmatismo y atavismos propios del pasado.

No tengo la menor duda, la política es así.


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