sábado, 10 de junio de 2017

¿Se enfrentará Chávez a Maduro?

Nelson Acosta Espinoza
La crisis en el país tiende a profundizarse. En un cierto sentido es de carácter general. En otras palabras, estamos en presencia de un masivo sentimiento de indignación ante el sistema político socialista y los efectos de naturaleza perversa que este modelo produce sobre la vida de los ciudadanos. Su onda regresiva, sin la menor duda, alcanza la totalidad de los ámbitos económicos, políticos, sociales y culturales. Dos meses de protestas en las calles, setenta muertes, centenares de heridos y miles de detenidos constituyen la prueba empírica de la voluntad de cambio que se ha anidado en la conciencia y espíritu de la población.

En fin, este sistema bolivariano muestra síntomas inequívocos de que se encuentra exhausto. Es incapaz de resolver las crisis que mantiene al país en zozobra. Se abre, entonces, una oportunidad real para iniciar una transformación sustantiva del régimen político y su sustento económico y cultural. Sin embargo esta oportunidad de naturaleza histórica, es vital tenerlo en mente, no descarta la posibilidad de que parcialidades que han detentando el poder pretenda restaurarse y seguir ejerciendo el control de la vida política en el país. La historia reciente proporciona ejemplos restauradores que frustraron intentos de transformaciones sustantivas del régimen político prevaleciente en esas épocas (CAP II, por ejemplo).

Bien, vamos a dar una vuelta a la tuerca y posar la atención sobre los últimos acontecimientos en la vida política del país. Las recientes iniciativas propuestas por el gobierno (convocatoria de una asamblea nacional constituyente y la sugerencia de someter a referéndum la Constitución que apruebe esta instancia política) han generado un rechazo amplio en los círculos políticos, en especial los de inclinación chavista.

Ilustra esta última afirmación la solicitud de nulidad de la Constituyente que se votará el 30 de julio. De acuerdo a la fiscal general Luisa Ortega Díaz esta iniciativa violenta la progresividad de los derechos humanos, la democracia y el derecho al sufragio. Igualmente, importantes personalidades del chavismo han expresado públicamente su coincidencia con esta posición de la fiscal general. De hecho, se ha generado dentro de este grupo una corriente de opinión contraria al gobierno y que se sustenta en la idea de que el Presidente Maduro actúa a contra corriente del legado del difunto presidente Chávez.

En este sentido, el recurso que se entregó al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) contra la Asamblea Constituyente del presidente Nicolás Maduro no sólo pudiera profundizar las grietas en el gobierno, sino también ayudar a crear enlaces entre chavistas críticos y la oposición. De hecho, ex fiscales, ex jueces, representantes de la oposición y público en general se han adherido a esta acción legal a través de documentos públicos a depositarse en TSJ. En lo inmediato, entonces, se están creando las condiciones para conformar un frente más amplio que enfrente al madurismo. Puede resultar extraño, pero lo cierto es que existe la posibilidad para un acercamiento táctico entre demócratas y chavistas.

Tal como lo afirmamos al inicio de este breve escrito la crisis tiende a profundizarse. A pesar de esta circunstancia, el gobierno se encamina directo a experimentar una situación de inestabilidad sin parangón en nuestra historia. De no producirse rectificaciones los meses venideros van a estar signados por una fuerte conflictividad de naturaleza política. La oposición enfrentará con fuerza militante a esta iniciativa del gobierno. Es plausible suponer que la fachada contra la Asamblea Constituyente se ensanchará con nuevos agregados provenientes del chavismo. En el plano internacional el gobierno pierde adeptos y se encuentra cada vez más aislado. En fin, pareciera que estamos ante una encrucijada definitiva: la derrota del madurismo y el triunfo de los demócratas.

Tengo la convicción de que este éxito abrirá las puertas, por un lado, para ensayar formas más avanzadas de la vida política democrática y, por el otro, sepultar de una vez por todas la tendencia autoritaria que ha prevalecido en el pasado reciente.

Sin la menor duda, la política es así.






3 comentarios:

cristoynosotros dijo...

"...síntomas inequívocos DE QUE se encuentra exhausto..."

"...no descarta la posibilidad DE QUE parcialidades que han detentado el poder..."

"...y que se sustenta en la idea DE QUE el Presidente Maduro actúa..."

"...tengo la convicción DE QUE este éxito abrirá..."

Es así como debe escribirse. Sugiero al autor que estudie este asunto. Una cosa es el dequeísmo, el cual es un error, y otra el uso correcto de la incidencia gramatical "de que".


Nelson Acosta E. dijo...

Amigo Linares, gracias por la lectura del blog y su comentario sobre el síntoma del queismo. Estaremos atento en el futuro.

marcos dijo...

Si eso no es dequeísmo, entonces ¿cual es? Se nota que usted lee panfletos de pacotilla. Búsquese unos buenos clásicos y aprenda un poco de castellano. Recuerde que quien no lee, no aprende a escribir..