sábado, 3 de junio de 2017

¿Permanecerá Maduro en el poder?


Nelson Acosta Espinoza
Bien, amigos lectores, las protestas en forma de marcha y plantones han continuado ininterrumpidamente. Caracas, Trujillo, Zulia, Táchira, Aragua, Carabobo y Nueva Esparta han sido teatro de movilizaciones en sus principales vías de comunicación. En esta ocasión, los ciudadanos marcharon con ollas vacías en señal de protesta debido al gigantesco desabastecimiento y penurias que está sufriendo la población de este país.

En paralelo el gobierno da muestra de su disposición de avanzar de cualquier forma con su proyecto de redactar una nueva constitución. Su último guiño a la ciudadanía, anunciado la noche del jueves pasado en un Consejo de Ministros televisado, sería someter a votación la propuesta de Carta Magna que se presentaría a la consideración de la Asamblea Nacional Constituyente. “La nueva Constitución saldrá a referendo consultivo para que sea el pueblo el que diga si está de acuerdo o no está de acuerdo”.

Diversos analistas han destacado que esta iniciativa ha sido diseñada con la finalidad de intentar reunificar a sus antiguos aliados. Es importante señalar que en las últimas semanas se han producido deserciones importantes dentro del chavismo. Desde luego, las más notorias son la Fiscal General de la Republica Luisa Ortega Díaz y la ex Defensora del Pueblo, Gabriela Ramírez.

En el marco de estas circunstancias es apropiado preguntarse por la estrategia apropiada para enfrentar la voluntad de perpetuarse en el poder de esta dirigencia socialista. Algunos analistas sostienen que este régimen está a punto de derrumbarse. La magnitud de sus errores, el cerco diplomático a que está siendo sometido, la grave crisis fiscal, las continuas protestas de la población, entre otras variables, harían inviable la permanencia de Maduro en el poder por más tiempo. En esta versión predomina la hipótesis, de acuerdo a la cual, que el régimen está a punto de desmoronarse y sería necesario prepararse para este escenario futuro. Desde luego, el electoral sería uno de ellos.

Existe otra lectura de la coyuntura. Menos optimista. ¿En qué sentido? Quienes sostienen esta visión la fundamentan en el hecho que el madurismo no va entregar el poder en un gesto de racionalidad institucional. Todo lo contrario. Su sector radical se va aferrar al mando con el uso de todos los medios que tienen a su alcance. La Constituyente, los CLAP y la acentuación de la represión serían los instrumentos apropiados. Intentaran ganar tiempo, en el convencimiento de que podrán reclutar la población empobrecida que se abstuvo de votar en las elecciones del 2015. Subrayan el hecho que la oposición ganó el control de la Asamblea Nacional porque el pueblo chavista se inhibió de votar.

En fin, estas dos visiones en un cierto sentido se complementan. Ambas parten de la idea que este régimen es inviable. La diferencia, a mi juicio, tiene que ver con consideraciones de naturaleza táctica. En la primera versión, se subestima la capacidad de maniobra del chavismo y se sobrestima la voluntad de resistencia de los sectores opositores. Se da por sentado, por ejemplo, que las variables objetivas (crisis económica, devaluación institucional, etc.) son suficientes para acelerar la caída del régimen. Desde luego, esta interpretación alimenta la legítima apetencia electoral presente en algunos grupos opositores.

El relato alternativo, parte de la idea que el chavismo aún cuenta con herramientas para aferrarse al poder y, en consecuencia, hay que acumular fuerza en el sentido estratégico. Hay que vencer el proyecto socialista en forma definitiva. En lo económico, político y cultural. Y, para ello, se hace necesario implementar una estrategia que vaya más allá de la inmediatez táctica y electoral. Reconocer el carácter histórico de esta coyuntura y comprender que en las luchas callejeras se está forjando un nuevo liderazgo que ha roto amarras con el pasado. Sin duda, estamos en los prolegómenos de una nueva era política y cultural.

En cualquier caso pudiéramos afirmar, parafraseando al cantautor cubano: “estas luchas están pariendo un  corazón”.

No tengo la menor duda, la política es así.
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