miércoles, 17 de abril de 2013

Cuidado con el síndrome López Obrador


Nelson Acosta Espinoza

La torpeza de la presidenta del CNE y la debilidad genética del “presidente electo” están anidando los componentes para el surgimiento de una crisis política de carácter sistémico. Una expresión concreta de esta circunstancia es el hecho que el árbitro electoral está perdiendo su legitimidad apresuradamente. Su decisión de no atender el reclamo político del 50% de la población, aunado a la circunstancia de juramentar apresuradamente al “presidente” Nicolás Maduro a espaldas de esta inmensa porción de venezolanos, coloca al país al borde de una crisis orgánica cuyo desencadenamiento puede resultar impredecible. Desde luego, lo aspectos referidos anteriormente constituyen aristas de un paquete mayor. En breve, no existe un chavismo sin Chávez. Sin la presencia del líder, este movimiento carece de costuras y, desde luego, capacidad para afrontar la crisis orgánica que se avecina.

¿Qué escenarios se vislumbran? En forma resumida, la salida puede plantearse en una de estas vías. Un sector del oficialismo entra en razón y proceden al conteo del 100% de las cajas de votación. En este caso se aborta la incertidumbre que pudiera dar como resultado un derrumbe estrepitoso del sistema implantado por el chavismo. En otro escenario, la protesta de los sectores democráticos aumenta e incorpora sucesivamente a otros sectores de la sociedad venezolana (religiosos, económicos, sindicales, gremiales, estudiantiles, etc.). En este escenario puede presentarse una intervención sobrevenida, vale decir no esperada, de sectores que tengan un poder real con capacidad de restaurar la institucionalidad en la república. Lo apropiado y lo que puede preservar la salud de la república es la primera opción: un segmento oficialista inicia un acercamiento con la oposición en orden de propulsar una salida institucional a la crisis.

Para los sectores democráticos, se vislumbran dos espacios para la lucha y combate en el futuro inmediato. En el ámbito de lo táctico, se plantea enfrentar al gobierno solicitando la apertura del 100% de las cajas de votación. Imprescindible tarea en orden de mantener el nivel de entusiasmo y combate de la población. Esta petición debe hacerse con energía y convicción. No se puede defraudar a la población votante por HCR. Desde luego, evitar militar en el optimismo desmesurado. En campo estratégico, es imperativo conectar esta tarea con las luchas que derivan del deterioro económico que vive el país: contracción económica, desmesurado déficit fiscal, elevada inflación, acelerado endeudamiento, colapso de la producción nacional, fracaso de las estatizaciones, fuga de capitales, empobrecimiento generalizado. En fin, deterioro acelerado de las condiciones objetivas de vida de toda la población.

El país se encuentra en estado de ebullición. El tema del conteo de votos debería servir de combustible para alimentar la lucha por los otros aspectos que conciernen a toda la población: la partidaria del gobierno y de la oposición. En estos términos es que debemos entender la reconciliación. Reconciliarnos para superar este estado de cosas. 

Una advertencia: ¡ojo, cuidado con el síndrome López Obrador!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo creo que ya es hora que comienze la Operación "The Godfather III"

Anónimo dijo...

Qué asqueroso artículo el de Nelson Acosta Espinoza! Además de mal argumentado y peor escrito. Lo inicia con una afirmación rocambulesca: “La torpeza de la presidenta del CNE y la debilidad genética del “presidente electo” que de inmediato abandona y deja al lector esperando, señale en qué consiste “la torpeza” en primer lugar de la Rectora (legal, política, humana) y luego que explique a qué llama él “debilidad genética”, no puedo creer que Acosta nos esté señalando aquellas viejas concepciones de las “razas de miseria” pensando en la morena piel de Maduro, eso francamente sería endoracismo para la mayoría de los venezolanos, pero claro, el proceso de “blanqueo” no es ajeno a tal realidad. Habla también con pedante acento de crisis política de carácter sistémico, pero tampoco define ni desarrolla nada acerca de ello. Pasa a otra argumentación bastante peregrina: el reclamo del 50 %. ¿Cuál reclamo del 50 por ciento y ante qué instancia se ha realizado ese reclamo?. Habla con regusto de “un escenario de intervención sobrevenida” que es su verdadera amenaza ya insoportable para continuar tomando en serio el aporte intelectual de este dinosaurio. Otras perlas como “cajas de votación” en un proceso que es electrónico hace años evidencia el verdadero color y olor de este señor. Hasta la comparación con López Obrador resulta cursi para decir lo menos.