domingo, 10 de marzo de 2013

La paradoja social demócrata y el funeral de Chávez


Nelson Acosta Espinoza

Sucedió en el Colegio de Abogados de la ciudad de Valencia. En el marco de un evento de naturaleza política un joven dirigente social demócrata, con sencillez y honestidad, explicaba que en su comunidad la situación de empleo, vivienda, salubridad, seguridad eran caóticas y, sin embargo, el oficialismo siempre obtenía mayoría aplastante en los diversos comicios realizados. Se preguntaba, ¿cómo podría explicarse esa paradoja? Desafortunadamente, esta interrogante vital no obtuvo respuesta satisfactoria. En cierto sentido, esta ausencia era razonablemente explicable. Después de todo, la pregunta apuntaba hacia una incógnita que ha “angustiado” por siglos el pensamiento político: ¿por qué los hombres combaten por su sometimiento, como si se tratara de su bienestar? En otras palabras, ¿cómo, a pesar que las condiciones objetivas eran tan deplorables, no impactaban en la subjetividad de esos votantes?

Vamos a intentar arrojar un poco de luz en torno a esta problemática. El cacho de este toro lo tomaremos a través de algunas herramientas teóricas. Dispénsenme un comentario marginal. Siempre he sostenido que la práctica política en el país ha expulsado de su seno la reflexión teórica y esta carencia explica la perplejidad y desconcierto que han generado actos políticos recientes; por ejemplo, el fervor popular suscitado en los funerales del presidente Hugo Chávez Frías. Para muchos opositores su marco cognitivo no les permite evaluar en su justa dimensión la intensidad cultural, religiosa y psicológica de este acto.


Retomemos nuestro tema. Una tendencia muy extendida entre practicantes y pensadores de la política ha sido asumir esta dimensión según el modelo de mercado. La expresión “cuanto hay pa´eso” en forma un tanto burda, expresaría lo que académicamente se conoce como “opción racional” (rational choice). Es decir, la idea de acuerdo a la cual, la política es un campo de competencia entre actores que tratan de hacer prevalecer sus intereses procurando obtener el máximo interés al menor costo posible. Por ejemplo: cambio voto por petrocasa. En un tono más académico “es la economía estúpido”, frase mítica a la que se le endosa, entre otras variables, el triunfo electoral de Bill Clinton. En otras palabras, de acuerdo a este paradigma la política se encuentra más cerca de la economía que de la cultura. Quienes así profesan este credo, por ejemplo, ponen cándidamente los huevos de sus esperanzas políticas en la inevitable crisis económica que azotará a este maltrecho país.
Sin embargo, la vida es más compleja. Elevemos para su consideración, estimado lector, estas interrogantes. ¿La lógica de los intereses en la única clave para explicar la totalidad de las conductas políticas? ¿Es únicamente instrumental la función de la política? Contrastemos estas incógnitas con la conducta desplegada por la población en relación al funeral del presidente Chávez. En el marco de una relación costo-beneficio (rational choice), se puede comprobar que el acto de asistir a este funeral no produce utilidad alguna para el devoto partidario del Presidente. Antes, por el contrario, los costos (espera por horas y días, dormir en la calle, falta de alimentación, inseguridad, etc.) son infinitamente mayores que los beneficios (observar el rostro del difunto por cinco segundos). Siempre, desde luego, se podrá argumentar que esta multitud fue comprada y presionada para asistir a este acto. Explicación necia que de ser trasladada a la formulación de una política electoral conduciría a un estrepitoso fracaso. En fin, la conducta de la población, en esta ocasión, no encaja dentro del marco explicativo que proporciona la “opción racional”.

Ensayemos otro ángulo de explicación. Agreguemos a la lógica de los intereses la de las identificaciones. Vale decir, que el acto de asistir al funeral obedeció a una acción de identificación. Es decir, a un acto testimonial que expresaba de forma ritual su pertenencia e identidad con un colectivo político. La participación de la población en los actos funerarios debería evaluarse, entonces, como un fin en sí mismo; como un valor digno de ser perseguido por sí mismo.
Aquí entramos en el campo de los intereses simbólicos, no cuantificables ni calculables y que existen en el ámbito de la cultura. Traslado al ámbito de la política, la lógica de la identidad que puede resumirse en tres supuestos teóricos: 1) la política es un campo donde se construyen, se reconstruyen, se refuerzan y se ritualizan incesantemente identidades colectivas; 2) tales identidades no se limitan a reflejar intereses sociales preexistentes, sino que los seleccionan, los reconstruyen y, en parte, los inventan; 3) en un régimen democrático, la competencia entre diferentes partidos no se orienta en primer lugar a la selección de los mejores programas políticos, sino a reforzar las identidades colectivas que actúan en la escena política

Creo poder intentar responder la interrogante formulada por el joven dirigente al cual hicimos referencia al inicio de este escrito. Veamos. A lo largo de los catorce años que ha ejercido el poder, el chavismo ha construido una fuerte identidad política que ha permitido proporcionar visibilidad a la población más empobrecida del país. Esta circunstancia simbólica ayuda a explicar cómo la conducta electoral de esta población no siempre se encuentra en sintonía con sus condiciones objetivas de vida.

“Al pesimismo de la inteligencia opongamos el optimismo de la voluntad”. Esta frase Gramsciana, tiene plena vigencia para quienes aspiramos una transformación democrática del país. Su traducción para el momento actual es sencilla. Se trata de articular armoniosamente la lógica de las identificaciones democráticas (subjetividad) con la de los intereses objetivos (racionalidad). El trayecto a recorrer, sin duda, debe ir desde lo simbólico a lo económico. Me parece que en este camino pudiéramos superar la peligrosa anomia identitario que acosa a la oposición. Después de todo, ser dicho es ser.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Fraude del CNE. Que esta montado y la doble cedulacion control de las Maquina de Votacion va equilibrardo los votos a favor de. La continuidad del gobierno . Quitandole la oportunidad a la oposision q aun. Si saca mas votos no volveran. Segun el gob.

Anónimo dijo...

NO PASARAN !!!!