domingo, 3 de septiembre de 2017

“El cansancio de las palabras” A propósito de la Bienal Eugenio Montejo


Nelson Acosta Espinoza
Bien, amigos lectores, en esta oportunidad voy a referirme a un tema distinto de los que habitualmente han sido objeto de esta columna. Ojo, lo diferente no significa una aproximación distante a la que he venido tratando a lo largo de estos breves escritos. De hecho, intentaremos acércanos a una realidad de naturaleza simbólica. Haciendo hincapié en sus implicaciones culturales y políticas para el país.

¿A que me estoy refiriendo? Bien, se está configurando la idea de organizar a finales del mes de noviembre un conjunto de actividades que se concretarían en la denominada Bienal Eugenio Montejo. Esta Bienal sería patrocinada por la Alcaldía de Valencia. Tendría como propósito reunir a un grupo de intelectuales (nacionales y extranjeros) para discutir sobre distintos aspectos de la obra y vida de este intelectual venezolano.

Me voy a permitir mencionar algunos de los temas que probablemente serán tratados en este magnífico evento: Vivir con Eugenio; Testigos y amigos de vida comparten recuerdos y anécdota; Eugenio y la ciudad; Eugenio ensayista; Eugenio y el paisaje: como la naturaleza se vuelve un empeño verbal, entre otros. Desde luego, cada uno de estos tópicos será abordado por un grupo de intelectuales del ámbito de la poesía, narrativa y el ensayo. Expertos nacionales y extranjeros. En fin, por la naturaleza de la obra del homenajeado y el nivel de los participantes, sin duda alguna, este acontecimiento marcará un hito en la vida intelectual del país.

Ahora bien, ¿un evento de esta naturaleza posee significación política? ¿Su trascendencia rebasa lo estrictamente poético? ¿Reivindicar la obra de Eugenio Montejo no implica apostar por el clima cultural que cobijó esta creación?

Voy a intentar dar respuestas a estas interrogantes. Entiendo que es una aventura la que estoy emprendiendo. No soy especialista en el tema ni experto en la creación poética y literaria de este ilustre compatriota. Mi atención la centraré en la trascendencia que puede tener reivindicar a este autor y al clima intelectual dentro del cual se formó.

En principio en justo afirmar que el temple cultural en el país se ha deteriorado. Las bienales culturales del pasado se han extinguido. Son pocos los eventos que permiten y apuestan por la confrontación cultural y de ideas. En este sentido esta Bienal Eugenio Montejo puede verse como una respuesta a estas ausencias. En especial en el ámbito de la poesía y literatura.

Me atrevo a señalar que la creación poética y literaria se encuentran un paso adelante de otras narrativas. En cierto sentido avizoran el futuro. Constituyen vanguardias del pensamiento y, en consecuencia, deberían alimentar la creación discursiva en el ámbito de la política. La historia proporciona ejemplos que ilustran esta mutua correspondencia. Los cambios, es importante recalcarlo, se inician en esta actividad creativa. Dependerá, entonces, de los actores políticos transformar estas innovaciones en planteamientos de naturaleza colectiva.

En otras palabras, es vital asumir la dimensión intelectual de la política. Eventos como esta Bienal brinda un escenario para el debate de ideas y el enriquecimiento de las apuestas de naturaleza colectiva. Puede sonar extraño. Pero la creación poética siempre ha tenido una profunda impronta en el atmosfera política del país. Es por esta circunstancia que reivindicar la poesía, la narrativa y el ensayo, hoy día, constituye un acto de resistencia cívica.


Eugenio Montejo nos señaló la vía. Hay que desconfiar de las palabras y prestar atención al lenguaje: “Alguna vez escribiré con piedras / midiendo cada una de mis frases / por su peso, volumen, movimiento. / Estoy cansado de palabras".

Quizá, sea profético el verso de Montejo que Sean Pen recita a Naomi Watts en la película de los mexicanos Alejandro Gonzalez Iñarritu y Guillermo Arriaga, 21 gramos:

"La tierra giró para acercarnos, / giró sobre sí misma y en nosotros, / hasta juntarnos por fin en este sueño".

La política, sin duda alguna, será así.






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