domingo, 20 de enero de 2019

Cuidado con el síndrome “Ramos Allup”


Nelson Acosta Espinoza
Cuidado con el síndrome “Ramos Allup”, vale decir apresuramiento, adelantarse a los acontecimientos políticos y apostar por intereses particulares sobre los de interés nacional. Sin la menor duda, la coyuntura ofrece la oportunidad para formular una apuesta desprovista de intereses particulares. Es propicio el momento, entonces, para enunciar un nuevo proyecto político que rompa con el pasado y se comprometa con el futuro.

La observación, un tanto dura, obedece a la necesidad de sortear las tentaciones y apresuramientos que podrían desarrollarse en el marco de los actuales acontecimientos. No debemos olvidar lo característico de la coyuntura pasada: reflujo de las masas; desencanto con la actividad política y una cierta desconfianza en el liderazgo partidista de la oposición.

Sin embargo, tengo la impresión que estas tres características enunciadas en el párrafo anterior comienzan a diluirse. Es así como las últimas demostraciones se han caracterizado por su carácter masivo; la gente ha vuelto a la calle a reclamar sus derechos. Por otro lado, los niveles de confianza en la actividad política han ido creciendo y el liderazgo opositor comienza a recuperar la confianza de los ciudadanos. Desde luego, la figura y el desempeño de Juan Guaidó aiPresidente de la Asamblea Nacional, ha contribuido significativamente en esta recuperación del fervor oposicionista. Creo que es posible concluir que en la actualidad la desafección política presente en el pasado reciente está siendo derrotada.

El momento es crucial. Su proyección hacia el futuro dependerá del desenvolvimiento de los acontecimientos por venir y de la conducta que asuma el presidente de AN. Hasta el momento  Guaidó ha tomado una actitud de prudencia y ha desestimado las consejas de fervor extremista. Ha señalado en forma clara que a la AN no le correspondía hacerse del poder mientras no contara con la mayoría del pueblo movilizado y con el apoyo de las FANB.

En un acto de malabarismo político dejo asentado que estaría dispuesto a asumir la presidencia provisional. Pero para poder acceder a esta posición requería la confluencia de tres factores de poder: el pueblo unido, la FANB y la Comunidad Internacional. Articular en una sola dirección estos tres poderes no es tarea fácil. De hecho es vital esta confluencia para dar pasos hacia una salida pacífica a la crisis de naturaleza política presente en el país.

El 23 de enero, fecha que se conmemora la caída del régimen del General Marcos Pérez Jiménez, se ha convocado ha demostraciones de masas en todo el país. Se espera una participación masiva de la ciudadanía y una expresión de fuerza democrática. Entiendo que estos actos constituirán el inicio de una nueva forma de construir oposición en el país. Vale decir, reorientar la lucha en términos de cuatro puntos cardinales: pacifica, constitucional, democrática y electoral. Estas orientaciones deberán estar conectadas a la posibilidad de construir una alianza entre los partidos de la oposición, las fuerzas armadas no adictas al régimen y el pueblo organizado. El factor articulador de este frente político seria la Asamblea Nacional bajo el liderazgo de su actual presidente.

Hasta aquí este relato fluye sin obstáculos. Sin embargo, soy de la opinión que sería necesario agregar otros elementos para poder mantener el entusiasmo militante de la población. Desde luego esta exaltación la veremos en las calles el próximo 23 de enero. La incógnita es como mantener vivo este entusiasmo después de esta fecha. En pocas palabras ¿cómo conservar este entusiasmo y ponerlo al servicio de las nuevas tareas políticas después de esta fecha?

La interrogante es legítima. Después de este día se abrirá un nuevo campo de lucha que debería ser traducido en un nuevo relato que, por un lado, procese afectivamente las severas condiciones socio económicas que padece la población y, por el otro, lo enlace con la demanda de cambio de régimen político.

La advertencia con que iniciamos este breve escrito se encuentra vigente. Hay que sortear dos desviaciones. El fundamentalismo oposicionista y el tacticismo coyuntural.

La tarea inmediata es construir un nuevo relato que permita volver a la política.

1 comentario:

Arquimedes dijo...

Excelente articulo Nelson, me pareció muy realista.
Nos veremso el 23....
Arquimedes Román