domingo, 6 de mayo de 2018

Construir una nueva mayoría política


Nelson Acosta Espinoza
Estamos a días para la celebración de la elección presidencial. Son cinco los aspirantes que participan y juegan un papel decisivo en esta contienda de naturaleza electoral. En un cierto sentido pudiéramos agregar un nuevo actor: la ciudadanía. Su participación o inhibición será el factor determinante en este nuevo ejercicio electoral. Desde luego, esta última afirmación es una verdad de Perogrullo. Es obvio que son los ciudadanos quienes determinan el resultado final de cualquier ejercicio electoral. Sin embargo, en esta ocasión existe una opción El Frente Amplio. Esta agrupación intenta capitalizar el descontento ciudadano con una visión que va más allá del acto comicial. Es en el marco de esta lógica que adjudicamos el carácter de actor a esta agrupación. Intentare, en las próximas líneas, explicar esta circunstancia y sus implicaciones de cara al futuro post electoral.

Una descripción apresurada de la contienda adjudicaría un candidato al oficialismo, Nicolás Maduro y cuatro al sector oposicionista.: Henri Falcón, Javier Bertucci, Luis Alejandro Ratti y Reinaldo Quijada.

Desde luego Maduro representa la continuidad del régimen. Su campaña, de carácter asistencialista, intenta preservar los cuatro millones de votantes que las encuestas le adjudican. El instrumento clientelar para solidificar esta cifra es el Carnet de la Patria. Es importante recalcar que los estudios de opinión muestran un rechazo a esta opcion del 70% de la población habilitada para ejercer el voto.

Por su parte la oposición concurre a este evento con cuatro candidatos. El más representativo es Henri Falcón. Sobre esta opción electoral es posible hacer las siguientes observaciones. Su candidatura intenta capitalizar el descontento existente en la población del país. De hecho su campaña intenta hegemonizar a esta mayoría que las encuestas señalan como desafecta al gobierno y sus políticas. Sin embargo, su estrategia comunicacional es de naturaleza programática (por ejemplo, oferta de dolarizar a la economía) y no captura la naturaleza de la conflictividad social existente en el país. Dicho en otros términos, su propuesta no emociona. No logra transformar a sus destinarios (población empobrecida) en interlocutores. En “sujetos” que encarnen su propuesta electoral. Sospecho, que esta conducta es propia de la gramática comunicacional que prevaleció en campañas electorales donde la oposición ejerció el papel protagónico en el pasado.

Sobre los otros candidatos no es mucho lo que podamos señalar. El que luce con más brío electoral es Javier Bertucci. Su estrategia comunicacional presenta rasgos de naturaleza populista. Recuerda las campañas electorales que se sucedían en la IV república. Sus posibilidades de éxito son muy precarias. Igual sucede con los otros postulantes.

El Frente Amplio. Esta agrupación no se plantea opciones de naturaleza electoral. Por el contrario, intenta expresar y dar contenido político a las protestas sociales que a diario se suceden en el país. Hasta cierto punto, intenta llenar el vacío que la contienda electoral no asume. Y, esta tarea, puede llevarse a cabo con independencia de las elecciones.

En otras palabras, el deterioro social tiende a profundizarse. Es vital, entonces, dotarlo de sentido político y, a partir de esta acción, generar las condiciones para la construcción de una nueva mayoría POLITICA que suceda la actual organización de los poderes públicos en el país. A mi juicio esta ha de ser la tarea que el Frente Amplio, a nivel nacional, deberá asumir después de los venideros comicios.

Voy a finalizar este breve escrito con una aseveración de naturaleza teórica. Una de las dificultades recurrentes en la práctica política de la oposición ha sido no prestar la debida atención a las emociones. Un cierto “racionalismo” ha prevalecido en el marco de sus aproximaciones políticas. Pragmatismo responsable de la poca atención brindada a esta dimensión subjetiva de la conducta humana.

La actual coyuntura exige articular lo objetivo (condiciones económicas) con lo subjetivo (pasión, emoción) y hacer de esta relación el punto de partida para la elaboración de la nueva propuesta política que sacará al país del atolladero en que se encuentra.

No tengo la menor duda, la política es así.


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