viernes, 15 de junio de 2018

Volver a la política


Nelson Acosta Espinoza
Bien, amigos lectores debo pedir disculpas por la ausencia de mí artículo la semana pasada. Desafortunadamente tuve que ausentarme de la ciudad y no pude enviar el acostumbrado escrito.

Bien cumplida esta aclaratoria tratemos de reflexionar sobre lo acontecido en estos últimos días. En realidad el país no ha experimentado cambios de naturaleza sustantiva. Por el contrario, el deterioro continúa acentuándose. No se vislumbra signos que permitan concluir la presencia de voluntad política para iniciar el diseño de políticas alternativas que enfrenten el desastre en el cual se encuentra sumida la nación. El gobierno insiste en transitar las vías que han conducido al naufragio en el cual se encuentra sumergida la población del país.

Resulta sorprendente de que en este contexto no haya surgido orgánicamente una repuesta de parte de la oposición del país. Antes por el contrario este sector, vista sus ejecutorias, pareciera estar de espalda y no consciente de la dramática situación que padecen los venezolanos. Más allá de sus declaratorias no se observa una línea clara de oposición a este socialismo del siglo XXI. Entiendo que esta afirmación es fuerte y debería levantar ronchas en gran parte de este sector político. Es un riesgo que debo correr. Voy a intentar profundizar sobre este tema.

La oposición oficial se ha concentrado en denunciar la desastrosa situación económica que padece el país. En sus señalamientos ha operado la creencia de que las contradicciones económicas por si solas serían suficientes para concitar una mayoría que se enfrente al gobierno. En otras palabras, la enfermedad del economicismo se ha apoderado de sus planteamientos. Los últimos resultados electorales han mostrado lo equivocado de esta postura y, en cierto sentido, la población le ha enviado un mensaje sustantivo: volver a la política.

¿Qué se quiere señalar con esta expresión? Bien en principio creo que este es un mandato exigido por la mayoría de los venezolanos que no se sintieron motivados a acudir a las urnas en las pasadas elecciones. La grave situación social y económica exige como tarea politizar estas condiciones de vida dentro de las cuales se desenvuelve la vida de los ciudadanos de este país. Desde luego, este proceso deberá ser condensado en consignas políticas dirigidas a denunciar a los responsables de estas calamidades.

En cierto sentido el padre Luis Ugalde ha escrito unos señalamientos que van acorde con esta línea de reflexión. Ha enunciado de que la vía más expedita para iniciar el cambio que la población demanda es solicitar la renuncia de Maduro y su gobierno, con salida negociada; gobierno de transición presidido por el Presidente de la legítima AN; Junta de Gobierno civil con participación militar para de inmediato tomar las medidas de ayuda humanitaria, frenar la inflación y establecer las condiciones y garantías jurídicas para la reactivación económica y la inversión; restablecimiento de la legalidad constitucional con separación de poderes, liberación de presos políticos, exiliados y perseguidos; eliminación de la dictatorial Asamblea Nacional Constituyente y nombramiento del nuevo CNE, entre otras medidas. Estos son los aspectos sustantivos de la propuesta del padre Luis Ugalde. En su documento plantea otros aspectos que la brevedad de este escrito impide comentar.

La argumentación de Ugalde se alinea con la idea de volver a la política. Desarrollar iniciativas en este orden a escala nacional y local. En otros términos, hay que dotar de sentido político la profunda crisis que azota a este maltratado país. Retomar la iniciativa en este ámbito para construir la mayoría militante de ciudadanos que respaldaría iniciativas de esta naturaleza.

El telón de fondo es el clamor de millones de venezolanos que agonizan. En palabras de Ugalde: Hace falta movilización y organización con visión política unitaria,

No tengo la menor duda, la política es así.


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