miércoles, 31 de enero de 2018

PUNTO DE ENCUENTRO PARA LA UNIDAD NACIONAL*




Quienes suscribimos esta declaración de prensa dirigida a los medios de comunicación social, hacemos pública nuestra decisión de organizarnos en un movimiento generador de opinión, tanto en el ámbito regional como nacional, dirigida a promover la unidad nacional y el consenso como los procesos políticos más idóneos para:

En primer término, lograr la concertación en torno a un proyecto de país y el correspondiente plan de acción contentivo de un conjunto de líneas estratégicas fundamentales para una transición, cuyas metas sean el resolver la grave situación de crisis humanitaria e inviabilidad económica que nos aquejan, así como consolidar la reinstitucionalización de la república en todos los ámbitos de su accionar colectivo.

En segundo término, estamos persuadidos que debería continuarse activando el mecanismo de consenso, a los efectos de la selección de un auténtico candidato unitario para las elecciones presidenciales de este año. Consideramos que el consenso, como proceso integral visibilizado con absoluta transparencia hacia todos los venezolanos, es la vía idónea para lograr la recuperación del entusiasmo y la motivación en los ciudadanos por su participación electoral en tan crucial evento. En este sentido, nos parece inconveniente la ruta anunciada por algunos de los más importantes partidos que integran la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), en lo que respecta a la realización de unas elecciones primarias para la escogencia del candidato “unitario”.

Consideramos, con relación a lo planteado, muy pertinente hacer la siguiente acotación: cuando hablamos de unidad nacional, nos referimos a una unidad que integre a todos los sectores representativos de la sociedad venezolana: Iglesias; Universidades; Empresarios; Trabajadores; Educadores; Gremios Profesionales; Partidos Políticos; Jóvenes; Academias; ONGs, etc. Una unidad que esté por encima de los partidos y que sea representativa del mayoritario e inmenso deseo de cambio que se respira en el país. Nos resulta inimaginable pensar, que podamos continuar soportando por muchos años el afán destructor de un régimen el cual, superado el escollo de unas últimas elecciones que se celebrarían con algún resquicio de democracia, seguramente se abocaría a consolidar una férrea dictadura y, con ella, concretar su anhelada pretensión de eternizarse en el poder.

Precisamente, por esta razón es que necesitamos de la movilización masiva de los electores. Para derrotar ampliamente tales pretensiones y lograr el urgente e indispensable cambio que demanda la sociedad venezolana. No creemos necesario, en esta oportunidad, ahondar demasiado en el diagnóstico. Venezuela ha entrado en un preocupante estado de inviabilidad y sostenibilidad de su economía vital, cuando los empobrecidos salarios han llegado a un nivel tal que ya no se puede vivir del trabajo. Ni tampoco acudir a él, porque cada día el colapso del sistema de transporte, sus altos costos y la gravísima crisis de efectivo suponen una creciente obstaculización del fundamental cumplimiento laboral.

Venezuela ha entrado en la recurrente vivencia de una tragedia, a juzgar por los indicadores de desnutrición; de muertes innecesarias, por falta de medicamentos o a consecuencia de una extremadamente inadecuada atención de salud. Nos encontramos inmersos en el epicentro de una crisis humanitaria nunca antes vista cuya progresión dinámica debe ser detenida ya. De proseguir el Régimen en el poder, continuará profundizándose. Ya ha dado muestras hasta la saciedad de no estar en capacidad, ni tener el deseo, de producir el imprescindible cambio de rumbo que requiere el país.

No podemos, en consecuencia, darnos el lujo de perder las próximas elecciones presidenciales. El riesgo que corremos es demasiado alto. Por ello, nuestro llamado a que nos entendamos sin traumas e innecesarios enfrentamientos, para poder encarar, sin zancadillas, a un régimen abusador y corrupto. Hay que pensar primero en el país y deponer intereses personales. Nos proponemos, identificados con los principios de unidad nacional y consenso, el primordial objetivo de regenerar la confianza colectiva del país en sus líderes y, así, hacer renacer la esperanza en el voto como instrumento de cambio. Esta es la vía para lograr la cristalización de la mayoría social con la que contamos, en un gobierno de unidad nacional que ejecute una transición construida sobre la base de eficaces consensos.

*Rueda de prensa ofrecida el 25/01/2018

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