domingo, 20 de agosto de 2017

¿Elecciones de gobernadores?



Nelson Acosta Espinoza

Bien, amigos lectores, contra todo pronóstico definitivamente se van a celebrar elecciones de gobernadores en el próximo mes de septiembre de este año. El tono dubitativo del párrafo obedece a las dudas que se habían sembrado sobre la voluntad del ejecutivo de permitir la celebración de estas votaciones regionales. Habría que añadir, desde luego, la desconfianza en relación a la parcialidad del Consejo Nacional Electoral (CNE) y a las acciones de naturaleza represiva tomadas contra connotados dirigentes de la oposición, en especial a sus alcaldes. En cualquier caso, esos comicios se llevarán a cabo bajo circunstancias especiales y en el marco de una confrontación política de naturaleza terminal.

Voy a intentar describir la singularidad de estos venideros procesos electorales y su significación política a futuro. Comencemos, entonces, por formular las siguientes interrogantes: ¿Su particularidad donde reside? ¿Es una contienda electoral típica? ¿Puede abordarse con las herramientas clásicas que se utilizan en este tipo de eventos políticos? En otras palabras ¿qué está en juego?

Amigos leedores, voy a intentar esbozar algunas respuestas a estas preguntas. En principio, los sectores democráticos que participarán en esta contienda de ámbito nacional deben tener claro los estados de conciencia prevalecientes en sus respectivos circuitos electorales. ¿Qué intento subrayar con esta expresión? Primero, que los comicios regionales venideros no pueden tener una orientación exclusivamente electoralista. No se celebrarán al interior de un escenario político normal. Por el contrario, se llevarán a cabo en el marco de una atmosfera económica y social altamente problemática y, encuadrada, en un contexto de sufrimiento material de la población. En cierto sentido hay que alterar los estados de conciencia del electorado. Ello podría lograrse a través de la elaboración de una narrativa que rompa con la lógica electoralista y ponga su acento en las circunstancias sociales y culturales dentro de las cuales se desenvuelve la población votante. En otras palabras, hay que ir al encuentro de la ciudadanía y desenmascarar  al gobierno con la finalidad de solidificar la mayoría democrática. En un cierto sentido, más que electoral, el propósito deber ser de naturaleza social y política.

Las venideras campañas electorales, por otro lado, deben ser un instrumento que facilite la circulación del proyecto político de los demócratas. El mismo, desde luego, debe dibujarse en oposición radical al aplicado a lo largo de estos últimos 15 años. Esta venidera contienda, de llevarse a cabo, debería ser asumida como un escenario de producción de sentido que contribuya a una nueva construcción social de la realidad.

Tengo conciencia que estas ideas son un tanto apresuradas y abstractas. Intento enfatizar que las elecciones de gobernadores no pueden asumirse exclusivamente bajo una óptica estrictamente electoral sujeta a las demandas del mercadeo político. Lo que está en juego no es la gobernación o las gobernaciones. Se va a disputar la idea de democracia que sustituirá a la que ha estado vigente en el pasado. Los venideros comicios pueden ser una excelente oportunidad para levantar el ánimo de la población y comunicar la idea de país que reemplazará a este socialismo del siglo XXI.

Insisto. La aproximación a esta contienda ha de ser política y social. Debe asumirse como un ejercicio para sembrar en la población la esperanza de un futuro promisor una vez derrotado este socialismo del siglo XXI. Los candidatos deberían asumir estos tópicos y construir su narrativa electoral a partir de estas preocupaciones.

Una opción de esta naturaleza proporcionaría un nuevo sentido a estos sufragios y a una eventual gestión de gobierno.

La política, en esta ocasión, debería ser así.

3 comentarios:

Bernardo Moncada Cárdenas dijo...

Excelente y oportuno. Espero llegue al liderazgo, aunque con gente como Angel Oropeza en la MUD ya deben haber escuchado parecido razonamiento.

Unknown dijo...

Hola Nelson, coincido contigo en poner el énfasis en lo social y cultural de nuestra realidad, pero me permito sugerir que debe darse mayor concreción a la búsqueda del voto, en el sentido de relacionarlo con el hambre y la miseria que sufre la mayoría de nuestro pueblo.

Unknown dijo...

pertinente su planteamiento...pero, es necesario explicar e intentar justificar tales elecciones. En un marco de hegemonía de la denominada constituyente cuyo poder absoluto e ilegitimo, de continuar este camino, garantiza resultados faudulentos,si no aceptan condiciones democráticas. Peor aun como convencer a un alto % del pueblo opositor cuya tendencia es a desconfiar de algunos dirigentes? que no ofrecen, desafortunadamente,transparencia ni coherencia, en sus procedimientos. Aparentemente solo los mueve interés coyunturales ,personales